Sobre turismo, vacunas e ideología
Lunes, 14 Junio 2021 14:12

Sobre turismo, vacunas e ideología

Las ideologías son ideas que le dan un carácter al pensamiento personal y social, pero suele ocurrir que se confunde lo racional con lo real, pocas veces ocurre lo inverso. En política, como decía Juan José Sebrelli, la ideología vaciada de hechos es vacía, hueca y la política sustentada en hechos sin ideas es ciega, ese parece ser el drama de la política actual.

SACRAMENTO - proasur
CIFFT 1250x115
Mintur verano 1250x115
Arapey 1250x115
SACRAMENTO radisson
TSTT-1250x115
Fiexpo 2024 1250x115


por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (según datos oficiales, al 6 de junio fueron vacunados con una primera dosis 11.888.649 y sólo 3.124.085 con dos dosis, en verdad debemos considerar vacunada a menos de un 10% de la población*)

Ese es el número real de vacunados en la Argentina, 3.124.085 personas, el resto está parcialmente vacunado y no se sabe cuál es el efecto de esa “media vacunación”, lo que obliga a mantener restricciones como única medida preventiva contra “La peste”.

Es obvio que una de las tantas actividades perjudicadas es el turismo en varias de sus dimensiones, ya que comprende un amplio abanico de actividades comerciales y económicas que ven disminuido su mercado.

El mercado argentino de por si es chico, pero el turismo receptivo lo aumentaba en algunos puntos, difícil de precisar, pero para algunos segmentos como los “shoppings” podría llegar hasta superar en más de un 50% al mercado que llamaría “local” o residencial”.

Días pasados un agente de viajes, muy decepcionado por las políticas públicas, me decía viendo cerrada las “galerías Pacifico”, ubicada para los que conocen Buenos Aires entre Córdoba y Viamonte y San Martín y Florida, “De qué sirve que habiliten la circulación entre provincia y Capital, si el comercio está limitado y los shoppings cerrados".

Hay un turismo de horas, de gente que viene a la Capital sólo para hacer compras y tomar un café o comer un sándwich en los patios de comida en cualquiera de los shoppings, que constituye su paseo más accesible. Ese turismo murió y no sólo por las restricciones sino por todas las consecuencias que tuvo y tienen las restricciones en el nivel de gasto, el poder de compra bajó ya que la inflación disminuyó la capacidad de compra del salario real.

El sábado y domingo se notó el incremento de la circulación de personas entre el gran Buenos Aires y la Capital, y también por lo poco que pude ver la gente tiene menos capacidad de gasto. Era común ver gente en los lugares públicos y muy bonitos que tiene la CABA comiendo de sus viandas y mínima actividad en los comercios. También en la zona lindante hacia el Norte, como Vicente Lopez, Olivos y San isidro hasta donde llegamos, en medio de un intenso tránsito.

El turismo local o interno y el internacional siguen restringidos o cerrados como ocurre con el Reino Unido e Irlanda y países de la región.
El turismo local es mínimo y todo apunta a reducirlo al máximo durante las vacaciones de invierno, lo que ocurrirá además por la falta de dinero.

Aunque resulte paradójico, el segmento que cuenta con medios estaría optando por viajar a destinos de Estados Unidos para poder ejercer el derecho a vacunarse con la vacuna de su preferencia dentro de las tres opciones posibles Pfizer, Moderna o Jansen, las que precisamente aún no llegaron a la Argentina.

Es curioso el modo en que las marcas de esas vacunas se han convertido en “pendones de guerra”, al punto que Maria Eugenia Vidal, política que parecía inteligente, declaró antes de viajar a ese destino que no se vacunaría, para demostrar no sé qué nivel de decencia, prudencia, caridad o estupidez, más me inclino por esto último.

Pero no solo Vidal pecó de estupidez, también lo hace el gobierno al no habilitar un sistema de libertad de vacunas, sin perjuicio de que el Estado ofrezca la vacuna a los habitantes del país.

En este punto predomina una ideología cuaternaria que pretende convertir al Estado en un agente partidario del gobierno de turno. Pero como nos suele ocurrir, el Estado puso en evidencia su incapacidad para contratar y su voluntad para generar negocios para los empresarios amigos o confiables. Lo de AstraZeneca con el grupo Sigman no salió bien porque se pagaron al contado algo asi como U$S 60 millones por 22 millones de vacunas, y hasta ahora sólo se recibió un 10/15%, mientras las muertes superan las 85 mil personas.
La Sputnik generó otro negocio con el Laboratorio Richmond de Marcelo Figueiras, que ya comenzó a fraccionar la vacuna en el país, con la posibilidad de producirla a partir del año próximo si se consiguen los U$S 70 millones necesarios para construir la respectiva planta farmacéutica.

No dudo de la honestidad de los empresarios citados, pero nadie nos quita el olor a favoritismo y amiguismo que puede haber detrás de cada negociación.

Me llama la atención que el segmento del turismo no reclame por la escasez de vacunas y el bajo nivel de vacunación integral.

Se podría negociar con el sector médico y farmacéutico, con el sistema de transporte y alojamiento, una oferta de vacunación para toda persona que tenga intención de viajar o de ingresar al país, como punto de partida. Debería negociarse con el sistema bancario un modo de financiación y la garantía podría constituirse sobre un porcentaje sobre cada venta de un servicio turístico.

El sistema financiero también debe asumir riesgos.

Es más fácil aquello del que “…no llora no mama y el que no afana es un gil”.

*N.R.: hasta las 17:57 del día 14 habían 13:153.656 personas con una dosis y 3:393.495 con dos.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.