Reflexiones sobre Europa del Este
Jueves, 29 Septiembre 2011
Praga
Nosotros la llamamos "Praga" pero para los checos es Praha, por eso como respeto al país usamos su denominación local o nacional si prefieren. El turismo es una de las mejores escuelas porque al conocer nos permite comparar y de ese modo enriquecemos nuestras ideas. Alguna vez escribimos que el turismo es "ocio" y eso significa que no solo se refiere al descanso sino también al uso creativo del tiempo libre y eso es lo que estamos tratando de hacer con Claudia.
por Luis Alejandro Rizzi desde Praha, República Checa
Antes de continuar con este "diario de viaje" estuvimos pensando sobre esta Europa desconocida en cuanto a su idiosincrasia para muchos de nosotros.
Cuando llegamos a Split ya percibimos algo distinto, había algo que pese a la presencia latina durante siglos, hacía a la gente diferente. Lo mismo nos pasó al llegar a Zagreb, a Budapest y ahora ya en Praha.
Pensamos mucho en la presión que padeció la gente durante la dominación soviética, aun se escucha hablar de los centros de tortura, muchos de los cuales desaparecieron hace menos de veinte años, si menos de veinte años...!, de la lucha de muchos seres anónimos por la libertad y para lograr instaurar el menos malo de los regímenes políticos conocidos hasta ahora como es la democracia, de quienes padecieron cárcel por el delito de pensar de otra forma o diferente, recordaba escritos de Vaclav Havel en los que además denunciaba las hipocresías de Occidente, muchas otras cosas que todos conocemos, sin embargo también buscamos descifrar eso "diferente" de lo que escribía antes.
Es obvio que el pensamiento lineal siempre nos lleva a equivocaciones y lo que es peor al conocimiento parcial de la verdad que es una de las formas mas perversas de la mentira.
La dominación soviética también dejó herencias sobre las que tenemos que pensar muy seriamente en este mundo en crisis que se niega a reconocer que su causa es cultural.
No quiero decir que debamos revisar toda nuestra cultura, pero sí sus abusos o mejor dicho sus hipocresías.
Hoy leía una nota de Martín Lousteau en La Nación. com, en la que decía con relación a la crisis que unos se emborracharon pero muchos suministraron el alcohol, gratuitamente agregaría yo.
Al recorrer estos países, aunque sea a vuelo de pájaro como lo estamos haciendo, se advierte el respeto y cultivo de ciertas virtudes, como la austeridad; la prudencia, quizás fruto de la dominación padecida; el respeto, la gente es más o menos simpática, pero siempre considerada con el prójimo, el respeto por las normas por parte de todos; algo que impacta es el cariño y cuidado con las mascotas, pueden viajar con sus dueños en los medios de transporte, son admitidas en la mayoría de los hoteles y en las calles y parques no se ve una sola muestra de caca, no pude evitar comparar con Buenos Aires donde la caca abunda por doquier (y en un aspecto más general... No sólo la de las mascotas!!)
Otra virtud es el respeto por lo público, no se ven actos de vandalismo y no puedo evitar comparar con Buenos Aires, en la que ahora vivimos disfrazados de "nacionalismo" y nos importa un pito lo público, basta con ver monumentos dañados, calles sucias, destrozos en los medios de transporte, teléfonos públicos, espacios verdes, es difícil encontrar pasto sano, uso de lo público para fines sectoriales, etc, etc, etc...
Nos llamó la atención que en esta Europa del Este no se ven lujos. Quedan los lujos de antaño, de fines del siglo 19 y principios del 20, pero es como si el régimen soviético comunista hubiera hecho carne en la gente de un sincero sentimiento de igualdad, lo que no quiere decir igualitarismo.
Estos países sufren sus problemas, Croacia tuvo su guerra, Hungría, los países eslavos tuvieron que asumir sus nuevas realidades, pero son ajenos a la crisis, tienen la propias comprensibles y justificables, pero nos cuesta imaginar que falsifiquen estadísticas, o las cuentas de sus gobiernos, establezcan derechos o privilegios no sustentables o permitan abusos o que mientan para lograr beneficios.
Parecería que la competencia tiene otro significado, mas humano, mas razonable, mas entendible, no se trata de una competencia destructiva o creativa como les gusta decir a algunos snobistas, sino de una competencia para ser un poco mejores cada día.
Volviendo a la nota de Lousteau, en esta Europa del Este, el que se emborracha paga y el alcohol no se regala.
Les escribo estas reflexiones para que nos pongamos a pensar sobre todos estos temas que hacen mas que nada al futuro de nuestros hijos. Personalmente no quiero trasmitirles o legarles los problemas que nosotros creamos y no supimos resolver.
Tampoco quiero trasmitirles nuestras deudas.
La libertad es un derecho para cumplir con nuestras obligaciones.
La libertad no es un derecho para hacer cualquier cosa.
La libertad es el derecho para hacer lo que se debe.
Miren ustedes este viaje de turismo lo que nos está haciendo pensar y creo que para bien...
Portal de América





