Tampoco lo sabía el personal de un hotel adonde fue a casarse una pareja procedente de Suiza.
Al parecer la ceremonia celebrada en idioma maldivo consistió en una sarta de insultos que fue acompañada por el personal del resort y terminó en un escándalo donde lo más suave que se escucho fue “ cerdos infieles”.
El escándalo llevó a que se pidieran disculpas no solo por parte de la Dirección del Hotel sino también del propio Presidente de la República.
Posteriormente el gobierno dictó un decreto reglamentando estas ceremonias para evitar que se repitan hechos como éste.
El archipiélago es totalmente dependiente del turismo por lo que esperamos que se recupere pronto de este pequeño tsunami fundamentalista.
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