Agosto de 2008: Pluna fletó un jet en el que viajó el candidato José Muijica, reservado por el Pato Celeste; avalado por Raúl Sendic y pagado por Tenfield
Jueves, 29 Agosto 2019 08:56

Agosto de 2008: Pluna fletó un jet en el que viajó el candidato José Muijica, reservado por el Pato Celeste; avalado por Raúl Sendic y pagado por Tenfield

En la página 126 del libro Pluna, el riesgo de volar alto, está el capítulo 13 titulado EL CHÁRTER DEL PATO CELESTE. Allí se cuenta un episodio que revela diversos aspectos muy especiales, indicadores de una realidad existente en la época anterior a las elecciones presidenciales de 2009, de la que muy pocos medios de comunicación se han dado por enterados. Tengo el raro privilegio de ser -quizás-, el único periodista que no pudo entrevistar al expresidente Mujica, a pesar de haber llegado hasta su entorno más próximo. No solamente él se negó a ser entrevistado, al menos dos integrantes de ese Poder Ejecutivo, me hicieron saber personalmente que "no podían" hablar conmigo y el resto de integrantes de ese órgano, involucrados directa o indirectamente con el Caso Pluna, uno a uno se fueron negando a conversar conmigo. Recientemente, el candidato a la presidencia de Argentina, Alberto Fernández le dijo a Luis Majul en una entrevista para el programa La Cornisa, que la valija que traía Antonini Wilson desde Venezuela y que le fuera decomisada en Ezeiza en 2007, tenía como destino Uruguay, agregando "que por entonces era una especia de paraíso fiscal". Desde hace mucho tiempo -al menos desde la publicación de este libro en 2014-, nos estamos preguntando ¿cuál fue la causa del viaje a Caracas en agosto de 2008 de Mujica?. Le acompañaron el actual ministro del Interior Eduardo Bonomi; el posteriormente ministro de Transporte y actual senador, Enrique Pintado y el por entonces Presidente de ANCAP y posteriormente Vicepresidente de la República (cargo al que tuvo que renunciar por peculado, o sea hurto de caudales del erario, según la RAE), Raúl Sendic. Como no teníamos pruebas, no pudimos incluir en el libro la respuesta (que incluia la palabra "valija") que nos diera uno de los principales protagonistas de esta historia, a nuestra pregunta: ¿Por qué Mujica viajó a Caracas en un avión contratado por el Pato Celeste (nuevamente en la cárcel); avalado por Raúl Sendic y pagado tiempo después, con un cheque firmado por Nelson Gutiérrez, el socio de Paco Casal en Tenfield, en el que iba una delegación de exfutbolistas, a jugar un partido amistoso, invitados por el entonces presidente venezolano Hugo Chávez y no pasaron ni a la ida ni a la vuelta por Aduana ni por Migraciones del aeropuerto de Maiquetía?. Reproducimos textualmente el capítulo trece, de la página 126 del libro Pluna, el riesgo de volar alto.

SACRAMENTO - proasur
MINTUR 1250x115
CIFFT 1250x115
TSTT-1250x115
SACRAMENTO radisson
Arapey 1250x115

