Aunque cueste creerlo, una vez más en un evento empresarial, todos los "brillos" de la noche se los llevó la ministro de Turismo Liliam Kechichian, quien desde su cargo oficial, cobrando su salario, está en plena campaña electoral, reafirmando su afán propagandístico como hace 13 años lo viene haciendo. Hizo anuncios de oportunidad pero insistió también con la falaz afirmación de la cantidad de empleos directos del turismo. Increíblemente, hasta aumentó la cifra, dejó de decir 110 mil, al parecer ahora el ojímetro oficial indica que son 115 mil..

Más o menos desde la misma época en que Kechichian subrogó a Alberto Prandi en la Subsecretaría de esta cartera, quizás un poco después, los inmobiliarios vienen reclamando dejar de ser agentes de retención del IRPF. Faltando 30 días para saber si el FA sigue o no en el gobierno o si lo pierde, como parecen indicar las encuestas, con toda la pompa, la funcionaria aprovechó el fulgor de las marquesinas para dar la noticia de la suspensión del impuesto hasta abril...

Las novedades continuaron con la novel situación que deberán enfrentar -con efecto retroactivo-, las plataformas digitales que venden alojamiento en propiedades particulares -estilo Airbnb-. Buena noticia, aunque...también plagada de oportunismo...

Y aunque cueste creerlo, una vez más se insiste en disminuir la aureola glamorosa de Punta del Este, decretando la instalación de una canasta turística ampliada que incluye 300 artículos de las grandes superficies, el sector que jamás participa ni invierte en promociones y que es el gran beneficiario del movimiento turístico. El colmo sería que se decida quitar el IVA a lo que venden las rotiserías de los supermercados como se pide.

El turismo uruguayo está en la peor crisis que se recuerde desde al menos, fines del siglo pasado.

El empresariado del sector sigue "sin ver" la salida y continúa sin actitud gremial positiva, o lo que es peor, sin actitud gremial, sin militancia.

Tengo el mayor de los respetos -me consta que es mutuo- por el Contador Juan Martínez Escrich, Presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, con quien a pesar de las cada vez mayores disidencias que tenemos, nunca hemos interrumpido el diálogo y ese es un mérito que le pertenece absolutamente a él. Hasta podemos decir que en todos estos años hemos consolidado una relación de amistad. Ambos queremos lo mismo, el bien de la actividad y que el turismo sea lo que debe ser para la economía uruguaya y para su gente, fundamentalmente para su gente, pero tenemos visiones muy diferentes.

A pesar de los esfuerzos -o quizás por decisiones equivocadas-, a pesar de haberse manifestado como convicción y como norte, en todos estos años no se ha logrado dar forma a una entidad que sea representativa del turismo uruguayo y que incluya a los "pesos pesados" de nuestra economía que de una u otra forma -según quienes sostienen la transversalidad del turismo- se benefician con la actividad.

En una gremial representativa de esta actividad, -si es verdad que el turismo es transversal-, no deberían faltar los empresarios de grandes superficies; los emisores de tarjetas de crédito; los empresarios de la carne; de la construcción; las principales marcas del espectro de nuestra economía; los casinos; las bodegas; etc.

Nadie quiere que el empresariado esté peleado con el gobierno de turno y que no haya diálogo ni acciones conjuntas. Pero el asunto es estar juntos y no revueltos. No puede, el ministro de turno, ser la estrella del evento más importante del año del sector.

No puede, el gobierno de turno, meter una cuña de enorme tamaño a un mes exacto de las elecciones y anunciar "cosas lindas" a 30 días de elegir nuevo gobierno. Mucho menos puede -o podría-, siendo tan criticado y estando tan en las antípodas de su idea y su gestión, por los empresarios que se hicieron presentes para la foto y "para marcar presencia" el día 27 en el Radisson.

Hay plena coincidencia entre los empresarios "pymes" del turismo, hotelería y gastronomía uruguayos, que están en situación crítica.

¿Qué fueron a celebrar entonces el día 27 de setiembre al Radisson?

"Encontrarnos para potenciarnos" fue el eslógan utilizado en la convocatoria.

A la vista de los hechos, se encontraron para potenciar al Mintur, al gobierno del frente Amplio, el mismo Mintur y el mismo gobierno al que casi todos, en comunicaciones directas con nosotros quieren bien lejos después de las elecciones.

Es más viejo que el mundo que para tratar una enfermedad hay que obtener el diagnóstico real.

Bien, el turismo uruguayo "está por una para salir". Es mentira que sea la actividad transversal, exitosa y glamorosa que la mayoría dice que es.

El turismo uruguayo necesita un giro de 180 grados y pide a gritos un empresariado que se ponga firme y SEPA hacia donde va.

El empresariado del turismo uruguayo necesita asesoría exterior, debe invertir en consultoría para generar esa revolución necesaria y sobrevivir en principio para existir luego.

La mala noticia es que el turismo de sol y playa es patrimonio de miles de destinos turísticos en el mundo, mucho mejor posicionados en el mapa, y que el de Uruguay "ya fue" hace rato, sin mencionar todavía a las cianobacterias.

No se puede seguir llorando por la herida de la argentinodependencia crónica.

Hay que modificar los esquemas y trabajar sobre las fortalezas, potenciarlas.

Conectividad, rentabilidad, deporte, salud, cultura, reuniones, plataformas digitales propias, capacitación de verdad, son términos que deberán sustituir de inmediato a "temporada"; "precios"; "subsidios"; canasta; informalidad; vales de nafta; IVA, dólar preferencial y un largo listado de etcéteras.

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