La clave del fracaso del transporte aéreo en la Argentina
Domingo, 15 Septiembre 2019

La clave del  fracaso del transporte aéreo en la Argentina

“…Una primera cuestión fue que recibiste un agujero y terminó la idea de financiarlo con emisión directa y reservas, porque no tenías. Fuiste a otro problema, que fue financiarlo con deuda. Por eso hablo de corresponsabilidad. Uno en el agujero y por no reducirlo. Tomaste deuda en dólares para financiar gasto en pesos, y generaste un segundo quilombo, que es no solo atraso cambiario, sino una suerte de emisión indirecta, porque (Luis) Caputo traía los dólares al Central, que emitía pesos, y los terminaba absorbiendo con Lebac para seguir sus metas de inflación incompatibles….” Carlos Melconian. La nacion15/9/2019.

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por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Hace unos días tuve una reunión profesional sobre la perspectiva del transporte aéreo en la Argentina  y la consulta radicaba sobre una probable inversión.

Aclaro que desde hace muchos años vengo respondiendo consultas sobre  esta materia y advierto que potenciales inversores vienen con libretos muy bien elaborados pero totalmente abstractos y siempre respondía diciendo como  Nassim Taleb “en el ámbito erudito no hay diferencia entre la academia y el mundo real; en el mundo real sí que la hay”.

En la Argentina bajo la fantasía “de la revolución de los aviones” no podemos negar que han llegado inversiones, tales los casos de  JetSmart, Norwegian, FlyBondi y de algún modo Andes, que trajo cuatro 737-800 y los tuvo que devolver al poco tiempo.

El caso del grupo Aerolíneas Argentinas (y Austral) es más llamativo, ya que ese grupo lleva sumados millones de dólares que se acumulan en ese rubro que no figura en los balances reales que se llama “costos hundidos”.

En mi pueblo, mis viejas tías abuelas, cuando trataba de explicarles que eran esos costos, me respondían con un baño de sabiduría popular, me decían “dinero tirado a la calle, que bien hubiera sido que se utilizara para algo necesario” y asi con una respuesta tan simple se me acababan los argumentos.

Como el PDA es un portal especializado en esto del turismo y el transporte aéreo, en éste centrare el objetivo de la nota, aunque también muchas otras actividades podrían haberse visto afectada por las mismas causas.

La Argentina es un país inestable desde hace decenas de años, es difícil buscar el límite y a esta altura de la vida, no sé si tiene mucho sentido hacerlo, porque esta larga saga nos ha llevado a naturalizar nuestros vicios y hoy hemos llegado a un momento de la vida que debemos pensar si queremos salir de esta nefasta “path dependence” que es lo que se llama “la dependencia del sendero”.

Lo paradójico que muchos “inversores”, lo pongo entre comillas, porque muchos de ellos creen que pueden ser  como los tuertos en el reino de los ciegos, dicho en castellano moderno, los únicos vivos, que con poco, acá podrían ganar fortunas.

Es cierto, en el ámbito financiero somos especialistas en generar ganancias groseras, y además más de una vez les garantizamos sus afanes especulativos, de donde sus buenos resultados son más bien  consecuencia  de nuestras torpezas que de la viveza ajena.

Volviendo al transporte aéreo, en la Argentina sabemos que la mayoría de sus insumos, aviones, repuestos, precio del combustible, seguros, servicios aeronáuticos fuera del país (incluso algunos están dolarizados localmente) tienen su precio en monedas duras, dólar o euro, y la mayoría de sus ingresos son en pesos, una moneda inexistente como tal.

Con el agravante del uso del dólar, o el tipo de cambio si se prefiere, por parte del Banco Central o las autoridades económicas,  como moderador del sistema de precios, con lo cual cada vez que el tipo de cambio está subvaluado, las empresas de transporte aéreo, pierden dinero y luego pierden mucho más cuando llegan las devaluaciones salvajes que no oscilan entre uno y diez, como en el mundo normal, sino entre uno y 200 por ciento.

Ya con este dato es muy difícil planificar un negocio aéreo, y esto es suficiente para afirmar, como lo hago cada vez que me consultan, que no tiene sentido invertir en ese rubro en la Argentina, porque no hay modo de prever resultados buenos,  resultados razonables.

De paso es bueno recordar que nunca hay ganancias que se pueden garantizar, pero si hay pérdidas que son fáciles de predecir.

Para las empresas extranjeras, en general operan en países con moneda legítima y estable. Pongo el ejemplo de Chile, país al que viajo periódicamente porque uno de mis hijos y dos de mis nietos, Lucila y Matías, viven en Santiago. Hace más de 20 años el tipo de cambio estaba, en ese país, en alrededor de 480/500 por dólar y hoy oscila en torno a los 700 en números redondos.

En Argentina, entre 2001 y la fecha la devaluación  fue de más del 5000%.... de “Un peso” a “60” y “73” en el marginal que también es un mercado de cambios y que marca tendencias. Obvian los comentarios académicos y populares, sea en una Facultad de economía o con un taxista.

Nuestro mercado aéreo de pasajeros es muy chico, y tomando como base los ingresos que informa el INDEC y agregando un segmento del sector marginal de la economía que maneja mucho dinero, casi un 30% o más del PBI, estimo que no llega a los cinco millones de pasajeros, con un nivel de recurrencia que hoy parecería ser del alrededor del 4/5. Esto significa que cada pasajero volaría entre 4 a 5 veces por año, lo que  sumaría un mercado de 25 millones, que es el número aproximado de pasajeros que volaron el año pasado.

En transporte internacional, Aerolíneas Argentinas está condenada perder dinero ya que la mayoría de sus ventas se hacen localmente y en moneda local, con lo cual las ventas futuras, como es la modalidad en este medio, siempre están acechadas por las devaluaciones permanentes.

Los costos de estadía de las tripulaciones en países del exterior se pagan en la moneda local, es decir moneda estable, pero los ingresos de la empresa lo son en moneda sin valor. Este ejemplo se extiende a todos los gastos que se generan en un vuelo al exterior.

Los resultados de Latam se ven afectados por los resultados de su filial argentina, como les ocurrió también con la filial de Brasil en los  últimos años, aunque hay diferencias ya que en ese país no hubo turbulencias cambiarias, sino recesión del mercado del transporte aéreo y una mayor competencia.

Como dice el Dr. Melconian en el copete, mientras la Argentina sea deficitaria en dólares y euros y el estado se tenga que financiar en el exterior, el transporte aéreo argentino será inviable.

Es probable que JetSmart, Norwegian y FlyBondi estén masticando esta realidad y el tema de El Palomar (las restricciones horarias en ese aeropuerto improvisado), les viene como anillo al dedo para comenzar a pensar en un eventual retiro.

Si a ello sumamos el tamaño del mercado aéreo y los límites tarifarios que impone la realidad, vemos que hay un exceso de oferta y una demanda potencial que por ahora “no puede”.

Esta última consulta a la que hice referencia, no quedo satisfecha con mi análisis y antes de  irse me dijeron, “entonces Doctor, todos los que están son idiotas”.

Usted lo dice…, le respondí.

Portal de América

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