Somos piolas y hermanos hasta que molestamos
Miércoles, 25 Junio 2014
Si hacemos un buen negocio con empresarios finlandeses espantados por las coimas pedidas, terminamos en La Haya. Si Luis Suárez tiene la osadía de salir del quirófano y eliminar a los ingleses, terminamos en la FIFA. Mientras no jodemos y vemos transcurrir la vida como un país "tranqui" y en muchas cosas ejemplar, nadie se acuerda de nosotros. Cuando aparecemos sacando la cabecita de la inercia cotidiana, nos pegan un tiquiñazo de inmediato como recordándonos "enano, andate al rincón".
A ningún periodista inglés, brasileño, colombiano ni argentino se le ha ocurrido pedir sanción para el codazo alevoso de Neymar en el partido inaugural o para el otro montón de agresiones que se han dado hasta ahora en el Mundial, pero ante una supuesta moprdida del Pistolero, hasta nuestros propios diarios llegaron a colocar en portada la posible sanción de FIFA, revelando una vez más la mediocridad de los editores a la hora de medir lo que publicar. Cuando no aparece en portada el puente San Martín bloqueado, capaz que si existió y la consiguen, no dudarían en colocar la foto de Luis mordiendo a Chielini, el gran actor italiano (además de llorón como dijo Lugano).
"Es un torneo de fútbol y no uno de moralidad barata" dijo saliéndose de su habitual mesura el Maestro Tabárez respondiendo a los impresentables periodistas ingleses, representantes de la más rancia prensa amarillista del globo.
Estamos en el reino de la mediocridad donde se ejerce el poder desde las redes sociales pero en los medios la cosa es peor aún.
Los mismos que anuncian que trabajan con "posición de comentarista" (admitiendo que salvo esta vez siempre fueron colados y sin pagar derechos), son los que dicen que los defensas "le pegan de punta y para arriba"....¿alguna vez habrán jugado al fútbol estos nerds?, ¿cómo se hace para agarrar una pelota en el aire para pegarle de punta y para arriba....?
No vamos a aplaudir a Suárez. pero tampoco vamos a ayudar a condenarlo. No se puede ser tan veleta y un día decir que es Dios y al otro acusarlo de ser Diablo.
Tuve la suerte de ver mucho fútbol; tuve la suerte de respirar mucho vestuario en épocas gloriosas y no porque haya sido jugador. Tengo horas y horas de diálogo con próceres de este deporte como con el inmenso Tito Goncalvez, el verdadero, el gran capitán de los sesenta. El fútbol es mucho más que entrenamiento y calidad, sobretodo, para los pequeños como Uruguay al que cada día le sienta mejor ser David, por eso, vivimos yendo al río a elegir las piedras y siempre tenemos pronta la honda para acertarle en la frente a los Goliats que nos ponen en el camino.
En el barrio decíamos "chupen giles".
A los colegas vernáculos les decimos "no aviven giles".
Y a Luisito le decimos, "no seas gil".
Son años.
Nos vemos.
Portal de América





