Entre sierras, una recorrida por lo mejor de la gastronomía cordobesa
Lunes, 21 Febrero 2011

Tradición. En Fertilia, restaurante familiar de Colonia Caroya, se preparan exquisitos salames y bondiolas Tradición. En Fertilia, restaurante familiar de Colonia Caroya, se preparan exquisitos salames y bondiolas

Por las ciudades y rutas de alrededor de la capital se consiguen algunos de los platos más ricos del país.

SACRAMENTO radisson
CIFFT 1250x115
MINTUR 1250x115
MINTUR 1250x115 - B2
Arapey 1250x115
SACRAMENTO - proasur
TSTT-1250x115


por Gustavo Molina

Hay una ruta gastronómica en Córdoba, Argentina, que arranca mucho antes de la Capital, que incluye embutidos al mejor estilo italiano, exquisitos cabritos norteños y refinada repostería europea.

Clarín recorrió esa ruta y cuenta la experiencia.

Para quienes llegan desde Buenos Aires o Santa Fe por la autopista que une Córdoba con Rosario, la primera parada obligada es Oncativo , donde se producen salames y chacinados con recetas heredadas de los inmigrantes del Piamonte italiano .

A 70 kilómetros de Córdoba capital, Oncativo es una ciudad en crecimiento con más de una veintena de establecimientos que venden sus productos. Desde 1975, allí se organiza la Fiesta del Salame Casero.

Y si hablamos de chacinados, no podemos olvidar las tradicionales carneadas, esas ceremonias en las que confluyen familias enteras durante días, que dan como resultado salames, bondiolas, pancetas, jamones, lomitos y morcillas que luego son estacionados durante meses.

Otro mojón en la ruta gastronómica cordobesa es Colonia Caroya , que disputa con Oncativo, la paternidad del salame. En esta ciudad del departamento Colón, ubicada a 50 kilómetros al norte de la Capital, por la Ruta 9, podemos degustar chacinados y vinos de excelente calidad.

Los inmigrantes italianos llegados de Friuli y Udine fundaron esta comuna y trajeron consigo sus platos. Además de exquisitos salames y bondiolas, en “la Colonia” se prepara jamón crudo con trozos del pernil trasero, totalmente desgrasado y con el punto justo de sal.

Las bodegas, con su producción casi artesanal, son otro atractivo para hacer un alto en el camino. Los platos típicos caroyenses, en especial las pastas caseras, son otro menú más que atractivo para los turistas.

Pese a que Caroya es una ciudad de paso, sus celebraciones convocan a miles de visitantes: la Fiesta Provincial de la Vendimia, la Sagra nacional de la Uva, y la Fiesta Nacional de la Frutihorticultura; además de la Fiesta del Salame Casero que se realiza en octubre, son algunas de las opciones.

Siguiendo hacia el norte, por la Ruta 60, se llega a Deán Funes y Quilino, ubicados a unos 150 kilómetros al noroeste de la ciudad de Córdoba. Allí, quienes disfruten del turismo rural podrán conocer la zona donde se producen los mejores cabritos de Córdoba. Se pueden visitar establecimientos rurales, acariciar los animales y disfrutar de un tierno asado de este producto típico serrano. Esta alternativa se combina con la producción de hortalizas y frutas como duraznos, ciruelas, nueces, peras y vides.

Bajando hacia el oeste por la Ruta 16, llegamos a Cruz del Eje, capital nacional del Olivo. Desde esta ciudad del oeste cordobés bajando hacia el valle de Traslasierra, podemos degustar aceitunas y aceites de oliva que son requeridos en la cocina internacional.

Más al sur, por la Ruta 15, llegamos a Mina Clavero, donde se pueden saborear riquísimas truchas.

Tomando el Camino de las Altas Cumbres, viajamos hacia el este y llegamos a Alta Gracia para disfrutar típicas comidas españolas. Luego, dirigiéndonos al sur por la Ruta 5, llegamos a Villa General Belgrano.

En esta pequeña localidad del Valle de Calamuchita, nos encontramos con manjares de la cocina centroeuropea como el tradicional chucrut alemán ; el g ulash con spetzel –un riquísimo guiso húngaro–, adoptado por tratarse de un plato ideal para tiempos invernales. Podemos mencionar también la amplia variedad en productos ahumados, como fiambres y quesos, que constituyen toda una tradición en las mesas alemanas. Eso sí, siempre acompañado de una cerveza bien helada.

Pero si hablamos de buen comer, hay que aplaudir la repostería alemana y austríaca . Villa General Belgrano y Santa Rosa de Calamuchita son famosas por sus exquisitas masas y tortas como la selva negra o el finísimo apfel strudel, sin olvidar la tarta Dobos, un pastel de cinco capas esponjosas recubiertas de crema de chocolate y cubierta de caramelo.

Luego de pasearnos por esta amplia oferta gastronómica, podemos volver a nuestros hogares, más que satisfechos. Los típicos, e imbatibles, alfajores cordobeses pueden ser el mejor regalo familiar para el regreso.

fuente: www.clarin.com

 

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.