La sociedad mundial en vísperas
Domingo, 15 Marzo 2020

La sociedad mundial en vísperas

Víspera, cosa que antecede a otra  y en cierto modo la ocasiona. Pienso que los cambios en la vida se notan vistos en perspectiva retroactiva. No existe una fundación de épocas o eras, en su momento nadie dijo terminó la Edad Media y comenzó la edad moderna y luego la contemporánea. En mi opinión, los liderazgos son fundacionales en la continuidad, no son disrruptivos ni violentos. El liderazgo genuino es persuasivo, prudente y convincente. El líder es ejemplo. No lo debemos confundir con el caudillismo populista que sería la versión sofista del "líder".

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Personalmente tengo la sensación que vivimos en un momento de vísperas, no quiero decir que termina algo para que comience otra cosa, no me refiero a un cambio de "era", más bien pienso siguiendo a Ortega, en una modificación en esa medición que llamó "la altura del tiempo".

A partir de ahora se modificará, siendo optimista, el contenido de nuestro repertorio de ideas sobre lo que es el mundo y la vida. La visión pesimista sería pensar que nada cambiará  o que se cambiarían superficialidades para que todo siga igual.

Aún no se o no entiendo, lo confieso, cuál es el real nivel de gravedad del coronavirus, me cuesta aceptar que algunas decisiones se tomen en base a modelos matemáticos que medirían la  limitada capacidad de los sistemas de salud para atender a las víctimas del virus.

Recordaba algunos antecedentes del "aterrizaje" del Airbus 320 en el río Hudson realizado por el comandante Sully, no recuerdo su apellido completo.

Para estudiar ese accidente y sus consecuencias económicas (me refiero a la cuestión de los seguros), se usaron modelos algorítmicos que en una primera instancia demostraban que el avión podría haber aterrizado en algunos de los aeropuertos cercanos que no distaban más de siete u ocho millas contados desde su posición, cuando Sully tomó la decisión del río. Sin embargo, cuando el accidente se analizó teniendo  en cuenta el "factor humano", la decisión del comandante fue  incuestionablemente acertada y permitió salvar a sus 155 ocupantes.

Pienso que predomina el miedo y los gobiernos padecen la presión de los gobernados, y allí se plantean algunas de mis dudas.

De algún modo se pone en crisis la cuestión inevitable de la globalización para reforzar las ideas separatistas que se están dando bajo diferentes formas. Una de ellas fue el "brexit" y la crisis que enfrentará la Unión Europea en cuanto a su continuidad o a una amortiguación de las llamadas "cesiones de soberanía". Asimismo, el "euro" como moneda única de varios países, también será cuestionada y habría  que analizar muy objetivamente a quienes beneficia, a quienes perjudica y para los que sería una mera cuestión neutra.

La otra forma de la crisis de la globalización  son los intentos separatistas de comunidades que se consideran autónomas del conjunto de nación que integran.

Globalmente la economía está sufriendo una crisis muy profunda por  la baja de la actividad y las consecuentes derivaciones financieras, que seguramente cambiará lo que llamaría su filosofía, es decir, el objetivo que debe tener lo que llamamos "economía financiera".

No me parece necesario hablar de turismo  ni del transporte aéreo en especial, dado que los incluyo en la actividad económica.

En Argentina, las agencias de viaje están sumidas según sus voceros en una grave crisis sectorial, y parecería que piden alivios específicos.

En mi opinión, el gobierno deberá tener en cuenta esta cuestión cuya causa eficiente es el "coronavirus", pero lo que me parece imposible es buscar medidas para cada segmento de la economía.

El gobierno deberá tomar medidas generales para garantizar un mínimo de bien común, que seguramente a unos beneficiará más que a otros, lo que es imposible es considerar la situación caso por caso, porque ello no sólo haría imposible cualquier medida racional de alivio, sino que además los efectos serian negativos.

Cada uno sufriremos un obvio perjuicio como en otros momentos recibimos  beneficios. En la Argentina la cosa se agrava por nuestra  inveterada decadencia y nuestras saga de fracasos de la que una es causa y consecuencia de la otra.

El "coronavirus" nos sorprendió y  nos puso en evidencia nuestra absoluta desnudez, esa es otra cuestión más grave que la del  virus.

Parecería que muy mezquinamente hubiera algunos intentos para que el virus asuma las consecuencias de nuestras falencias y asimismo sirva de justificación a nuestro  paupérrimo presente.

No nos confundamos ni nos dejemos confundir, quizás este maldito virus nos despierte de este letargo que nos tiene paralizados.

Portal de América

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