Esta nueva catástrofe pone a prueba, una vez más, la capacidad de resistencia de los modos de transporte y los destinos, pero ¿se verán afectadas las reservas de cruceros y el circuito por el Mediterráneo? A corto plazo tal vez (más en los de Costa), pero no a medio plazo y menos aún a largo, según los cruceristas consultados.

Este dramático acontecimiento obliga a recordar grandes catástrofes que afectaron a otros modos de transporte, como los atentados del 11-S en Nueva York o el 11-M en Madrid. Pese al trauma que supuso la utilización de aviones con pasajeros de American Airlines como misiles para derribar las Torres Gemelas, la realidad es que el tráfico aéreo a medio plazo no decreció, sino todo lo contrario. Y lo mismo ocurrió con el ferrocarril, cuya demanda no solo no se vio mermada por la matanza provocada por las mochilas-bomba en la Estación de Atocha, sino que creció. Es más, superado el fuerte impacto inicial, tanto Nueva York como Madrid experimentaron récord en sus cifras de visitantes en el año siguiente a los atentados, en una suerte de efecto llamada como destinos turísticos urbanos, que bien merecería un riguroso estudio sociológico.

La primera enseñanza, que ya puso de manifiesto la rapidísima recuperación del Turismo del Mediterráneo, tras la Guerra del Golfo, es la excepcional capacidad de recuperación del Turismo (y de sus modos de transporte) pese a que se vean afectados por graves crisis.

Y lo que es tanto o más significativo: el papel crucial que realiza la intermediación, gracias a los centenares de miles de agentes de viajes y operadores turísticos en todo el mundo, capaces de hacer valer su poder de prescripción ante el cliente final. El valor añadido por antonomasia del agente, tantas veces puesto en cuestión por los transportistas aéreos, pero nunca por los cruceristas, que conocen muy bien su importancia, hasta el punto de comercializar casi el ciento por ciento de su producto en agencias, pese al apogeo que vive la era Internet.

Esta doble enseñanza del hundimiento del crucero —rápida recuperación y valor de la intermediación— es una muestra más de la fortaleza del Sector Turístico, al que la crisis del consumo afecta ...ma non troppo.

El crucero es y será el producto estrella para los agentes de viajes, y siempre contará con el máximo apoyo por parte de la intermediación de profesionales. Especialmente en situaciones como la que hoy atraviesa. Una lealtad que es consecuencia lógica del satisfactorio nivel de remuneración de estos proveedores a su fuerza de ventas, que se suma al notable esfuerzo en formación al minorista que realizan los cruceristas.

De ahí que los cruceristas siempre cuenten con los agentes de viajes, tanto a las duras como a las maduras.

Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.

Portal de América - Fuente: www.nexotur.com