Conductas porteñas. ¿Seremos así…?
Viernes, 20 Enero 2012
Mi oficina está en un piso 19, hemos gastado bastante dinero en modernizar los ascensores, en el edificio hay cuatro, son de velocidad media y ahora luego de la modernización, cada uno tiene balanza, cuando se excede el peso permitido, no arrancan, hay también un aviso que dice que la capacidad es para 6 personas o 450Kg; cada uno tiene una pantalla indicadora que señala si sube o baja y los pisos que se van recorriendo y una voz nos avisa luego de cada parada si sube o baja.
por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Lo sorprendente es que la gente hace caso omiso de estos adelantos técnicos que le costaron al consorcio casi u$s 320.000, cuando un ascensor para en un piso, el 90% de la gente pregunta a los eventuales ocupantes si sube o baja, si ven seis personas la gente no acepta que la balanza del ascensor indique que aun hay capacidad de peso disponible, tampoco acepta si hay menos de seis personas que la balanza indique “completo”, y nos queda la gente que se enoja porque desean subir y el ascensor baja o viceversa y comenta como justificación “bueno no sabía” pese a que en cada piso y en el propio ascensor una pantalla bien visible señala su dirección.
Días pasados yo llamé al ascensor desde la cochera del tercer subsuelo y arribó con dos personas que me increparon duramente porque los había hecho bajar a esas profundidades y ellos querían subir…luego el encargado del edificio me decía que le habían aclarado que ese ascensor “bajaba” cuando pregunté si había fallado la pantalla indicadora.
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Como saben los lectores soy un asiduo cliente de la línea de buses 132, para ir hacia el centro lo tomo en la puerta del edificio ya que a muy pocos metros hay una parada para esa línea y para la 106. En general por la densidad del tránsito los buses paran unos cinco metros antes o después de poste que señala su parada y ello provoca, con justa razón, las quejas reiteradas de la gente porque además con las corridas que se producen para poder subir el orden de la fila se pierde y los “forzudos” o “desaprensivos” ganan varias posiciones que provocarían la envidia de los corredores de formula 1. A veces ocurre que algunos choferes no abren las puertas, tanto para ascenso y descenso hasta que no alcanzan el lugar exacto de la parada. Pues bien no se imaginan las protestas de la gente contra el chofer que intenta respetar las “reglas”, menos bonito puede ligar cualquier tipo de insulto. Es decir, no nos viene bien ni la infracción ni el cumplimiento de la regla…
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Hace unos meses por culpa del viento zonda tuve que regresar desde Mendoza en ómnibus. Salimos puntualmente, pero al llegar cerca de Junín, serian las cinco de la mañana una intensa niebla cubrió la ruta, estimo que la visibilidad seria de no más de dos o tres metros. Aclaro que la ruta era de mano y contramano y creo que no había banquinas asfaltadas. Con buen criterio los choferes decidieron parar en una estación de servicio para esperar que mejoren las condiciones del clima. Seriamos unos 20 pax, no se pueden imaginar los reclamos de un grupo de cinco o seis que querían seguir a toda costa. Además estos quejosos buscaban la complicidad de los que creímos que parar fue una buena decisión y uno de ellos al verme paciente, me decía de modo imperativo “Acaso no son profesionales…si no pueden manejar con niebla les tendrían que quitar el registro (sic)…”
El nivel de accidentes y de muertes en las rutas es alto, pero parecería que siempre los accidentes les ocurren a los otros…gracias a Dios y lo grave es que lo pensamos con devota hipocresía…
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Vuelvo a mi edificio, hemos gastado unos pesos en comprar los llamados “ordenadores” que se ubicaron en el hall de la planta baja. El edificio tiene mucho movimiento de personas y ante el desorden que se producía para “asaltar” los ascensores, optamos por los ordenadores. Pues bien la gente los elude y el personal de vigilancia dice que no “tienen atribuciones” para indicarle a la gente que deben circular por ellos para evitar desordenes. Ahora las discusiones se producen entre los que respetan el orden y los que los eluden…todos dicen tener razón…obvio siempre se perjudica el que respetó el uso de los famosos “ordenadores”.
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En esta zona de Barrio Norte, me refiero a la zona que circunda al Hospital de Clínicas, Facultades de medicina, Odontología, ciencias económicas, suelen abundar los llamados “carteristas” o quizás, mejor dicho “arrebatadores”, nombre más técnico y profesional...(ahora a los delincuentes se los divide entre los que son profesionales y los que no, generalmente éstos son los drogados…)
Ignoro cómo ocurrieron los hechos pero dos policías detuvieron “in fraganti” a dos presuntos “arrebatadores”, digo presuntos porque no se los puede calificar de “chorros” hasta que un juez así lo sentencie, y los tenían sentados contra una pared y con las manos apoyadas en ella, esperando unos patrulleros cuyas sirenas anunciaban su proximidad, seguramente para trasladarlos a la comisaria o a Tribunales.
