“Las agencias de viajes pequeñas están en el filo de la navaja, les caen una detrás de otra y ya no tienen capacidad de aguante”, lamenta Juan José Oliván, presidente de Airmet quien asegura que hoy en día no se puede “poner la mano en el fuego por nadie” y detalla que en los últimos años su grupo ha perdido entre 500 y 600 puntos de venta, una situación similar a la que viven los otros grupos de gestión.


Para Oliván el cierre de Orizonia y los problemas de Travelmar y Versys suponen “un gran golpe para el sector en general” sin distinguir entre grandes y pequeñas, pero reconoce que “por desgracia” para muchas “supone o supondrá una merma económica al tener que asumir, según la actual legislación, depósitos trasferidos a los Operadores cuya recuperación del Organizador no tienen garantizada”.



Indefensión


Las agencias independientes se quejan de que durante años han padecido los agresivos descuentos que hacían las grandes redes y que han puesto en peligro la supervivencia de muchas de ellas y ahora, además, han tenido que hacer frente a gastos extra por la quiebra de Orizonia con el fin de recolocar a sus clientes en unos casos y devolver el dinero ya ingresado en las cuentas del gigante turístico en otros.


Las minoristas lamentan también la “desprotección” en la que viven frente a las grandes. En este sentido, Javier Picó, presidente de Agrupa, critica que la legislación nunca les ha tenido nunca en cuenta “salvo cuando se llenan la boca los gobernantes al hablar del tejido empresarial”  y pone como ejemplo el Real Decreto Legislativo 1/2007 que protege a los usuarios y “viene a ahondar más en la gran indefensión en la que las agencias de viajes, como meros intermediarios entre prestatarios y usuarios que son se encuentran actualmente”.


En el sector se teme también que la desprotección de las agencias independiente sea mayor si finalmente la Comisión Nacional de la Competencia decide sancionar a los grupos de gestión a los que ha abierto expediente por presunta fijación de precios. “Esperemos que en un futuro no nos obliguen a cerrar nuestras empresas porque no podamos hacer frente a las sanciones que nos impongan y entonces las agencias de viajes independientes se queden desamparadas y abocadas al cierre”, señala a este digital uno de los grupos bajo sospecha.


Una labor, la de los grupos de gestión, que defiende también el presidente de Airmet, quien considera que ayudan a garantizar la “supervivencia” de las agencias “asesorándolas en la elección de los prestatarios e informándoles de las posibles situaciones de ‘riesgo’ que se vayan produciendo”.


El agujero de Orizonia, por cuantificar


Respecto al agujero que les ha ocasionado a las agencias de viaje independientes el cierre de Orizonia diversos grupos de gestión apuntan a que aún es “pronto” para poder cuantificarlo como sí han hecho ya los hoteleros españoles. “Es pronto para sacar conclusiones, pues gran parte de la consecuencia económica estará basada en la forma en que las reservas que tenían a futuro hayan sido recolocadas”, apunta Picó.


El presidente de AGC detalla que lo que ha estado haciendo su grupo es ayudar a aquellas agencias que se han visto afectadas por la quiebra de Orizonia “en todo lo referente a asesoramiento legal ante los clientes, recolocación de plazas, coordinación y colaboración con otras agencias”. Una labor que también ha ocupado estos días a los responsables de UNAV y de Airmet. El presidente de este último grupo cree que hasta que Orizonia no solicite el concurso y las agencias se presenten como acreedores será imposible conocer el ‘agujero’ que ha ocasionado su quiebra a las independientes.

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