por Sergio Antonio Herrera, desde Montevideo
DelPDA - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El grado de valentía del generador de opinión es proporcional al mercado en el que vive. Siempre, al pasar el cernidor de su cuenta bancaria comprueba que lo que ingresa por publicidad, es un pedazo mínimo del eventual universo. Tiene muy claro que el resto de la torta va para los amanuenses y los militantes (tal vez nos excedimos y sean ambas partes solo una).
Más mercado, más osadía, para que el pedazo mínimo crezca, porque "de algo hay que vivir" y además, para generar opinión nadie obliga a falsas modestias ni a igualar para abajo, más bien todo lo contrario.
El tamaño del mercado le adjudicará lo que le toque por haber nacido en ese lugar y haber elegido quedarse allí. Entonces, dependiendo de esa variable, degustará el color del Johnnie que alcance y lucirá el color de saco o de corbata que más le plazca.
Los generadores de opinión son amados u odiados, jamás ignorados, y unánimemente respetados. Sí, aunque los "contras", haciéndose honor, no lo reconozcan.
Buen viaje Jorge, fuiste un antes y un después en el periodismo,
Y tan grande, que cuando de este lado del río osaron limitarte, optaste por disfrutar el Este, lamentando el Norte de tus primos del Sur.
A los generadores de opinión no siempre los entienden todos.
Quienes te entendieron te disfrutaron, y estarán eternamente agradecidos.
La gran lástima es que el más grandioso reconocimiento se te ha tributado a partir del momento en que ya no ves, ni oís, ni sentís (será así?).