Pues bien una señora que miraba preocupada la escena, me comentó “Que vergüenza miren como “esos” (por los policías) tienen a esos pobres chicos…”
La verdad sentí remordimientos y me lamenté no haber invitado a “…esos pobre chicos…” con un champagne Brute nature…
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Ahora tenemos como tema el precio de los servicios públicos, no solo el transporte. Desde hace diez años todos estos servicios son subsidiados de modo indiscriminado por el Estado, técnicamente diríamos que se subsidia la “oferta”, cuando los especialistas nos dicen que en verdad los subsidios deben dirigirse a ciertos segmentos de la “demanda” .
Es cierto la calidad de los servicios públicos es de muy bajo nivel, y la desidia en el mantenimiento es ya un hecho consuetudinario. Invito a nuestros lectores a viajar en algún servicio de cercanías de la Línea Mitre y apreciarán que hay tramos que pareciera que la formación podría saltar de las vías, obviamente circulan a muy baja velocidad…no hay que ser técnico para ver que el estado de las vías está en un límite ya intolerable, pero siguen funcionando, nadie sabe hasta cuándo o hasta que se de aquello de “ramal que para, ramal que cierra” claro esta vez el “paro” no será por reclamos sino por imposibilidad de prestar el servicio y seguramente la culpa la tendrá el general Roca, Bartolomé Mitre, algunas de las ultimas dictaduras o el “imperio…romano”.
Si bien el precio que paga la gente por usar los servicios es irrisorio, lo cierto es que los prestadores reciben un subsidio importante, lo que significa que perciben una tarifa real. La cuestión es “controla el estado el destino de los subsidios que se otorgan gracias a los impuestos que pagamos todos los habitantes del país…”.
Sin embargo hay otra cuestión al ser la tarifa irrisoria la gente poco le importa el estado y la calidad del servicio, “total es barato y en definitiva el viaje dura un rato”, por eso los medios de transporte están sucios, descuidados, pasa que al ser baratos, son de nadie y como suele ocurrir a caballo regalado no se le miran los dientes…
Esto pasa con todo lo público en Argentina, la desaprensión es total, nos gusta tener mascotas pero no limpiamos la “caca”; la calle se usa como basurero popular, y nos quejamos de la mugre que hay en la ciudad, la deben ensuciar “los opositores”; tenemos autos pero no respetamos la distancia mínima de separación entre auto y auto, no respetamos la señal de giro de otro vehículo, al contrario, nos provoca para impedirle el giro o el cambio de carril de circulación; no hablemos de nosotros cuando somos peatones, ciclistas o motociclistas, las reglas se hicieron para uno vaya a saber quien…, siempre pensamos que los accidentados son otros…nuestra viveza se demuestra violando las normas de connivencia…
Se “restablecieron algunos” servicios de ferrocarril de larga distancia que demoran 24 horas o más para cubrir el tramo Retiro (Buenos Aires)-TUCUMAN; casi 20 y pico para el trayecto “Pilar- Apósteles”, Misiones, más de ocho horas para recorrer los 320 Km que separan a Buenos Aires de Rosario (sic), mas de cinco horas para llegar a Mar del Plata. Hace años a Tucumán se demoraban 11 horas, a Misiones 13 o 14, a Rosario tres horas y Mar del Plata cuatro horas y un ratito…
Será que lo peor es mejor que nada…a eso nos hemos acostumbrado…
Lo hipócrita es que estos servicios se publicitan como que son para la gente de escasos recursos…que le den gracias al Gauchito Gil por tener “lo peor antes que nada, como antes en la década del 90…”
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Estos hechos son una muestra de nuestra cultura y obramos en consecuencia y las consecuencias de los actos son inevitables…lo grave es que no nos damos cuenta en el caso de las tarifas de los servicios públicos que el subsidio lo pagamos nosotros mismos con impuestos, el subsidio no lo paga “El Vaticano” o Caritas” ni siquiera el estado, lo pagamos todos los contribuyentes, seamos de clase alta, media, baja o indigente…
Habría redistribución de la riqueza, si los servicios públicos fueran de buen nivel, pero al ser lo “…peor mejor que la nada…”, en verdad estamos redistribuyendo miseria…que es un modo de achicar al país.
Algo es algo, me dirán los progresistas…y tendré que reconocer que tienen razón…
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Recuerdo hace años almorzamos con Aldo Ferrer y el Dr Horacio Domingorena en la Recoleta en Harper’s, un restaurante que se destacaba por la calidad de su gazpacho, plato preferido del Dr Ferrer y nos decía que los argentinos tenemos la costumbre de agrandar los problemas y achicar el país y que ese era un tema cultural que venía de años o siglos.
El propio Ferrer nos ponía como ejemplo la construcción del complejo ZARATE BRAZO LARGO, que lo tuvo como artífice decisivo de la obra y se presentaba como la obra del siglo, como la obra más grande que podría encarar la Argentina.
El nos decía que de ese modo agrandábamos la obra hasta límites fantasiosos y achicábamos el país. En esa época esa obra que no llegaba al 4% del presupuesto nacional, en términos económicos era una obra importante, pero una obra más, de las tantas que quedaron pendientes a lo largo de los años….
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Traigo a colación este recuerdo porque ahora para hacernos de unos dólares, malgastados en las buenas épocas, restringimos el comercio exterior, prohibimos exportaciones y lógicamente restringimos importaciones de donde convertimos al dólar en un símbolo más importante que el desarrollo del país…
Portal de América





