por Isabel García
Son algunos de los extras del Loews Miami Beach Hotel, ubicado a dos pasos (contados) de las playas de South Beach (SoBe de aquí en adelante), ese objeto de deseo afincado en la retina de propios y extraños a cuenta de decenas de series de televisión ambientadas en Miami. Léase Corrupción en Miami, Las chicas de oro, CSI, Dexter... Aunque esta última serie basada en las andanzas de un políca mitad asesino en serie mitad Robin Hood se rueda, en realidad, en Los Angeles.
En este gigantesco plató se sitúa el hotel de la cadena Loews (con una nómina de 16 más repartidos por Estados Unidos y Canadá), con cinco estrellas por delante y una inconfundible estética art déco como bandera. Por algo se ubica en el barrio miamense del mismo nombre que esta corriente artística. La zona abarca una veintena de calles salpicadas de terrazas concurridas a cualquier hora del día (y de la noche), restaurantes de toda nacionalidad imaginable (las mezclas también triunfan: japo-peruano-brasileño; italo-argentino con influencias ibéricas), tiendas a granel (eso sí, unas más glamourosas que otras...) y edificios en tonos pastel fielmente restaurados siguiendo las directrices que dieron fama al movimiento en los años 30. No en vano, el barrio es uno de los Sitios Históricos declarados por el Gobierno estadounidense.
A pesar de contar con sólo 10 años a sus espaldas, el Loews Miami Beach Hotel no es una excepción: hace apenas unos meses que dio por zanjada una minuciosa remodelación que ha logrado conjugar el espíritu art déco con los aires cosmopolitas del barrio. El SoBe style, en resumen. La reforma del hotel, formado por el edificio St. Moritz de 1939 y una nueva torre, incluyó a las 790 habitaciones (50 son suites de lujo y dos presidenciales), el lobby y otras zonas comunes como los pasillos o la tienda de inspiración retro de helados y dulces SoBe Scoops, un imprescindible para críos y adultos a base de propuestas orgánicas elaboradas con productos de una granja ecológica. Best-sellers: los rock candies y la tarta casera de queso.
El hotel suma propuestas (y clientes) con los paquetes especiales para despedidas de soltera (Girls only getaway) e incluso madres e hijas (Mom & me getaway), que tienen a su disposición en exclusiva talleres de salsa, descuentos del 40% en la tienda del hotel (Slash), desayunos a la carta en la Preston's Brasserie, tours por la ciudad y tratamientos personalizados a dúo en el Elemis Spa. Una recomendación: masaje hawaiano a cuatro manos.
Servicios
Acceso directo a la playa, gimnasio, peluquería, solarium, jacuzzi, spa, piscina, restaurantes, salón de baile, clases de yoga, recorridos para footing, tienda, centro de negocios, servicio de niñera, club infantil, acceso a Internet, espacios para banquetes, servicio de habitaciones las 24 horas del día, instalaciones para personas con movilidad reducida...
Nos gusta por
Su ubicación, a pie de playa y a escasos minutos andando de las principales arterias comerciales y de ocio (diurno y nocturno) de South Beach.
Sus propuestas gastronómicas de todo tipo, con el burrito de langosta como peculiar invento, ideal para degustar en el restaurante, el lounge o el bar de la piscina.
Su programa VIP para mascotas, con menús y camas especiales, rutas para perros, juguetes, salas pets-friendly y niñeras.
Cómo llegar
Compañías como American Airlines (www.aa.com) vuelan a Miami desde Madrid a partir de 700 euros. Una vez en el aeropuerto, se tardan unos 20 minutos en coche o taxi en llegar al hotel.
Prohibido perderse
Un paseo por Design District, uno de los barrios de moda asentado en un antigua zona marginal, repleto ahora de galerías de arte, salas de exposiciones, anticuarios, edificios vanguardistas, restaurantes y tiendas centradas en el mundo del diseño.
Una jornada de 'shopping' (la diferencia del euro con el dólar todavía permite suculentas gangas...) recorriendo a conciencia los alrededores del hotel: Lincoln Road, Washington Avenue... Para los más fashionistas incluso hay un outlet (Dolphin Mall), pero está a unos 40 minutos en coche de South Beach.
Una vuelta por Ocean Drive para vivir en primera persona lo que tantas veces se ha visto en la tele: musculitos ejercitándose a pie de playa, niñas cañón paseando al perrito, terrazas non-stop (o casi) las 24 horas del día...
www.ocholeguas.com