Cícladas: código de isla
Lunes, 14 Septiembre 2015

Kamari, una de las más lindas playas de Santorini Kamari, una de las más lindas playas de Santorini

Bajamos del ferry en la noche de Mykonos y bien ilusos buscamos con la vista banderas encendidas que dijeran Libre tras el parabrisas de algún taxi. No vimos ninguna y preguntamos si podíamos conseguir alguno y nos dijeron quizás con algo de piedad, que podíamos esperar "de aquel lado". Como reiteramos a varios trasladistas que estaban con sus cartelitos esperando pasajeros que necesitábamos un taxi para ir hasta Villa Matina, nuestro hotel, de pronto se nos acerco uno de ellos y nos dijo "Villa Matina?, follow me". Lo hicimos y llegamos a una Van en la que ya estaban acomodadas cuatro veinteañeras norteamericanas cuyo destino era la playa de Paraga.

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Paradise Beach, una de las más hermosas playas de Mykonos


por Sergio Antonio Herrera, desde Santorini


Cuanto me cuesta el traslado señor?, pregunté y la respuesta fue: "four "iuros" per person". En menos de 5 minutos estábamos en Villa Matina donde nos aguardaban seguramente para cerrar ya que apenas pisamos la recepción nos dieron la llave, un mapa de la zona y listo. Nada de tarjeta de crédito para extras, nada de eso.

Nos dimos una ducha y salimos a buscar "el centro".

Salvo en el downtown, la laberíntica zona llamada Kastro, en los alrededores no hay casi iluminación y a pesar que sabíamos que la inseguridad es una palabra desconocida no fue fácil caminar los "5 minutos" que fueron más de 20 eso sí, en bajada. Lo que nos hizo jurar que no volveríamos a pie a pesar que sabíamos que los taxis son muy pocos en la isla.

Dios nos mandó a un griego que vivía por ahí y nos hizo cortar camino por un lugar que jamás se nos hubiese ocurrido: "doblen a la izquierda nos dijo en correctísimo inglés (casi todos lo hablan y los que no, siempre se esfuerzan por entender y hacerse entender) y bajen por esa calle y van a llegar a la main street" que es una vía de no más de tres metros de ancho pero que con su luz, su ritmo y la muchedumbre que la transitaba, nos hizo volver el alma al cuerpo.

Spaghettis con mejillones y almejas fue el plato para dos que pedimos y resultó una verdadera exquisitez, lo cual sumado al entorno, nos hizo ver que estábamos en las islas griegas en una noche de verano.

La digestión fue fácil hacerla ya que caminamos bastante hasta la "taxi station" y luego de ver como varios taxis se repetían en el ir y venir de llevar pasajeros, el gordito que estaba a cargo de la parada, seguramente funcionario municipal, pues nadie le dio ni él siquiera intentó acercarse por propinas, nos adjudico en primera instancia el número 21 en la larga fila pero en menos de 15 minutos habíamos llegado a nuestro objetivo, subirnos a un coche que nos llevara al hotel remontando la colina.

A la mañana siguiente, luego de desayunar "outside" junto a la piscina, pedimos nos consiguieran un coche de alquiler. Al rato apareció un funcionario de una rentadora trayéndonos un Citroen C1. Nos pidió la licencia y que le firmásemos el contrato de arrendamiento, nos dio la llave y se fue. Nada de tarjeta de crédito, nada de revisar las imperfecciones.

Lo único negativo de todo, fue que no existe la menor posibilidad de conseguir estacionamiento en casi ningún lugar. En menos de 24 horas fuimos tres veces al mismo parking y cada vez que lo hicimos el tamaño de las lágrimas iba en aumento, diez euros precio único hasta un máximo de 24 horas pero...íbamos y veníamos. Al igual que ocurre en Miami Beach, gastamos proporcionalmente más en gasolina y estacionamiento que en alquiler. 30 de parking más 15 de nafta contra 40 euros de alquiler por un día,

Tratamos de ver lo máximo posible, el sábado el día si bien con sol pero con mucho viento, no era propicio para playa y nos dedicamos a ver los diferentes puntos y a degustar lo que pudimos, que por suerte fue bastante y a precios módicos.

El domingo, fuimos temprano a conocer Paradise Beach, un lugar un tanto alejado pero muy recomendable, una playa espectacular.

A mediodía entregamos el coche y pagamos. El hombre recibió la llave, miró hacia el interior (suponemos a ver si estaba la radio) y nada más, saludó y se fue.

Pedimos el transfer del hotel hasta el puerto. Una van muy confortable, por 10 euros mi esposa y yo.

Acostumbrados a lo nuestro, llegamos al puerto un par de horas antes de la salida. Como en El Pireo habíamos abordado una hora y media antes y habíamos almorzado muy bien, pensamos que haríamos algo similar.

"El ferry llega 14.20 y sale 14.30 señor" escuchamos cuando nuestro reloj marcaba las 12.30. Nos acomodamos como pudimos, sentaditos junto al equipaje y la lectura de sendos libros nos ayudó a matar la espera. El Champion Jet1 de Seaways llegó retrasado, a las 14.50 exactamente. Bajaron no menos de 300 personas y algunos autos. Subimos otro tanto de gente y de vehículos y sin dar crédito a lo que comprobamos, cuando miramos el reloj, con el ferry ya zarpado, eran las 15!!

El secreto creemos está en la simplicidad del control de pasajes, al mejor estilo de entrada al cine y en el particular sistema de tratar el equipaje. Al abordar el pasaje se dirige a la bodega donde van los vehículos y allí hay varias estanterías metálicas donde cada uno acomoda su maleta. No hay tickets de control. Al descender, unos 5 minutos antes de llegar se hace bajar a los pasajeros a recoger sus maletas y ya quedan alineados a la espera de la orden de descenso.

Esta vez, vimos desde el barco que había una oficina de rent a car y decidimos que rentaríamos un coche desde el inicio. El hecho que estrañamente nos pidieran licencia internacional nos hizo desistir obligados y luego nos enteramos que nos hicieron un favor al ver como era el camino a trabsitar en plena montaña, ascenso y más ascenso. Había un servicio de shuttle "a todos los hoteles" por 10 euros por persona. Cuando miramos el mapa, recorrimos casi toda la media luna de punta a punta que es Santorini para llegar al Sea View, nuestro hotel en la playa de Perívolos. Allí comnenzaba otra historia que vendrá en la p´róxima crónica.

Son 23.20 me voy a dormir, el taxi vendrá a las 5 a llevarnos al aeropuerto para salir en Aegean Airlines vía Atenas hacia Londres. Seguimos en código de isla pero ya sabemos que se terminó esa casi ingenuidad griega para casi todo. ¿Viajamos a la antítesis?.

Nos vemos.


Portal de América

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