Ya nos había conmovido enterarnos de que existía como una nueva tendencia el Turismo Atómico. En aquel momento pensamos que sería un grupo de gente de gustos muy raros, imaginándonos que era una de esas tendencias pasajeras, que llaman nuestra atención y la de nuestros lectores.
La apuesta de Ucrania a Chernobyl, nos demuestra que estábamos equivocados, realmente la curiosidad del turista no tiene límites.
Estos últimos tiempos se han sucedido los comentarios sobre los cementerios, quizás como reflejo de los días de Santos o de Muertos.
Ya nos hemos referido a ello.
No nos parece nada morboso que merezca el nombre de necroturismo.
Visitar antiguos campos de concentración tampoco nos parece morboso. Es más debería ser obligatorio. Podemos aprender lo que puede llegar a hacer un pueblo manipulado.
En Dachau lo que más asombra es el prolijo y agradable pueblo lindero del campo.
¿ Cuantas preguntas nos formulamos?
Visitar Robben Island, donde estuvo preso Nelson Mandela, o seguir los pasos de Martin Luther King hacen admirar la incansable lucha de estos hombres por la libertad.
Dallas y Chicago se esfuerzan por no ser identificados con el asesinato de J.F. Kennedy o la mafia, respectivamente.
Debe ser difícil no aprovechar tanta difusión.
Cuando cerrábamos esta edición, nos enteramos que Holanda, como había adelantado el Portal, dejará de vender marihuana a los turistas. Cada destino debe elegir como quiere ser identificado.
Portal de América, por Damián Argul





