por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Pienso que con toda razón y responsabilidad, la dirección de Aerolíneas Argentinas y Austral le deben haber dicho a los gremios aeronáuticos la imposibilidad de conceder incremento salarial alguno debido a la situación económico-financiera de las empresas en particular y de la actividad del transporte aéreo en general.
Sin embargo, esa verdad que comparto plenamente, por cierto ridiculiza al Ministro “Guillo, para los íntimos”, Guillermo Dietrich para los demás, cuando se jacta de la supuesta "revolución de los aviones”.
Lo paradójico es que unos y otros pertenecen al mismo gobierno, asi que creo que Luis Malvido, presidente de las dos empresas, pasará por malos momentos.
Quizás, con inocencia, Malvido se comportó como el personaje del cuento atribuido a Hans Ardensen, “El traje nuevo del emperador”, y ante el asombro de todos dijo más o menos esto, “el transporte aéreo argentino está en quiebra o grave crisis”, que fue lo mismo que decir “El rey está desnudo”.
Recuerdo que Isela Costantini se tuvo que ir por conceder incrementos salariales (y alguna otra discrepancia), de donde Malvido y Costantini se han convertido en las dos caras de este dios Jano, una por dar y el otro por no dar. En definitiva, las dos caras de la “Revolución de los aviones”, la optimista de Isela y la pesimista y más real de Luis.
Asimismo, debemos reconocer que los gremios aeronáuticos tienen algo de razón cuando critican a la política de transporte aéreo que implementó el gobierno, y mucho de responsabilidad cuando pretenden y exigen irrazonablemente percibir beneficios de empresas prósperas sin tener en cuenta que, Aerolíneas Argentinas y Austral solo sobreviven merced al aporte de todos los habitantes, viajen o no en avión, que realizan al pagar impuestos directos, los de mayores salarios e ingresos y los indirectos por parte de todos sin excepción cualquiera sea su posición social.
Lo cierto es que el gobierno no atinó en el gerenciamiento de Aerolíneas Argentinas y Austral ni en el diseño de la política de transporte aéreo con las personas capacitadas para tal fin, de donde ha resultado una política aérea en la que en este momento todos pierden y no se ha sabido regular de modo prudente la oferta en lo que deberían haber sido años de transición.
Además, se sorprenden por algunos “hub” del interior del país y vuelos sin pasar por Buenos Aires, cuando en 1984 Aerolíneas Argentinas los había puesto en práctica merced a un diseño que nos presentaron el recordado Eugenio Negre y el “gallego” Garcia Lemos.
Insisto, se debe modificar el modelo de gestión de las empresas de propiedad accionaria del estado, se debe reconfigurar la legislación aeronáutica vigente, totalmente obsoleta, y se debe contar con un elenco profesional consustanciado con la actividad aeronáutica.
Las autoridades del sector siguen hablando del “low cost” como si se tratara de una filosófica comercial deslumbrante y novedosa cuando solo fue, me animo a decir, una modalidad de marketing no sólo comercial sino también política para conseguir subsidios por parte de los gobiernos o comunidades locales según la forma de organización del estado de cada país.
Ya ha trascendido que Flybondi obtuvo un subsidio, parecería modesto por cierto, del Gobierno de la Provincia de Santa Fe. La provincia de Córdoba también tiene un régimen de beneficios temporarios para empresas que operen o tengan base en ella, a los que habrían recurrido dos de las empresas de transporte aéreo en actividad.
Se mantienen subsidios a la oferta, caso Aerolíneas Argentinas y Austral, lo que es costoso y distorsivo de un régimen de libre competencia como se pretende generar, y es por allí dónde se debería haber comenzado a analizar esta compleja cuestión del transporte aéreo argentino, que se debate en sus crisis permanentes.
En fin, veremos si por obra y gracia de la conciliación obligatoria se logra garantizar la regularidad del servicio aéreo por parte de Aerolíneas Argentinas y Austral, claro está, el conflicto se demorará quince días más.
Como siempre, fugas ciegas hacia adelante.
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