por Lucía Inés Bagnasco desde PiriápolisEl mal tiempo no ha sido sino un escenario más en la reunión de unos cuatrocientos especialistas en el Argentino Hotel, un lugar con las mayores comodidades, balcón a la bahía con mar encrespado pero con espectáculos musicales, excelente gastronomía, las siempre seductoras piscinas de agua de mar y la oportunidad de conocer in situ la historia mística del creador del balneario.
Según explica el Dr. Nicolás Marchand, Coordinador de Biodiversidad del Proyecto de Producción Responsable del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca uruguayo, “En países como Uruguay, donde la economía depende fundamentalmente de los recursos naturales, tanto para la producción agropecuaria como para el turismo, y más aún teniendo en cuenta la imagen de “naturalidad” (Uruguay Natural) que nuestro país proyecta hacia el exterior, la necesidad de conservar y manejar prudentemente la biodiversidad es vital”.
Proyectos de conservación y uso sostenible de la biodiversidad son impulsados por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente), la Dirección General de Desarrollo Social y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, ambas del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.
El Dr. Marchand agregó que “Las principales alternativas contenidas en los proyectos de biodiversidad en ejecución son: el manejo y registro del bosque nativo, silvopastoreo utilizando sosteniblemente a los componentes “bosque” y “pastura” nativas, protección y/o manejo de sitios o especies clave, control de especies exóticas (flora y fauna), provisión de sombra y abrigo con especies nativas, protección y/o restauración de cursos degradados con flora nativa, reforestación con especies nativas y valorización del capital natural para el turismo de naturaleza”.
Baste recordar en Uruguay, una de los lugares preservados es la zona de Cabo Polonio, donde llegan miles de turistas a vivir en absoluto aislamiento de autos, y omnibuses, sin energía eléctrica, donde no se admiten nuevas construcciones, no hay radios ni televisores y el mar, la arena y el impresionante paisaje, son el destino de miles de turistas de las partes más lejanas del mundo, famosos y no tanto de altísimo poder económico, que peregrinan buscando unos días o semanas de naturaleza total.
El Ing. Agr. Forestal Gabriel F. Caldevilla Director de Áreas Protegidas del M.G.A.P. explicó que “Hablar de áreas protegidas y turismo de naturaleza requiere remitirse al año 1870 y al estado de Wyoming en los Estados Unidos de Norte América. Allí y en aquel momento, una comitiva de especialistas que tenía por cometido hacer un levantamiento de los recursos naturales existentes para su explotación, al llegar a la confluencia de los ríos Gibbons y Firehole y a instancias de uno de sus integrantes el Juez de Montana Cornelius Hedges, decidieron un cambio de planes fundamental, que luego marcó un cambio fundamental en la historia de este territorio y de mas de 13.000 en el mundo en un total de unos 14 millones de kilómetros cuadrados de superficie, que hoy son áreas naturales protegidas.
El motivo del cambio fueron la belleza del paisaje existente y también la sensibilidad de los integrantes del grupo que hicieron que primara la idea de conservar esos valores naturales excepcionales que decidieron con una frase que hoy se ha hecho muy conocida “conservar la naturaleza para el disfrute de las generaciones futuras.
En Uruguay se crearon áreas protegidas desde el año 1916, pero no fue hasta la década de los 60 que se iniciaron procesos de declaración de tales áreas enmarcadas dentro de las pautas que hoy conocemos y producto de estudios específicos a esos efectos.
Áreas como Arequita, Laguna de Castillos y el Parque Nacional y Reserva de Fauna y Flora del Río Negro, Parque Nacional de Islas Costeras, se enciente, que tienen valores suficientes para ser integrantes del Sistema Nacional.
Algunas de estas áreas se encuentran en un proceso de redelimitación y recategorización de acuerdo a las pautas legales existentes. Ese el caso del Parque Nacional y Área de Uso Múltiple, Lagunas de José Ignacio, Garzón y Rocha, del cual se ha desglosado la laguna de Rocha.
Si bien todas estas áreas son escenario de actividades relacionadas al turismo de naturaleza, no todas han sido acondicionadas para esa actividad al no haberse ejecutado, total o parcialmente planes específicos al respecto”.
El Ing. Agr. Caldevilla destaca que en muchos casos las áreas protegidas nunca han contado con personal específico para su gestión.
