por Luis Alejandro Rizzi, desde el Aeropuerto de Carrasco

Terminada la cena y mientras esperábamos en la esquina que Antonio llegara con su  auto para acercarnos al "After", hotel que nos sorprendió por la calidad de su personal, lo que denota una profesionalidad poco común en la hotelería internacional, gracias a Dios he andado bastante para poder comparar y en este momento me viene también a la memoria el Green Garden de Praha, que pondría en el mismo nivel de calidad.

Les decía que mientras esperábamos conversando con mi mujer y Yoselin, un arrebatador me arrancó mi carterita en la que solo llevaba tarjetas de crédito y mis anteojos.

Fue un mal momento y una circunstancia que se repite en casi todas las ciudades, grandes o chicas y que resulta muy difícil prevenir y reprimir. En el caso ni siquiera vi al "chorro".

Uno está acostumbrado a este tipo de hechos que no creo que puedan configurar el clima de inseguridad que muchos pretenden pintar, especialmente cierto periodismo.

La inseguridad es otra cosa, sobre la que alguna vez volveremos para dar nuestra opinión.

Pero ese mal momento, tuvo también su "buen momento", que deja en el haber un saldo más que positivo.

Hoy a la mañana (el hecho ocurrió anoche o quizás ya era la madrugada de hoy), recibí un llamado de mi hija desde Buenos Aires, para decirme que una señorita, llamada Mariana, había encontrado mis objetos arrebatados y los había llevado a la seccional 10 en la calle Pereyra.  

Fui a la  seccional 10 y me sorprendió la cordialidad y el esfuerzo que también había hecho su personal para ubicarme, incluso me descubrieron como columnista de este Portal.

Ya estoy en el aeropuerto esperando  mi vuelo AR1207 para regresar a Buenos Aires, y quería contarles este hecho, trivial por cierto, pero que demuestra varias cosas, una de ellas que acá en Uruguay "todos viven para el turismo" y como en mi caso fue un desconocido y una institución policial que hicieron lo que ni siquiera pasó por mi cabeza, para que ese mal momento se viera recompensado por ese don que tanto escasea "la buena voluntad" que significó un esfuerzo, para Mariana que tuvo que ir hasta la seccional 10, para el personal policial que hizo lo imposible para ubicarme y que luego me atendió con una inusual cordialidad.

Les parecerá paradójico pero le doy gracias al "arrebatador" porque me hizo conocer lo mejor de mucha gente y me hizo vivir un "buen momento" ya que hubo personas que se preocuparon por nosotros y eso es lo que vale y lo que quiero destacar.

Gracias a Mariana, gracias a la Seccional 10.

Al arrebatador mi lástima y mi compasión, quizás no sabia lo que hacia....!

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