por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay - @DelPDA en Twitter

EL CHÁRTER DEL PATO CELESTE

El 20 de julio de 2013 el diario El País publicó una nota, ilustrada con una genial caricatura de Arotxa representando al presidente Mujica como si fuera el Pato Celeste, el personaje que encarna Gustavo Torena, al cual el matutino lo presenta así: “quien da vida a la mascota no oficial de Uruguay a la que bautizó Pato Celeste estuvo preso –tiene antecedentes penales por diferentes delitos– y las pasó muy mal hasta hace pocos años, según él mismo admite”.
Continúa el artículo: “Pero ahora, al tiempo que exhibe su amistad con el presidente José Mujica, al que dice adorar, hace negocios en Venezuela y construye un complejo turístico en Punta Colorada. No obstante, señala que su principal fuente de ingresos sigue siendo la venta de camisetas de Uruguay que realiza en cada viaje al exterior desde hace veinte años. Su relación con Mujica hace que empresarios lo contacten para llegar al mandatario. Sin embargo, su cercanía con el presidente genera escozor entre muchos dirigentes frenteamplistas, varios con cargos en el Poder Ejecutivo, que estiman que además de mala imagen puede generarle algún problema al gobierno. Muchos no entienden por qué Mujica lo permite. Uno de los más notorios fue el exministro de Turismo y Deporte y presidente de la Comisión de Programa del FA, Héctor Lescano, quien le expresó a Mujica su preocupación por la presencia de Torena en su círculo cercano”.
Agregamos nosotros, especulando, que quizá esa preocupación de Lescano haya sido otro de los motivos que tuvo Mujica para removerlo de su puesto cuando era uno de los secretarios de Estado con mayor aprobación popular.
El artículo de El País continúa: “Torena, además de participar en selectos almuerzos en el Quincho de Varela y de haberse reunido muchas veces con Mujica, durante la campaña electoral acompañó a Mujica y al vicepresidente Danilo Astori en una reunión que mantuvieron con el entonces presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, a quien le entregó una camiseta. Torena también participó de una reunión de Mujica con el expresidente venezolano Hugo Chávez, y fue quien le regaló una camiseta de la selección a Nicolás Maduro en su primer viaje a Uruguay como presidente de Venezuela. También viajó al Vaticano con una camiseta para el Papa, que no llegó a entregarle”.
Y más adelante en la misma nota se lee: “Torena es el principal nexo entre Mujica y Casal, lo que quedó demostrado en 2010, cuando participó de la organización de la visita privada que el presidente realizó a España, donde se reunió con el empresario Florentino Pérez –presidente del Real Madrid–, y estuvo Casal presente”.
En el remate de la nota leemos: “En una entrevista con El País publicada el 9 de diciembre de 2012, Torena relató que en el año 2007 viajó con Enrique Saravia (dirigente de la Mutual de jugadores) varias veces a Venezuela para intentar organizar partidos de exjugadores de la selección de fútbol en el exterior y recaudar fondos. Recordó que, si bien contaba con recomendaciones de todo tipo, entre ellas la del entonces presidente Tabaré Vázquez, el partido no salía, pero en un vuelo de regreso un diputado venezolano le dijo que le faltaba una carta para que el partido saliera: la de José Mujica. Entonces, con Saravia fueron tras la carta. Mujica era senador, les dio una carta de recomendación comprometiendo incluso su presencia en el partido”.
Pero en marzo de 2014 el asunto fue a más, el Pato Cleste presentó una lista para las próximas elecciones con Enrique Saravia como candidato a diputado quien ha reconocido públicamente “no entender nada de política”. Ya en el mismo comienzo lo demostró al no chequear el número publicitado que tendría la lista que era el 1950, el año del “Maracanazo”, el cual estaba registrado anteriormente por el Partido Nacional, y anunciar que tendrían en sus filas nada menos que a Alcides Edgardo Ghiggia; Enzo Francescoli y los exbasquetbolistas Marcelo Capalbo, Hebert Núñez y Oscar Moglia. Los cinco, de inmediato, desmintieron públicamente su apoyo.

EL CHÁRTER CELESTE

El 27 de agosto de 2008, Pluna SA dio a conocer oficialmente la suspensión de la ruta a Madrid y con base en ese hecho tan importante buscamos la palabra de Campiani, quien nos dio las explicaciones del caso, resaltando que no podían seguir perdiendo dos millones de dólares mensuales y que querían crecer con rentabilidad. Finalizada esa parte de la conversación, el diálogo, que fue publicado en el Portal del Uruguay, prosiguió de la siguiente manera:

PDU –Por lo que tenemos entendido, se autoriza la operación del Boeing 737 en vuelo chárter a Caracas que sale a medianoche, en el que viajas tú, ¿es así?
MC –Sí, viajo como anfitrión, es un viaje muy importante, una iniciativa del gobierno venezolano. Viaja el senador Mujica, el ministro Bonomi, el presidente de Ancap, Sendic, y otras autoridades. También lo hace el equipo de la Mutual de jugadores. Se hará un partido allá, es toda una movida benéfica con el fin de ayudar al Uruguay. Incluso en mi viaje voy a hacer gestiones para Pluna también.

