El tétrico submundo de los cruceros
Domingo, 19 Abril 2020 20:27

El tétrico submundo de los cruceros

El médico colombiano especializado en emergencia, Mauricio Usme, le dijo a EFE: "Llegamos a Ushuaia el 15 de marzo convencidos de que no íbamos a tener más viajes porque las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, de los gobiernos, era parar todos los viajes, desembarcar los pasajeros y estar 'stand by' (en espera)". Sin embargo, cuando supo que el Greg Mortimer, un crucero de 104 metros de largo con capacidad promedio de 126 pasajeros, que tenía previsto un recorrido por la Antártida y las Islas Georgias del Sur, iba a navegar, pese las recomendaciones sanitarias a raíz de la pandemia del COVID-19, comenzó a preocuparse. "Era una invitación al desastre. Ese fue un viaje que nunca debió haberse hecho, ese viaje se debió haber cancelado desde antes. No sabemos cómo esa gente fue capaz de pasar los filtros de los diferentes países". Lo que siguió, ya lo sabemos todos, y el drama continúa porque la empresa quiere hacer el cruce del Atlántico en aproximadamente 20 días, para llegar al destino final previsto, en Tenerife, Islas Canarias, próxima al Noroeste africano y no en el "norte de África" como erróneamente oímos decir al galeno. Estas decisiones empresariales, nos hacen recordar alguna experiencia vivida hace algunos años en vivo y en directo.

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por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
@DelPDA - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

En la primavera austral de 2012, habíamos decidido viajar a Norte América. Elegimos como primer destino el Caribe Mexicano y repartimos la estadía entre Cancún y Playa del Carmen. El "desenchufe" habitual que propone la vida en el sistema todo incluido, hizo que no tuviésemos ni noticias de la presencia del Huracán Sandy, que fue el de mayor diámetro registrado (1900 km) y el segundo en ocasionar más daños en Estados Unidos después de Katrina, que tocó tierra en Luisiana a finales de agosto de 2005. Siendo depresión tropical, Sandy afectó poderosamente a Colombia y Venezuela, sus bandas nubosas exteriores afectaron a Haití y República Dominicana, ya siendo huracán afectó a Cuba, Bahamas, Bermudas y Jamaica. Sandy se cobró la vida de unas 70 personas en el Caribe, 147 en Estados Unidos y 2 en Canadá.

El jueves 1 de noviembre, dejamos el hotel en Playa del Carmen para ir en el auto que habíamos rentado al aeropuerto de Cancún para embarcar en American Airlines hacia Miami. Esa mañana nos llegó el mensaje de nuestro hijo Sergio: "¿van a tomar el crucero igual?". Como no entendimos la pregunta pedimos aclaración y allí nos empezamos a enterar. El martes 30 de octubre había pasado por Bahamas el Sandy y nosotros teníamos reserva en Royal Caribbean para (si bien habíamos navegado en diversos tipos de embarcación antes) hacer el primer crucero de nuestras vidas, un fin de semana a Bahamas, partiendo desde Miami el viernes 2 de noviembre...una fecha que...

Hacía algunos años que no íbamos a la Florida y alquilamos un auto en el aeropuerto y no pedimos GPS. Jamás demoramos tanto en llegar desde el Aeropuerto Internacional hasta Miami Beach. Era de noche, había un viento tremendo, las palmeras parecía que se iban a salir de cuajo. le erramos al camino varias veces, paramos al menos en dos estaciones de servicio para preguntar el camino correcto. Cuando nos alojamos en un hotel de la Collins, la fea impresión seguía, parecía que en cualquier momento las ventanas iban a ceder al fuerte viento.

"Seguro el crucero no sale mañana", pensamos. Fue lo que le dijimos a nuestra esposa como respuesta a la consulta ¿Viajaremos igual?. Y agregamos "estas son empresas serias, no van a  salir en estas condiciones y si salen, es porque estará todo bien..."

Lo primero que hicimos el viernes fue comunicarnos con Royal Caribbean para confirmar la cancelación y...ante nuestra sorpresa, nos dijeron que podíamos embarcar a partir de las 12 horas, que el crucero partía a las 16.

