por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Si tenemos en cuenta que desde el pasado mes de agosto se vislumbraba que Alberto Fernández podría ser, como lo fue, el nuevo Presidente de la República, era tiempo suficiente para elaborar una propuesta y eventual programa de gobierno, pero se perdió el tiempo “boludeando”.
Ahora llegó el día y como dijo Tato Bores en su célebre monólogo 2000, que recomiendo volver a ver pues mantiene actualidad absoluta, “estamos como los indios que se golpean el codo, en bolas y a los gritos”, no sólo en este tema del transporte aéreo, en muchas otras cosas.
Vivimos tiempos de agravios y de reparto de culpas como si alguien pudiera tirar la primera piedra, pero vayamos al grano.
Se supo que Jet Smart, se quedará con Norwegian, que como era sabido se va del país. Si en su momento el grupo IAG hubiera adquirido su paquete accionario, ese retiro ya se hubiera producido.
Lo cierto que en esta cuestión el Gobierno actual y el próximo se comportaron como los indios de Tato Bores y tendrían que haber condicionado al grupo Indigo Partners, para que busque una alianza con Andes, que es una empresa nacional, que tiene talleres habilitados para atender sus aeronaves, y que necesita una inyección de capital, que podría haber sido la absorción de su personal y el aporte de los aviones que están en carpeta traer a la Argentina. Llama también la atención la falta de agilidad gremial para proponer este tipo de encuentros que podrían haber fortalecido a Andes y haber dado mayor justificación a la inversión del grupo dueño de JetSmart en nuestro transporte aéreo.
Pienso que el gobierno actual y el futuro están a tiempo y tienen los medios legales para encauzar la negociación.
La “Revolución de los aviones” fue uno de los mayores fracasos del gobierno de Mauricio Macri, que es muy poco lo que tiene para decir que hizo bien, pero lo poco bueno es insuficiente para compensar el país que nos deja.
Otra cuestión que deberá abordar el gobierno de Fernández y la emperatriz Cristina tiene que ver con una necesaria y rápida reforma de la legislación del transporte aéreo.-
En lo inmediato se impone la derogación de la ley 19030 y del artículo 99 del Código aeronáutico que establece el principio de la “propiedad sustancial”, ya que sin esa reforma ni el grupo Indigo ni el Cartesian Capital Group (FlyBondi) podrían seguir operando en Argentina.
Esa reforma exigirá un plazo de transición y adecuación a la nueva norma que debería ser lo más liberal posible, y a lo sumo reducir a un 20% la presencia de capital genuinamente argentino.
Respecto a Aerolíneas Argentinas, se deberán fijar sus grandes líneas que deben comenzar por una reforma sustancial del sistema de gestión dándole participación en su gerenciamiento al personal en un proceso gradual que no debería extenderse por más de dos años, en base a un programa novedoso de gerenciamiento que no lo tuvo el gobierno saliente, y mucho dudo que lo tenga el nuevo gobierno cuya única preocupación parecería ser la de ubicar “al océano de ravioles de las segundas líneas”, como lo sería el caso de Aerolíneas Argentinas y Austral.
Si ese cargo se piensa con sentido gastronómico, no dudo que el catering mejorará bastante, por lo menos se comerán ravioles a bordo.
El gobierno deberá limitar de modo muy preciso los aportes de capital que se deberían hacer a Aerolíneas Argentinas, que deberán ser mínimos atento la escasez de fondos y los problemas financieros que impedirán cumplir con compromisos externos, entre los que se cuentan los “leasing” de los aviones, sin perjuicio de la deuda externa privada y con organismos multilaterales como el FMI y CLUB de PARIS que no es preocupante por su monto-menos del 50% del PBI- sino por una cuestión financiera.
Alberto Fernández dijo que muchos deberán “poner” en este difícil momento, y las nuevas autoridades de Aerolíneas Argentinas y Austral deberán ver con su personal cual es el posible aporte para lograr una mayor productividad y bajar totalmente la necesidad de subsidios, salvo los casos de subsidios a la demanda que deberán definirse con máxima precisión.
Estas propuestas son solo para empezar.
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