Pero había mucho más detrás de aquel vuelo. Esa mañana del 27 de agosto, Campiani estaba desayunando y leyendo online las noticias cuando un vecino del edificio en el que vivía con su familia en la Rambla Mahatma Gandhi, en el barrio Punta Carretas, de nombre Gerardo Moro, fue a avisarle: “Mujica está muy molesto, tiene que irse esta noche a Venezuela y dice que Pluna no les da un chárter que tenían pedido para un grupo de la Mutual de Jugadores de Fútbol”.
Campiani llamó a la empresa y le informaron que, efectivamente, ese chárter había sido solicitado por el Pato Celeste y la gente de la Mutual, pero que nadie había ido a pagarlo y por lo tanto el servicio no se iba a prestar.
Al poco rato de cortar, suena su celular y, para su sorpresa, quien le llamaba era Raúl Sendic, el presidente de Ancap. Por la cabeza de Campiani, en fracciones de segundos, pasaron varias especulaciones acerca de cuál sería el motivo por el que por primera vez iba a hablar con el jerarca de la petrolera nacional, a la que Pluna le debía bastante dinero por el suministro de combustible. Sin imaginar nada promisorio, se prestó al diálogo.

MC –¡Ah!, mucho gusto Sendic, buenos días.
RS –Buenos días, Campiani. Mire, lo llamo para pedirle un favor.
MC –Adelante, ¿qué precisa?
RS –Vea, supongo que estará en conocimiento de que esta noche debe salir un chárter de Pluna para llevar una delegación de la Mutual de Jugadores a jugar un partido benéfico en Caracas. Sé que ha habido inconvenientes y también que no se les ha pagado a ustedes este servicio, pero, por diferentes motivos, es muy importante la realización de este viaje. Entonces, lo estoy llamando para decirle que puede autorizar sin problemas la operación, yo me hago responsable del pago total del chárter.
MC –Bue, bue, bueno, con su garantía no hay problema, el servicio se da, ya mismo llamo a la empresa para que pongan en marcha todo el operativo, quédese tranquilo.
RS –Le agradezco, quedo a sus órdenes.
MC –Precisamente, Sendic, tendríamos que hablar usted y yo, necesitamos hablar de nuestra deuda y, por sobre todo, del precio del combustible. Usted sabe que estamos pagando el precio más caro de la región, tenemos que hacer algo.
RS –¿Y por qué no viaja con nosotros? Va el senador Mujica, el ministro Bonomi, entre otros; sería un buen momento para que charlemos tranquilos.
MC –Bueno, tiene razón, nos vemos esta noche en el avión.
Campiani tardó unos minutos en poder hacer una composición de lugar. Ni por asomo se había imaginado que esa noche viajaría a Caracas y mucho menos en un avión de Pluna, pero así era.
A la hora convenida comenzó el check-in para abordar el Boeing 737-300 que comandaría el capitán Daniel Puyol, cuando le informan a Campiani que se había roto el GPS del avión.
Acostumbrado ya en poco tiempo a los imponderables de la aviación y en especial a los de Pluna, pensó con rapidez cómo solucionarlo y la solución se le ocurrió de inmediato: tenía que llamar a su instructor de vuelo personal, Daniel Chocho, y así lo hizo. Chocho, quien le estaba dando clases para convertirse en piloto, le dijo que sí, que le podía llevar un GPS manual pero que demoraría al menos una hora en llegar al aeropuerto, lo cual fue aceptado de inmediato. No había otra posibilidad.
Campiani ordenó matizar la espera haciendo servir la cena a bordo.
Finalmente el avión despegó rumbo a Caracas con una escala prevista en Santa Cruz de la Sierra. Como ya fue dicho, hasta ese momento Pluna no había recibido un solo peso por el servicio.
Campiani, además de autorizar las partidas a rendir para viáticos de la tripulación, debió solicitar en caja algunos miles de dólares para pagar la recarga de combustible en el aeropuerto de Viru Viru. El acuerdo llegaba hasta ahí, ya que los contratantes del chárter habían convenido con el gobierno venezolano que este se haría cargo del costo del combustible para el viaje de regreso.
