por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Por cierto que en la vida comercial nadie regala nada, por eso siempre que se contrata un servicio o se compra un bien hay que usar el sentido crítico y sobre todo, recurrir a las comparaciones que en la imaginación del turista es el comienzo de su viaje.
Por otra parte, internet nos ofrece un menú infinito de ofertas, y muy seguramente en todos los casos nos dicen que nos ofrecen el “mejor precio”.
Tengo por costumbre dedicarle unos quince/veinte minutos por día para navegar por internet con la finalidad de ponderar el mercado de servicios turísticos, un día me dedico a los hoteles, alquileres temporarios de departamentos, otros a las tarifas aéreas en determinadas rutas, servicios de traslado de aeropuertos, alquileres de auto, etc.
En esta nota me ocuparé de las reservas hoteleras.
El primer paso es tener bien en claro cuál es el presupuesto disponible para el viaje que varía de persona a persona, pero para una pareja de clase media típica en un viaje desde nuestra Argentina hacia Europa o Estados Unidos, se debería contar con una base promedio mínima de u$s 350/400 por día. Ese importe incluye hotel clasificado con 3 o 4 estrellas, almuerzo, cena, movilidad en destino y un margen para aprovechar las ofertas de diferentes bienes, lo más buscado suele ser la indumentaria. Me animo a estimar que el presupuesto mínimo para un viaje, prescindiendo siempre del eventual alojamiento en casa de amigos o familiares, podría estar en alrededor de u$s 130/170 por dia.
Claro está si uno va con la idea de comprar bienes electrónicos, debe estimar un presupuesto por separado, por ejemplo teléfonos celulares de 32 gigas se pueden conseguir partiendo desde los u$s 100, de allí para arriba no hay límites. Para un uso familiar común, con esa memoria basta y sobra, por ahora.
En la búsqueda de alojamiento hotelero comienzo por las OTAs más conocidas, veo las experiencias de otros viajeros o huéspedes, y una vez que elijo dos o tres establecimientos, “gugleo” para encontrar sus propias páginas digitales.
En varios países europeos me encontré con la sorpresa que esas páginas ofrecen tarifas inferiores a las de la OTA en cuestión, lo que nos demostraría que se va avanzando en la abolición de las llamadas “cláusulas de paridad” que por acuerdo convencional impuesto (sic) por la OTA, le impedía al establecimiento hotelero ofrecer sus servicios a tarifas menores que las “negociadas” con el mayorista.
Desde hace tiempo he criticado ese tipo de “acuerdos” ya que afectan de modo directo la posibilidad de tener una política comercial propia.
Algo que pasó en el transporte aéreo hasta fines del siglo pasado, cuando las agencias de viaje manejaban de hecho la política comercial de las líneas aéreas, merced al margen de las comisiones que percibían. Era común en esos años, en especial entre 1970/1990 que en las agencias se conseguían billetes a menor precio que el que ofrecía el transportista en sus ventas directas, que rara vez superaban el 25% del total.
Respondiendo a la pregunta del título, hoy es muy fácil armar un viaje a precios razonables, navegando un rato por internet, pero no creamos que siempre las OTAs tienen los mejores precios. También es cierto que uno puede buscar directamente en las páginas propias de los establecimientos, en ese caso conviene hacer el camino inverso, ver que nos ofrece una de las OTA de moda.
Por último hay que saber leer las recomendaciones y posicionamientos de los portales y aprender a leerlos entre líneas. Más de una vez uno descubre que el problema no está en el establecimiento sino en el propio huésped.
Los clientes tampoco somos fáciles…
Portal de América





