Aerolíneas Argentinas ¿cómo conseguir pasajeros no residentes?
Jueves, 16 Enero 2020

Aerolíneas Argentinas ¿cómo conseguir pasajeros no residentes?

Lipovich indicó que "ya está decidido que habremos de reemplazar los aviones Airbus 340 que salen de servicio con Airbus 330, que son los que actualmente tenemos, y la idea es reforzar la flota de largo alcance, con el mismo tipo de aeronave". "La idea que manejamos es la de retomar rutas internacionales, para recuperar el sector receptivo y traer viajeros a la Argentina, que luego podemos distribuir ofreciéndoles destinos a cualquier parte del país. Aún estamos trabajando sobre el tema por lo que es muy pronto para hablar de que rutas particularmente, pero entre las que se fueron dejando de lado están Barcelona, Nueva York y algunas regionales ". Pagina 12 (11/01/2020).

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Aerolíneas Argentinas es una empresa de transporte aéreo que se nutre en un 85% con pasajeros residentes, por ese motivo su facturación es en esa misma proporción en moneda local, lo que debido a la inestabilidad cambiaria, los persistentes niveles de inflación, el uso del tipo de cambio como variable para contener los precios, y las devaluaciones necesarias para mantener a nuestros productos exportables en un nivel de precios competitivo, la convierten en una empresa inviable.

Al 30 de setiembre pasado, Aerolíneas Argentinas tenía un pasivo corriente en moneda extranjera de alrededor de u$s 305 millones y no corriente de más de 400 millones de la misma moneda. El resultado operativo de enero-setiembre de 2019 fue negativo en más de cinco mil quinientos millones de pesos, con un nivel de facturación a setiembre pasado de algo más de u$s 100 millones por mes.

Es obvio que con las devaluaciones ocurridas durante 2018 y 2019, sumado a ello como ya lo dijimos, que su mayor facturación es en pesos, no se podían esperar mejores resultados.

La empresa tiene dos cuestiones que se mantienen sin abordar desde hace años, uno es el sistema de gestión que a esta altura del siglo 21 luce como obsoleto, ya que la empresa se gerencia al margen de su personal, que en consecuencia obra como factor de presión con lo que la convierte en inmanejable. La otra cuestión tiene que ver el objeto de los vuelos internacionales que son los que generan mayores pérdidas y además no generan tráfico de pasajeros no residentes.

En el ambiente del turismo se sabe que el pasajero no residente no desea usar los servicios de Aerolíneas Argentinas, debido fundamentalmente a los conflictos - muchos de ellos sorpresivos - que suspenden la prestación de sus servicios regulares. Precisamente son los turistas extranjeros que se vieron afectados por las interrupciones en los servicios de cabotaje, quienes alimentan la “mala fama”.

Estadísticamente esas interrupciones por conflictividad entre el personal y la dirección no superen un 10 o 15%, pero ese número se potencia por la magnitud de las disconformidades y para el universo del turismo se convierte en un obstáculo insalvable.

Hay un segmento de alto poder adquisitivo que ha optado por utilizar los servicios de las llamadas “low cost”, especialmente Norwegian y Jet Smart  que ofrecen aviones modernos y de última generación.

Por último el exceso de oferta hace que los niveles promedio de ocupación estén por debajo del 75%, lo que significa pérdidas para todos.

Veo difícil que el estado o este gobierno pueda seguir subsidiando a Aerolíneas Argentinas, cuyo objetivo parece ser reducir el déficit fiscal y obtener en el llamado resultado primario un superávit de alrededor del 1/1,5%.

Deberá ser la propia empresa la que deberá demostrar que es viable, pero esa viabilidad va a contramano con las declaraciones hechas por su vicepresidente Gustavo Lipovich, a tal punto que es muy difícil que se puedan sustituir los dos A340 que se han desprogramado.

Las rutas que opera la empresa, salvo las europeas, son netamente emisivas. Veamos los destinos Cancun, Orlando y Miami, que además con el impuesto PAIS se verán afectadas.

Con relación a este impuesto una disgresión. La ley 27541 en el artículo 35 inciso e grava los billetes con destino en el extranjero, pero no grava los regresos, de donde el impuesto se debería aplicar solo sobre la ida.

Hacia Europa se mantiene Roma y Madrid, y se había levantado Barcelona ya que en 2015 arrojó una pérdida de u$s 20 millones según Aviacion News.

Quizás lo inteligente sea la de explotar intensivamente la ruta Ezeiza-Madrid y Ezeiza-Roma, pero potenciando la venta a no residentes y ofreciendo un programa turístico conformando destinos locales con otros de países limítrofes. Se debería por ejemplo ofrecer un paquete “Sur Patagónico” que integre Calafate con la Región Magallanes y el Cerro Paine, con una estadía en Buenos Aires.

Asimismo se pueden armar diferentes programas combinando distintos escenarios y según la época del año, evitando que coincidan con nuestras temporadas de alta.

Si solo se pretende vender Ezeiza-Madrid o Ezeiza-Roma es poco o nada lo que se logrará.

Claro está, esta propuesta exige no sólo trabajo intenso sino además un cambio de mentalidad, y entender que como escribió Marcelo Elizondo en el diario Clarín en su edición del 16 de enero que: “…La globalización pasó de ser un asunto de empresas a ser un modo de vida.

Se intensifica (pese a algunas sentencias superficiales que suponen lo contrario) más allá del comercio transfronterizo, empujada ahora por flujos globales de información, servicios, actuación suprageográfica de personas y empresas y una a territorialidad creciente. Una globocotidianeidad.”

Hoy el turista exige un menú de destinos conformados en más de un país. Diría no hay que hablar de países sino de América Latina. Hoy los destinos turísticos son Europa, Oriente, Africa, México y EEUU, a lo que debemos agregar América Latina.

Estimado Gustavo Lipovich, la cosa es mucho más compleja que como lo declaró a Página 12, por ese camino, vamos mal.

Portal de América

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