Turismo y Religión
Jueves, 11 Noviembre 2010

Turismo y Religión

Leía que comerciantes y hoteleros, como si estos no lo fueran, no vieron cumplidas sus expectativas de “negocio” con el viaje del Papa Benedicto XVI a Barcelona.

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por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires

La municipalidad o ayuntamiento de Barcelona estimó que esa visita que solo duraría unas pocas horas, debía dejar € 30 millones y de ese modo largamente se compensaría la inversión en seguridad que habría rodando los € 2 millones.

La visita del Papa pudo haber sido un negocio redondo ya que haciendo una simple cuenta de suma y resta debería haber quedado un saldo positivo de € 28millones, pero ese eventual negocio se convirtió en un frustración.

Asi se conocieron anécdotas curiosas como el encargado de un bar cercano a la Sagrada Familia que dijo, según “El País”: “Habíamos previsto mucho mas movimiento, compramos 300 barras de pan para bocadillos y solo hemos vendido 150, igual que un fin de semana normal” o aquel otro que ofertaba “souvenirs religiosos” y no vendió ni uno…
Otros comentarios eran “hubo gente pero no gastaba” o hubo menos gente de la esperada según quienes arriesgaban cifras de concurrentes que oscilaron entre las 75.000 y 250.000 personas.
Viene esto a cuento porque hace un tiempo nos preguntábamos si podía hablarse de “Turismo religioso” y respondíamos negativamente.

Creo que esta frustración comercial del viaje del Papa a Barcelona ratifica nuestra idea.
Nuevamente aclaro que el hecho que el “turismo” proponga itinerarios de neto contenido religioso, no invalida nuestra opinión, ya que esos programas serán “turísticos” y no religiosos.
Para los católicos, ya que hablamos del viaje del Papa Benedicto XVI, la “peregrinación” tiene que ver con la “búsqueda de lo sagrado” y la “búsqueda de la verdad”. La peregrinación es también un testimonio de fe.

El “peregrino” es lo más alejado del turista, es su antónimo, al “peregrino” lo mueve su fe y su gasto en ocasión de la peregrinación, es el mismo gasto de todos los días o quizás menos, gastará de acuerdo a su nivel de vida.
Cuando el Papa viaja, en verdad “peregrina” porque va en busca de sus fieles y el “peregrino” va en su búsqueda.

“Peregrinar” es acercarse, buscar y encontrar.

En el viaje “turístico” por el contrario se pretende hacer un uso provechoso del propio “tiempo libre”.
El turista anda por “tierras extrañas” para conocer, el “peregrino” en verdad nunca anda por tierras extrañas, aunque “peregrine” por lugares para él desconocidos.
Decimos que el turista “anda por tierras extrañas” comparando con su lugar habitual de residencia, que viene a ser “su tierra”, ese es el alcance de “tierras extrañas” cuando nos referimos al turismo.
El turismo es un “hacer” algo diferente, distinto, no lo usual ni lo propio de lo cotidiano, el “peregrino” hace lo de todos los días porque hace culto de su fe, el peregrino es un “romero” que viaja con “bordón” y “esclavina” como lo define la Real Academia.
Una cosa diferente es si el comercio puede aprovechar un “hecho religioso” como “negocio”.

El caso que nos ocupa es una muestra, el viaje del Papa fue pensado por el comercio en general de Barcelona, incluyendo el “turismo”, como la posibilidad de “un buen negocio” y esa expectativa no se cumplió, a la luz de los números expuestos mas arriba y aparentemente perdieron aunque también pudieron haber “perdido de ganar…” que es otra cosa.

En el caso de las peregrinaciones masivas, por ejemplo a la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, Pcia. De Buenos Aires, Argentina, obviamente pueden producir un “hecho comercial”, ya que esos “peregrinos” deben viajar, deben merendar, en algunos casos permanecen por uno o mas días, pero ese gasto en el que incurren los “peregrinos” nada tiene que ver con el “turismo” como actividad.

Nada impide que una vez finalizada la  “peregrinación”, el “peregrino” se convierta en turista, pero en ese punto salimos de lo “religioso”.
Por último no se puede negar que hay agencias especializadas en lo que se llama “turismo religioso”, pero a poco que profundicemos sus actividades veremos que podemos establecer dos grandes líneas de negocios.

Una de ellas tiene que ver con el movimiento religioso dentro de la Institución Iglesia, viajes de miembros de la Iglesia por razones de su actividad estrictamente religiosa, lo mas común son los viajes al Vaticano desde diversos lugares del mundo, también entre las diferentes diócesis, alojamientos en algunos casos y podríamos incluir también los movimientos de laicos relacionados con la actividad de la Iglesia.

La otra línea tiene que ver con la organización de viajes turísticos a lugares religiosos, como puede ser Tierra Santa, a la Meca, para visitar Catedrales Europeas, mezquitas, otros templos, museos de arte religioso, sitios de contenido histórico religioso, en fin todo lo que se nos pueda ocurrir relacionado con la religión.

Esta actividad es netamente “turística”.

Obvio es a veces difícil trazar la línea entre el viaje religiosos y el viaje turístico ya que esa línea en general es subjetiva, pero para quien el turismo es oficio o profesión, debe tener presente esa motivación porque de lo contrario podría llevarse desagradables sorpresas como ocurrió con la visita del Papa a Barcelona.

 

Portal de América

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