Las Fiestas de fin de año, me despido hasta enero...
Domingo, 16 Diciembre 2018

Las Fiestas de fin de año, me despido hasta enero...

Estas fiestas de Navidad y año nuevo tienen un simbolismo y una magia que, como lo dijimos más de una vez, comparten  la mayoría de las personas que habitan el mundo.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Son las celebraciones en las que se reúnen  familias, amigos, compañeros de trabajo y hasta aquellas personas que viven en soledad, a veces hasta con un dejo de hipocresía personal que la Navidad convierte en virtud por lo menos hasta el brindis por la felicidad mutua.

 

Grandes y cruentos conflictos humanos respetaron la pausa de la Nochebuena, como si por un instante se pensara que la violencia es un mal universal, pero asimismo  un vicio humano que está en nuestra naturaleza, como le ocurre al escorpión.

 

Estas fiestas y celebraciones alimentan nuestra esperanza que no es ni más ni menos que nuestra pulsión para poder ser cada día un poco mejor.

 

También, no se puede negar, durante estas celebraciones aflora la dimensión religiosa de la persona que se manifiesta de diversas formas pero que en definitiva nos permite, cuando menos, vislumbrar lo que llamaría la plenitud de la perfección que, para unos es la imagen de Dios y para otros la imagen del “SER” como expresión de la perfección absoluta.

 

Tarea difícil, para mi imposible,  considerarlos como entes diferentes o excluyentes el uno del otro.

 

Les dejo pues mis saludos, muy simples, muy sinceros y sobre todo muy personales como expresión que más allá de nuestras creencias, miserias y vicios siempre intentemos mejorar lo que hicimos  ayer, ya que todos los días debemos aprender un poco más.

 

Viene a cuento un recuerdo  ocurrido cuando transitaba esa zona gris  que  dista entre la adolescencia y la juventud, cuando escuché responder o más bien pensar en voz alta, junto a otro amigo de esa época, Fernando de Estrada,   a Jose Luis Borges, a una persona que nunca supe qué le preguntó o le comentó: “Y a usted quien le dijo que vivir es fácil”.

 

Retomaré estas columnas a partir del 9 de enero desde ese  espléndido lugar que es el “Mirador de Villa Ventana” de la familia Maipach, radicados en el lugar desde 1976. Es un lugar milagroso por su belleza natural, la calidez y calidad de la atención  y porque allí se siente la experiencia del “ocio”, la mejor terapia para reconfortar y alimentar cada tanto a nuestro espíritu.-

 

Luego seguiremos en nuestro 208- soy muy fiel fanático de Peugeot desde 1968 cuando apareció el 504 XSE, hacia Puerto Madryn, unos 800 km desde Villa Ventana, lugar que no visito desde 1960 cuando el camino de acceso era de ripio y su población mínima. Allí nos espera la “Posada de Madryn”

 

Esa vez conocí a la familia Nicoletti, tradicional del lugar, reales lugareños, cultores del buceo con los que pasé  horas inolvidables. Años después me enteré que uno de ellos murió o desapareció por su participación en movimientos subversivos, no por eso borré el recuerdo de su calidez y sobre todo la honestidad de sus convicciones.

 

Iremos por la ruta 3 para pasar por Viedma, una ciudad de la que guardo imborrables recuerdos ya que parte de mi vida profesional transcurrió entre esa ciudad y San Carlos de Bariloche, provincia de Rio Negro.

 

Tampoco  puedo menos que recordar a Osvaldo Alvarez Guerrero, que fuera gran amigo, rival profesional y político, que llegó a la gobernación de la provincia en 1983. Gran tipo.

 

Luego iremos a Puerto Pirámides y las Grutas, destinos que no conozco e intentaré trasmitirles nuestras vivencias, la mía y la de Claudia, mi copiloto en la vida, como antes fue, nobleza obliga, Kitty Campanella.

 

Por último, siempre me acuerdo de personas que fueron decisivas en mi vida, pero hasta ahora las recordaba en silencio. Creo que llegó el momento de mencionarlas porque lo merecen, van los nombre Hermes Perez Madrid, mi maestro de la vida, Juan Carlos Luqui a quien le debo el amor a la profesión de abogado y a Rafael Bielsa de quien aprendí derecho, pasando en limpio sus comentarios a fallos de la Corte firmados con el seudónimo de Próculo y Nerva que me entregaba los viernes y me ocupaban sábados y domingos, para llevarlos al Sr. Fraga Patrao los lunes a primera horas para su publicación en "La Ley".

 

Hasta enero…

 

Portal de América

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