El envejecimiento poblacional y el turismo
Domingo, 19 Junio 2022 14:57

El envejecimiento poblacional y el turismo

Personalmente no me gusta distinguir en modernidad y post modernidad o entre modernidad y antigüedad, no le veo sentido. Nosotros vivimos siempre en tiempo presente, no podemos salir de la “circunstancia” orteguiana, aunque el presente lo vivamos en función del futuro. Pensamos (mucho, poco, mal o bien), razonamos, creemos, en una palabra, vivimos según nuestro tiempo presente. Debemos resolver los problemas de hoy, esa es, para mí, la tarea de vivir, es lo normal, las “normalidades” son objetivos que se deben buscar y conseguir. Hoy propongo reflexionar sobre un tema al que no veo que le prestemos atención, como es el modo en que el envejecimiento poblacional  impactará en el turismo. Lo que sigue pretende ser una incitación a pensar en esto, nada más.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @007Rizzi

El disparador de esta nota es un artículo que leí en el diario La Nación "El envejecimiento poblacional muestra sus múltiples costos", sin perjuicio de que vengo siguiendo esta cuestión desde hace un largo tiempo, pensándolo desde otro ángulo y a modo de pregunta ¿vivir más es una bendición?

Obvio para mí lo es, mi padre murió a los 74 años por un problema cardiaco, yo a la misma edad, 40 años después, tuve el mismo problema, pero con una angioplastia ya le llevo ocho años de sobrevida, ¿no les parece una bendición…?

¿Podemos decir que “envejecer” o “vivir más”, es una cuestión que nos traerá problemas insolubles o muy difíciles de resolver…?

El financiamiento de los sistemas previsionales ha pasado a convertirse en cuestión: “Si ahora rebajar las pensiones o congelarlas ya supone un desgaste electoral para los gobiernos, ¿se atreverán a hacerlo cuando esas medidas afecten a un porcentaje de población mayor? ¿Habrá una reacción por parte de los jóvenes para protestar por el agravio comparativo de que las crisis recaigan con más fuerza sobre sus hombros? Para María Jesús Valdemoros, profesora del IESE, “puede haber tensiones generacionales”, afirma", y "habrá que gestionarlas.”

Esta cuestión social presente tiene que ver con otra no menos importante como es la relación de la justicia generacional, o entre generaciones para ser más precisos.

Esta cuestión ya no sólo impacta en el modo de distribuir el ingreso y el gasto presente, sino también de cómo influirán en el futuro, que serán los “presentes” sucesivos.

Pienso que la edad para obtener beneficios previsionales se deberá prorrogar en la misma relación que crece la expectativa de vida, en principio de este modo se podría garantizar un mínimo nivel de consumo creciente, ya que también se fortalecería el nivel de consumo de los más jóvenes, dado que el costo del gasto previsional mantendría una debida relación entre aportantes y beneficiarios en valores reales.
En esta línea de pensamiento “el envejecimiento poblacional” exigiría cambiar algunos parámetros, el primero sería definir cual debería ser el piso de edad para acceder a un beneficio previsional, diría 70 años de edad.

El envejecimiento, lo tenemos que ver como un mayor tiempo de “juventud vital”.

Esto significaría que el mercado para el turismo debería crecer en volumen, cantidad de personas que viajan con motivo del turismo, que provisoriamente definiría como “Todo desplazamiento por más de 48 horas desde el lugar de residencia habitual, por motivos de ocio por el tiempo máximo de vacaciones establecido por cada país de residencia. Para el turismo internacional, se debe tener en cuenta el tiempo máximo de estadía permitido para la persona que ingresa como turista”. Aclaro que estamos trabajando con Miguel Acerenza para darle a esta definición una redaccion definitiva, por lo menos para nosotros.

Como se ve excluimos los mal llamados turismo, “religioso”, de “negocios”, de “aventura”, “médicos” (hace pocos años había un turismo hacia los países que habían legalizado el aborto), o de diferentes colectivos, durante la peste se habló del “turismo de vacunas”.

La oferta turística también deberá adaptarse a ese “envejecimiento-juventud”, me refiero a ese segmento de entre 60 y 70 años que obviamente exigirá condiciones diferentes, mayor comodidad en el transporte aéreo, la configuración de “alta densidad” no sería adecuada para ese nivel de edad. En mi opinión los estados deberían establecer condiciones mínimas de configuración de las cabinas de pasajeros.

En los servicios de hotelería y comidas también se deberán ofrecer condiciones especiales para ese segmento de edad.

Lo mismo en los servicios de traslados y de paseos. Me contaba días pasados ocasionalmente un agente que en el precio de los servicios que oferta, para los mayores de 65 años incluye los traslados hacia y desde los aeropuertos de salida y llegada, salvo que el cliente los rechace, también sólo ofrece hoteles con ascensores y servicios de asistencia médica incluidos en la tarifa.

Como vemos no debemos pensar en las “viejas normalidades” que ya fueron, sino en saber ver la “normalidad” de hoy.

Para ir cerrando, en el artículo que usamos de referencia, publicado originalmente en el diario El País de España, se acotaba un dato interesante surgido de un estudio hecho por el BBVA basado en los gastos con tarjeta e importes retirados del banco. Los clientes con un mayor nivel de consumo son de entre 35 y 64 años, sería lógico pensar que ese espectro por lo menos en el límite de mayor edad se debería extender hasta los 70 años.

Una aclaración para desprevenidos, partimos del supuesto que los índices de inflación actuales del alrededor del 10% en Europa y EEUU, en un máximo de tres años se acomodarán en torno a un máximo del 2/3% anual que sería la “normalidad” para la ciencia económica.

Portal de América

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