Campiani es uno de los pocos rioplatenses para quienes el fútbol es totalmente desconocido; no es un deporte que le interese y, por lo tanto, nada sabe al respecto. No estamos seguros de si es totalmente cierto, pero se dice que cuando le presentaron a bordo a Alcides Edgardo Ghiggia, fue cuando supo que había existido la leyenda de Maracaná.
Pero lo que sí es realmente cierto es que cuando llegó a su asiento saludó a quien ocupaba el sitio vecino muy cortésmente, lo que le fue correspondido, y ambos viajeros comenzaron a charlar. Pudo ir adivinando, durante la charla, que se trataba de un exfutbolista, y a juzgar por su presencia y su forma de expresarse, seguramente era alguien por fuera de la media del prototipo y que además había sido exitoso, lo que confirmaría cuando Campiani le preguntó acerca de su actividad en ese momento. La respuesta fue: “Tengo negocios en Estados Unidos”. Entonces, picado por la curiosidad, le preguntó en qué rubro y obtuvo por respuesta: “Soy uno de los dueños de Gol TV”... Créase o no, estaba hablando, sin saberlo, con Enzo Francescoli.
Con Mujica se saludaron cordialmente y punto. Con Sendic, luego de verse cara a cara por primera vez en sus vidas, quedaron en charlar en Caracas y así lo hicieron, de forma muy amigable, a tal punto que Campiani posteriormente le presentó en Montevideo a un inversor árabe, llamado Hassan Rassouli, que quería poner en Uruguay, en acuerdo con Ancap, una fábrica de bitumen.
De la investigación realizada a este respecto, pudimos saber que enseguida de llegar a Maiquetía, el aeropuerto de Caracas, adonde el grupo no pasó por Migraciones ni por Aduana, vieron a Mujica partir en un helicóptero. No pudimos confirmar si a bordo venía Chávez, pero es de suponer que la aeronave había sido enviada por su amigo, el presidente venezolano.
Este vuelo se realizó a fines del mes de agosto de 2008. Un poco más de un año antes, pero también en agosto, más precisamente el 4, fue cuando se registró en el aeropuerto bonaerense de Ezeiza el escándalo de la valija de Antonini Wilson, que Wikipedia resume así: “El Caso Antonini Wilson es un proceso judicial y una polémica generada cuando Guido Antonini Wilson (1961-), un empresario venezolano-estadounidense, llegó a Argentina, el 4 de agosto de 2007, con una maleta con 790.550 dólares que no había declarado a su llegada y que fueron decomisados. El caso tuvo una amplia repercusión mediática porque coincidió con la campaña presidencial de Cristina Kirchner y la presentación del referéndum por parte del presidente Hugo Chávez para cambiar la Constitución del país, incluyendo normas que le permitirían buscar la reelección. El caso, involucrando a ciudadanos argentinos, estadounidenses y venezolanos, fue caratulado de diferentes maneras por el periodismo y la opinión pública como “escándalo de la valija”, “escándalo del maletín”, “maletinazo”, “maletagate” o “valijagate”.
En el viaje de regreso, curiosamente tampoco el grupo de uruguayos pasó por Migraciones ni por Aduana en Maiquetía.
Finalmente, y como lo documenta la foto publicada en Detrás de escena de: Pluna, el riesgo de volar alto del Portal de América, más de un año después de realizado este chárter, que tomó estado público y que como historia oficial transportó a exjugadores de fútbol para un partido benéfico –y en el que viajó el actual presidente de la República, el actual ministro del Interior Eduardo Bonomi, el actual ministro de Transporte Enrique Pintado y el expresidente de Ancap, Raúl Sendic (quien garantizó la operación)– fue pagado con un cheque firmado por Nelson Gutiérrez, integrante de Tenfield, la empresa que lidera Paco Casal. El documento fue entregado a Campiani por Gustavo Torena, el Pato Celeste. Aunque cueste creerlo, el acto fue documentado con esa fotografía, en la que lucen sonrientes Campiani y Torena (el Pato Celeste), sosteniendo el cheque, cada uno de un extremo.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.