Fue un fin de semana de terror. A las pocas horas de zarpar (luego de comer abundamentemente en el buffet), casi no pudimos salir del camarote,hasta el domingo por la mañana. Los "bandazos" del barco, navegando "en la cola del huracán", nos hicieron pasar las peores horas de nuestra vida. Gente vomitando por todo el barco, los continuos anuncios por altoparlantes. Cambiaron el itinerario, en principio llegábamos el sábado a Nassau y fue cambiado por día entero de navegación, cuando arribamos el domingo entendimos el porqué, estaba arrasada. La playa era un desastre de revoltijo, de todo tirado por todos lados. Volvimos al barco. Era un caos, mucha gente averiguando para regresar en avión, todos reclamando.

Incrédulos, nos sorprendimos haciendo una cuenta mentalmente...2500 pasajeros a un promedio de más de 500 dólares por cabeza, un millón doscientos cincuenta mil dólares de recaudación...al mejor estilo de los arqueros de fútbol dijeron: ¡salimossss!...y salieron.

En los años sucesivos, inclusive hasta el pasado 2019, hicimos varios otros cruceros, por diferentes puntos del Caribe, saliendo desde Colón en Panamá o desde Miami; hasta el de agosto pasado que partimos de Barcelona para hacer el del Mediterráneo. Con la natural inquietud periodística, siempre que hemos podido, hemos ido averiguando un poco de todo, acerca de las condiciones laborales.

El 17 de enero de 2017, publicamos La otra cara de los cruceros: desde la ordinariez, hasta la explotación lisa y llana (recomendamos apretar en el link y leerla completa), y en una parte decíamos: "Trabajan seis meses seguidos, SIN DÍAS DE DESCANSO durmiendo por la noche a veces cuatro horas y teniendo alguna horita libre luego del desayuno. Cuando bajan de vacaciones seguramente para ir a sus respectivos países por uno o dos meses, NO PERCIBEN SUELDO NI POR SUPUESTO SALARIO VACACIONAL, "son contratos a término cada vez". No quisimos hurgar en la cuantía del salario pero por lo visto no son nada destacables y las propinas (alrededor de 90 dólares) que se pagan obligatoriamente por parte de cada pasajero, no tienen ninguna repercusión directa en los bolsillos de los trabajadores."

En los distintos barcos que hemos viajado, en el personal de servicio hay una nacionalidad que se destaca por la cantidad: los filipinos. Ciudadanos de un país-archipiélago (son casi 7000 islas), con casi 110 millones de habitantes en 300 mil kilómetros cuadrados, con un ingreso per cápita nominal de 3280 dólares americanos y una densidad de 330 personas por kilómetro cuadrado. Para tener una idea de lo que significan estos datos, les daremos a continuación el per cápita y la densidad de los siguientes países:

Uruguay        17.874 y -20
España          29.961 y  93
Francia          46761  y -100
EEUU             67.426 y - 33

Un filipino trabajador de cruceros, en este caso en el Greg Mortimer, fue el que falleció en las últimas horas en nuestro país.

Lo que denuncia su compañero, el médico colombiano, quien por otra parte ya debe saber que salvó su vida pero que a partir de sus declaraciones a la prensa (sensatas y valientes), jamás volverá a ejercer medicina encima de un barco, son un grito de socorro al que las autoridades mundiales deberían prestarle urgente atención.

Como decimos en el artículo de referencia del año 2017, bajo el subtítulo Y de esto nadie habla: "Cuando la OMT, Organización Mundial del Turismo y todos los propulsores a nivel planetario de la industria turística como si fuera la panacea, vomitan cifras megamillonarias que pretenden mostrar un mundo maravilloso, seguramente no les conviene reconocer que en este falso Edén hay condiciones laborales rayanas con la esclavitud."

Esta es la otra cara del turismo en general. Sin distinciones. El personal de servicio no la pasa bien casi en ningún lado.

Portal de América

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