Turismo y economía
Domingo, 24 Abril 2022 14:55

Turismo y economía Wikipedia

La WTTC piensa que el turismo tendrá un crecimiento anual del 5,8% durante los próximos diez años, mientras que en ese lapso la economía mundial crecería menos de la mitad. Ese optimismo, desmesurado en mi opinión, se ratifica diciendo que el turismo será motor del crecimiento económico mundial, según hemos leído en portales especializados en esta materia del turismo y el transporte aéreo.

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por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @007Rizzi

Cuando veo estimaciones del tipo del 5,8 y 6,3 y 5,9 realmente me cuesta creerlas, dado que esos porcentajes “exactos” suenan a macaneo, como suele decir Juan Carlos de Pablo, ya que esa precisión es imposible. Distinto cuando se hace una medición retrospectiva, en esos casos se puede ser exacto y esos porcentajes, con la coma obviamente, son correctos.

A ese “5,8” le doy el simple valor de una tendencia, y lo que corresponde que nos pongamos a pensar es si el turismo como actividad económica podría crecer más que la economía mundial y ser motor de crecimiento, o si bien puede ser causa y consecuencia al mismo tiempo.

Según como lo veamos los “promedios” son ilustrativos y pueden ser muy mentirosos, sabemos que el hecho que haya diez gallinas y diez personas no es índice de que cada uno pueda comer una gallina, bien podría ser que uno solo se coma nueve gallinas y media, y los otros nueve mendiguen por la otra media gallina.

Cuando hablamos de promedios, es obvio que habrá datos superiores y otros inferiores, pero a su vez debemos ponderar cuales serían los “promedios núcleo”.

En esa dirección prefiero observar las motivaciones y posibilidades de la gente, y recurro a la pirámide de Maslow que ordena las necesidades en base al bienestar personal o general, lo que supone un orden de prioridades según los ingresos y posibilidades de gasto de cada uno. Ubico al turismo en lo que sería el tercer escalón.

Me parecer oportuno hacer una aclaración entre el “ocio o tiempo libre” y el turismo.

Intentemos algunas definiciones; Tiempo libre es aquel en el que no tenemos obligaciones u horarios predeterminados, por ejemplo, horario de trabajo, o de llevar y traer a los hijos a y desde la escuela o colegio. El “ocio” es el uso del tiempo libre en el “hacer” algo que nos deleite y nos cause placer o gozo, y el “turismo” tiene que ver con los desplazamientos, fuera del lugar de residencia.

Aclaro que el tiempo libre y el ocio no son actividades económicas ni comerciales, aunque generen un gasto, su disfrute está a mano de todos sin distinción. Es una actitud de vida, contemplar un amanecer, un ocaso, un paisaje, visitar un museo, escuchar música, leer, son algunos de los modos del uso el tiempo libre mediante la práctica del ocio.

El turismo sólo es posible a partir de determinada posición social, ya que implica gastar dinero y la capacidad económica del “turista” condicionará la posibilidad de su viaje.

La propensión de la gente para hacer turismo dependerá de su capacidad económica, como dijimos, pero también de cómo piense que será su futuro y el futuro de su lugar de residencia.

Según sea esa percepción organizará su escala de prioridades y en uno de esos escalones ubicará al “turismo”.

En mi opinión el turismo, por lo menos en los próximos cinco años, variará en el mejor escenario “pari passu” con el nivel de movimiento de la economía mundial. Esto significa que  pienso crecerá menos, ya que los que llamaría “commodities” del turismo-precio de los billetes de transporte, precios de la hotelería, de los demás servicios, como gastronomía, excursiones, seguros, también se incrementarán consecuencia de la inflación, que ya en promedio ronda un 8% anual y podría incluso superar los dos dígitos. Obvio me refiero a los países racionales, sin tener en cuenta el tipo de gobierno.

Perú es un ejemplo, diría que padece altos índices de “inflación política” (cinco presidentes en un breve lapso), pero su economía se mantiene ordenada y su inflación económica es de las más bajas de esta parte de América.

Las tasas de interés también irán en ascenso, el BCE fatalmente deberá salir de las tasas negativas y neutras y la FED ya comenzó con ese aumento, y la gente modificará sus hábitos de consumo, financiar el gasto será más caro.

Amén de la guerra, que se desarrolla, por ahora, en Ucrania, pero afecta a la economía mundial, ya se sabía que los volúmenes de dinero volcados a la economía durante “la peste”, tanto por la FED como por el BCE en algún momento impactarían en la economía, ya que la inflación es esencialmente una cuestión monetaria.

El dinero derivado al mercado en forma de créditos se encarecerá por la suba de los tipos de interés y si la política monetaria se endurece para dominar la inflación, es probable que aparezca el fenómeno de la recesión.

El otro pronóstico que no entiendo es el empecinamiento por precisar en qué año se retornara a los niveles del 2019, como si ese año marcara una época de oro.

Es cierto ese año se movió mucha gente, pero también hubo pérdidas, no se debe confundir flujo de dinero, con productividad o beneficio.

En todo caso el objetivo debe ser el de ver que debe hacerse para que el turismo continúe creciendo en términos de productividad y eficiencia.

En las circunstancias actuales no le doy credibilidad a los pronósticos dado que estamos viviendo una era muy rara en la que se están definiendo liderazgos. Rusia y China en su documento del 4 de febrero pasado ya mostraron algunas de sus cartas, y visto en perspectiva la invasión a Ucrania sería una simple consecuencia. Dicen en algunos párrafos: “No existe un modelo único para guiar a los países en el establecimiento de la democracia”; el carácter universal de los derechos humanos debe contemplarse a través del prisma de la situación real de cada país en concreto, y los derechos humanos deben protegerse de acuerdo con la situación específica de cada país y las necesidades de su población.”; “Ningún Estado puede o debe procurar su propia seguridad al margen de la seguridad del resto del mundo o a expensas de la seguridad de otros Estados.”

Occidente no tiene un “programa” político ni hoja de ruta alguna, y por ahora la provisión de petróleo y gas por parte de Rusia sigue siendo un condicionante político. Alemania por su economía, Hungría por su orientación política y reelección de Viktor Orban, que en los hechos parece “pro Putin”.

Francia por su crisis política, que si bien lo que parece un triunfo previsible de Macron garantizaría un mínimo de coherencia, el resultado de las próximas legislativas podría poner en evidencia la desvertebración de la política francesa, sus dos grandes partidos han desaparecido, solo lograron un 10% de los votos de la última elección. Esos dos partidos, el conservador y el socialista, eran los límites  o diques de la racionalidad política.

El turismo forma parte de esa realidad, por lo tanto, su futuro es tan incierto como en este momento lo es el del mundo.

Al sector le queda solo trabajar, como al resto de la economía, pendientes de que la incertidumbre no es del futuro, está en el presente.
En los últimos dos años y medio tuvimos “peste” y “guerra”, y el juego sigue abierto.

Portal de América

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