Carta de una lectora: La paloma de la discordia, la ley y la justicia
Viernes, 24 Septiembre 2010

Carta de una lectora: La paloma de la discordia, la ley y la justicia

Soy argentina, y viajo con frecuencia a Uruguay por razones de trabajo. Habitualmente lo hago en barco, pero debido a una necesidad puntual tuve que realizar un viaje corto y opté por el avión. Con un pequeño bolsito volé desde Aeroparque a Carrasco, sin ningún inconveniente, y con el mismo pequeño bolsito intenté embarcar en Carrasco de regreso.

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Señor Director:

Soy argentina, y viajo con frecuencia a Uruguay por razones de trabajo. Habitualmente lo hago en barco, pero debido a una necesidad puntual tuve que realizar un viaje corto y opté por el avión. Con un pequeño bolsito volé desde Aeroparque a Carrasco, sin ningún inconveniente, y con el mismo pequeño bolsito intenté embarcar en Carrasco de regreso.

Pero el scanner detectó que en mi bolso llevaba un desodorante. El "de la palomita". Que tiene 100 cm3 pero 135 ml de contenido. Me hicieron abrir el bolso y me explicaron que mi desodorante no cumplía con las normas internacionales de seguridad (100 ml), por lo cual debía retroceder y despachar el bolsito como equipaje. Le pregunté al oficial si en lugar de tener cara de trabajadora me encontraba cara de terrorista. Le expliqué que era indispensable llevar desodorante por razones de higiene, y que no pensaba hacer estallar un avión. Pero no cedió. Me enojé. Y lancé un improperio.

¡Para qué! De inmediato me vi rodeada de efectivos uniformados que ante todos los pasajeros y en un eficiente operativo antiterrorista solicitaron la presencia de un oficial femenino y me condujeron a una salita a esperar la aparición de su autoridad, que tardó quince minutos. Cuando se presentó este señor, un Cabo Segundo cuyo nombre no recuerdo, tuve que pedirle perdón y humillarme casi hasta las lágrimas para rogarle no perder el vuelo. Finalmente me dejaron ir. El desodorante se quedó en Carrasco.

Después, me quedé meditando acerca de lo siguiente: el sistema jurídico de nuestros dos países, tanto como el anglosajón, garantizan la aplicación de justicia porque intervienen los seres humanos, que ponderan la letra de la ley con las circunstancias personales de cada caso, sentando jurisprudencia, humanizando la norma hasta encontrar el equilibrio con una justa realidad.

Las autoridades militares del Aeropuerto Internacional de Carrasco, lejos de interpretar la ley, la exacerban hasta convertirla en una herramienta abusiva de su autoridad, y encima se regodean en ella. Me trajo malos recuerdos predemocráticos.

Juro que no voy más a Uruguay en avión. Y que seguiré utilizando el desodorante que, graciosamente, tiene estampada la paloma de la paz.

Viviana del Rio
DNI 13.473.456

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