“ En el Parque Nacional y Reserva de Fauna y Flora del Río Negro- dice- existe actividad relacionada al turismo de naturaleza, habilitada porque el Río Negro es navegable y es usado libremente, en parte importante, con el objetivo de recreación. De todas formas el acceso a las islas que conforman el parque, es restringido, requiriendo la anuncia del Servicio al cual se solicita conjuntamente con el despacho que realizan las embarcaciones en la Prefectura Naval local.
De todas formas, apelando a que el área cuenta con una embarcación autorizada para el tránsito, desde hace varios años se llevan a cabo a demanda, itinerarios destinados a actividades de grupos especializados (ornitólogos, geógrafos, etc.) y grupos de estudiantes universitarios que realizan trabajos de campo como parte de su currículo. También existen empresas privadas que realizan paseos por el río; actualmente se estudian posibles alianzas con este tipo de empresas así como otras vecinas y ribereñas y dedicadas al turismo de naturaleza.
En el caso del Parque Arequita, existe un trabajo técnico específico relacionado al uso público producto de una tesis de trado de la Faculta de Agronomía. Por otra parte en los años en que se contó con la asistencia de Guardaparques, fueron desarrolladas algunas obras de infraestructura básica. E la actualidad se cuenta solamente con apoyo de personal de campo para control del uso, pero no con el servicio de asistencia y guía para el público visitante. La existencia en el Parque, de un Camping gestionado por la Intendencia Municipal de Lavalleja, supone el acceso de cientos de visitantes al año, muchos de ellos habituales, que en la mayoría de los casos, luego de muchos años de asistir, “descubrieron” el Parque y sus valores recién cuando contó con el apoyo de los guardaparques”.
Caldevilla explica que “Otra área que cuenta con uso público, en este caso importante, es el Refugio de la Fauna Laguna de Castillos. A partir del año 199111 cuando el área logra contar con un Guardaparque se inicia el proceso de uso público organizado”.
Recordemos que este guardaparque no es otro que “Juca” Gambarotta, a quien el Portal le hiciera una nota por demás interesante en el momento de lanzarse otra edición de su libro “De mochilero a guardaparque”, donde cuenta su vida aventurera fuera del país y dentro de él, especialmente en su cargo largamente peleado justamente en la Laguna de Castillos.
“Desde hace algunos años- continúa el especialista- los vecinos pescadores, que además realizan actividades como transportistas desde el asentamiento del la Ruta 10, también llevan a cabo la guía de sus propios clientes, para lo cual del Departamento de Parques y Áreas protegidas, a instancias y a través del guardaparque, realizó un cursillo de capacitación a efectos de lograr un adecuado servicio de guía para quienes acceden al sendero interpretativo existente en el bosque de ombúes.
El área donde se encuentra ubicado el sendero, cuenta con infraestructura básica para las actividades de uso público que se llevan a cabo. Esta infraestructura supone la existencia de un pequeño muelle para desembarco cartelería, barandas, etc, producida por el guardaparque y en parte, desarrollada en oportunidad de un convenio con Vida Silvestre del Uruguay y el apoyo financiero de la Embajada del Reino Unido.
El área ha contado con una importante afluencia del público que oscila entre los 5 y los 10 mil visitantes al año. El acceso es gratuito. Esta visitación tiene una alta estacionalidad, pautada no solamente por la propia de los procesos naturales que determinan momentos de máximo esplendor de los múltiples valores naturales, sino también por la existencia en la zona de otras áreas de interés para el ecoturismo, e importantes centros de turismo convencional que derivan turistas a áreas protegidas cercanas.”
El simposio continúa hasta el día sábado, el costo por demás accesible (que no cubre siquiera el material de apoyo, carpetas, y portafolios que se entrega) de $ 500, o $ 1.000 con almuerzo incluído es también un motivo de tentación, y además de los paseos de campo, quedan por tratar temas tan interesantes como el turismo de naturaleza y áreas protegidas, experiencias en programas de paisajes, normativa sobre fauna nativa, el venado de campo, ecología y conservación de aves de pastizal, cultivo de bagre negro, cambio climático y biodiversidad, y otros muchos muy interesantes, con panelistas de primer nivel y con excelente material a disposición.
El lugar de contacto, el Argentino Hotel de Piriápolis, todo un valor agregado.
Portal de América
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