por Sergio Antonio Herrera
Son temas muy diferentes la absoluta discordancia con el estilo de los Kirchner y su directa repercusión con mucho de lo que concierne al Uruguay y por otro lado, la muerte.
Néstor Kirchner fue el Presidente de todos los argentinos y era, hasta su desaparación, uno de los más influyentes políticos de su país y como si ello fuera poco, no solamente el esposo de la presidenta sino el casi seguro sucesor de Cristina en el próximo período de gobierno que se dilucidará en elecciones el año que viene.
Las horas que corren, deben ser de respeto y reflexión y seguramente así serán.
Ya habrá tiempo de analizar que es lo que puede pasar de aquí en más, con el nuevo mapa que se presenta sin Néstor Kirchner; que incidencia tendrá su ausencia en la UNASUR, cuales serán las consecuencias del nuevo statu quo argentino, de cara a los intereses de nuestra actividad en el Uruguay, la cual tiene precisamente al país hermano como principal actor en el mercado emisor hacia este destino.
No es una muerte más, genera conmoción en el panorama inmediato de una sociedad muy particular como la argentina y habrá que saber leer la nueva realidad.
El destino turístico Uruguay es como sabemos, peligrosamente dependiente del mercado argentino y sensible por demás, a cualquier variable, sobretodo, a una de tanto peso político como la muerte de quien ostentaba, sin dudas, el poder máximo del otro lado del río.
Nos vemos
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