Ahora desde Sunchales (el turismo de los recuerdos)
Domingo, 17 Abril 2022 12:04

Ahora desde Sunchales (el turismo de los recuerdos)

Llegamos la noche del 15/4 desde Buenos Aires para visitar a Elsa Valinotti, mujer de nuestro entrañable amigo el “Chiro” Valinotti que murió el 10 de octubre de 2017 en un inexplicable accidente de aviación, cuando el avión que piloteaba se enredó con unos cables de alta tensión, en la maniobra previa al aterrizaje.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Sunchales, Provincia de Santa Fe,  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @007Rizzi

Como siempre viajamos a bordo de nuestro Peugeot 408 que cada día anda mejor, desde Exaltación de la Cruz, donde dejamos por una noche a nuestra mascota Celeste en la casa de mi hermana.

Viajamos por la ruta 8, autopista hasta el cruce con la 51 que nos llevó a Ramallo, y desde allí por la autopista Rosario-Santa Fe hasta la ruta 19 que une a Santa Fe con San Francisco, Provincia de Córdoba. En el cruce respectivo luego de recorrer unos 75 Km tomamos la 34 que hasta Rafaela ya tiene formato de autopista, y continúan las obras desde allí hasta Sunchales. Desde Rafaela se está construyendo una avenida de circunvalación con lo que se evitará el cruce de la ciudad. Según pudimos averiguar las obras de ese tramo podrían estar finalizadas dentro de un año y medio.

En este viaje notamos las mismas falencias que en los anteriores, lo que no es una buena noticia para nuestro turismo.

Lo primero que debería ser materia de preocupación es el peso de los camiones que circulan por nuestras rutas, no advertimos balanzas, y alguna que vimos en la ruta 9 no parecían estar en funcionamiento.

En las autopistas por la calzada derecha se notan las huellas que van horadando el pavimento, que de hecho obligan a la mayoría de los autos a circular por la izquierda, que sería la vida rápida. Esto lo notamos en la ruta 9 y en la 19.

Paramos tres veces en estaciones de servicio y el estado de los baños dista de ser óptimos, aclarando que se mejoró en cuanto a limpieza, pero hay faltantes de papel higiénico, jabón, mal funcionamiento de los secadores de manos y la obvia falta de toallitas descartables.
Asimismo, se debe destacar que tampoco los usuarios se preocupan mucho por el cuidado de las instalaciones.

Lo que nos debe preocupar es que estas falencias no favorecen el desarrollo del turismo, a las que se deben sumar las imprudencias de algunos, nunca falta quien sobrepasa a pesar de las líneas amarillas, o de los que creen que un viaje en auto es un gran premio de carretera.

Comparando con las rutas europeas, donde he recorrido a lo largo de los años casi 40.000 Km, notamos diferencias siderales. Por ejemplo, el mantenimiento de las rutas es permanente. Las estaciones de servicio están ubicadas de modo regular a distancias de 150 Km, puede haber más cercanas, los baños parecen quirófanos por su limpieza y disposición de los objetos necesarios para la higiene personal, y en muchos es usual la existencia de habitaciones para el descanso y pernocte.

La vez pasaba conversaba con una persona que administraba varias estaciones de servicio, y me decía entre otras cosas que en Argentina no hay mercado para abrir alojamientos de paso en las rutas, y agregaba como anécdota que en San Pedro, sobre la ruta 9, en su estación de servicio había construido un complejo con siete habitaciones que durante unos diez años tuvieron una ocupación promedio de sólo dos habitaciones por noche. Luego de que se construyera la autopista hasta Rosario desde Buenos Aires, no solo cesó la ocupación, sino que terminó cerrando la propia estación, dado que con el consumo mayorista no cubría los gastos de explotación, y el consumo minorista había desaparecido.

Otro dato de esa conversación era que en general los ocupantes clientes del “motel” como lo llamaba, eran viajantes de comercio que recorrían cientos de kilómetros para vender productos de diferentes firmas. Hoy los modos de comercialización han cambiado, y el “viajante” de hasta la década del 70 ha desaparecido. Hoy está internet.

En Sunchales nos alojamos en la sencilla pero acogedora “Posada de los tigres”, ubicada en el predio del campo deportivo del famoso club Libertad, que durante años fue protagonista esencial de la primera división de la liga nacional de Basquetbol. En la actualidad milita en el ascenso, en busca del ansiado retorno.

Fuimos invitados a presenciar un partido de futbol entre la reserva del club local y otro de Rafaela, y entre los 22 chicos había un grupito de tres o cuatro (la edad promedio era entre 14/16 años) que según nuestro modesto entender podrían tener destino profesional. Una persona que estaba con nosotros nos decía "hoy no vi a ningún buscador de talentos", pero suelen venir a menudo acá y a Rafaela, y me dio algunos nombres de jugadores que se destacaron entre ellos un tal Abertengo, fue el único nombre que pude retener, también mencionó un arquero que jugó años en River, ambos se iniciaron en Rafaela.

Con Elsa Valinotti recordamos junto a una de sus hijas, Graciela (Raquel, la otra hija vive en Estados Unidos, en el sur de Florida, desde hace más de 20 años), varios momentos de nuestras vidas que se remontan al año 1968 cuando el “Chiro” asumió la presidencia de APLA. A partir de ese año forjamos una sólida amistad que hoy mantiene vivo al Chiro, en imborrables e “incunables” recuerdos.

En esta época de la vida es cuando los recuerdos conforman un invalorable tesoro que nos hace creer en la inmortalidad del alma.

Varios nombres estuvieron presentes en nuestro encuentro, algunos se fueron, otros estamos, entre todos revivimos momentos como la conferencia de IFALPA de 1970, el viaje de regreso a Roma de Juan Pablo II en un 747 de Aerolíneas Argentinas, los casamientos de las hijas del Chiro, el último vuelo del Chiro, regresando de Nueva York, en que fueron sorprendidos por una fuerte turbulencia en aire claro, otro vuelo a Madrid donde tuvimos turbulencia durante la mitad del viaje y que motivara luego, durante varios años, las picantes bromas de Ernesto Ziedlockzec (nunca aprendí a escribirlo)  y tantos otros que forman parte de nuestra antología de la vida.

Ya listos para el regreso remito esta nota que podría integrar “el turismo de los recuerdos”, atento el marketing…

Portal de América

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