Una Argentina ordinaria
Domingo, 12 Agosto 2012
Ante un tema como el que encara el Doctor Luis Alejandro Rizzi en esta columna y en un contexto como el actual, sentimos que debemos hacer alguna precisión en este acápite. Salvo en algunos casos puntuales en los que entendemos necesario fijar posición editorial, procuramos en el resto del contenido, no salirnos de los temas relacionados con el turismo y la aviación comercial. Pero sabemos que para nuestro compañero, el PDA es bastante más que un medio en el que escribe sobre transporte aéreo, turismo y economía relacionada con la actividad y muchas veces, hemos debatido internamente acerca de la oportunidad de colgar o no alguna opinión suya que no fuese sobre la actividad. Al leer este artículo, pudimos comprobar la necesidad de Luis de expresarse como argentino, residente en ese país, sobre una temática argentina. Que conste. El Director.
por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Es sabido que ordinario tiene varios significados, pero para esta nota usaremos la tercera y cuarta acepción de la Real Academia: “Bajo, basto, vulgar y de poca estimación. Que no tiene grado o distinción en su línea”.
Creo que nada mejor define a la Argentina de estos días, especialmente en cuanto a la falta de “grado y distinción en su línea”, pero no mucho más lejos su grosería y tosquedad, su vulgaridad que tiene que ver con el conocimiento de lo superficial y su uso como medio de ostentación suedointelectual para los propios ojos, como a los de los otros para hacer gala de una superioridad inexistente convirtiendo a la ciencia en el arte de negar, destruir por medio de falso razonamiento, los sofismas.
Si uno se compara con uno mismo, fatalmente será el mejor...
Como lo explicaba Jacques Maritain el objetivo sería generar una nueva moral que consiste en declarar la arbitrariedad de toda norma, ética y legal, reduciendo la virtud a al arte de triunfar o plasmar o concretar “la voluntad del poder” que traducido a idioma “K” significa “vamos por todo”.
Se trata de degradar, de lumpenizar a la sociedad de destruir sus dirigencias cooptándolas o mejor dicho captándolas en sus miserias.
Los ejemplos sobran.
La presidenta de “todos y todas” usa la cadena nacional de radio y difusión para escrachar a personas por sus creencias, sus opiniones, sus actividades y lo más grave es que ahora se optó por hacerlo con nombre y apellido, lo que en cualquier mortal seria una injuria o calumnia o simplemente una muestra de mala educación y cobardía.
Lo grave es que siempre hay “súbditos” devenidos en esclavos que aplauden y celebran, convirtiendo a la agresión en ejemplo.
Las dirigencias cambian de bando y creencias con más asiduidad con la que cambian su ropa interior, ayer estaban allá, hoy están acá, mañana serán verdugos de los de hoy y los de ayer, como ocurre con todos los que fueron “menemistas” de la primera hora, incluidos los “K” y otros que advirtieron que la vulgaridad es más rentable que el verdadero ejercicio de la virtud.
Ayer los “Maria Julia” hoy los “budu” y otros más que compiten en el arte de succionar calcetines o la ropa interior que cubre nuestras intimidades, como condición para acceder y permanecer en la función pública.
Ponen caras de saber hacerlo y orgullo por este nuevo oficio que no sabemos si ya contabiliza el INDEC.
¿Nos estimamos los argentinos?
Este paro salvaje del servicio de metro, nos dice que no.
Un grupo de cinco mil personas no dudan en perjudicar a otros tres o cuatro millones, esgrimiendo y argumentando “sofismas” que no resisten el análisis.
“Nos llaman y levantamos el paro” dicen los llamados metro delegados (son los representantes del personal que trabaja en el metro), la pregunta es porque nadie llama, ¿que oculta “Metrovías” la empresa concesionaria del servicio de metro que no levanta el teléfono?
Un representante de los “metro delegados” estuvo reunido con la Presidenta de la Republica en representación de la llamada “CGT no moyanista”.
Admitir a una persona que es “metro delegado” que está en conflicto con parte de la sociedad haciendo un uso abusivo del derecho de huelga, en el nivel más alto de la representación política como es la Casa de Gobierno, ¿no implica cuando menos, consentir su acción o ratificar tolerancia?
Más aun ¿no implica alentarlo....?
¿Eso explicará el silencio de Metrovías...?
La clase política comprometida con el conflicto se excusa y ahora recurrió al insulto reciproco, lo que demuestra su impotencia.
En cualquier momento la Presidenta tomará una decisión salvadora y seguramente lo hará descalificando e imputando y los aplaudidores se relamerán con un traste desnudo o cualquier otro órgano púdico...saboreando vaya uno a saber que aroma...
Nos hemos acostumbrado que “lo peor es mejor que nada”, plena vigencia de la regla del maximin, símbolo fatal de lo ordinario.
Se afirmo que hacía 15 años que no se perforaba un pozo de gas, también podríamos decir que durante los nueve años de gobierno “K” no se perforó un pozo de gas, no hay nada mejor que esconder un caballo en una manada...
Se destruyeron los ferrocarriles por los gobiernos anteriores ¿y durante estos nueve años que se hizo...?
La Presidenta dijo "Necesitamos una ley de ética pública para el cuarto poder de una vez por todas en Argentina", para saber si quienes manejan la información pública reciben dinero de alguna empresa" Pues bien quien les paga a los periodistas que trabajan en medios oficialistas como Canal 7 o medios que circulan con mínima lectura o audición?
Ahora entiendo porque dicen lo que dicen y porque se escribe lo que se escribe...
Estamos convirtiendo lo serio como es la cuestión de las cárceles o la seguridad en temas vulgares.
Las cárceles son para seguridad y no para castigo de los reos, pero es usual decir “...que se pudran en la cárcel...” y de hecho ¿donde está escrito que ese derecho constitucional no se aplique a “...todos y todas...”?
La “lesa humanidad” se aplica solo a unos, no a los otros...
¿Podemos llamar a esto Justicia?
El terrorismo ¿no es un acto leso?
La hipocresía también forma parte de lo “ordinario” porque tiene que ver con el “fingir” y en esta argentina creo que todos fingimos, no nos podemos excluir porque también seria ordinario decir “los argentinos son ordinarios” lo que implicaría excluir a quien lo dice o lo escribe.
Vivimos en una Argentina en la que hemos desvalorizado el sentido de la “autoridad”.
Hoy creemos que la autoridad tiene que ver con el “dominio” por eso hemos hecho de la “represión” o el “reprimir”, vicio.
Hoy la contención, el refreno la moderación se usa en beneficio de los victimarios, se contiene a la gente para que los piquetes puedan lograr su objetivo, se contiene a las instituciones para que algunos puedan usar los derechos de modo absoluto, se contiene la acción policial en lugares públicos como medios de transporte, hospitales, escuelas, para garantizar la impunidad y así ocurrió la invasión a un hospital municipal por una banda organizada que llegó en dos buses y con medios materiales de intimidación.
Nos preocupa más legalizar el aborto que garantizar la vida...otra muestra de ordinariez”
Se hace uso y abuso del Mercosur para perjudicar a los socios territorialmente más chicos en nombre de la integración...y castigamos a quienes viajan a los países hermanos prohibiéndoles comprar dólares para sus gastos.
Hemos hecho de Argentina un país ordinario, vivimos una época “Kali”, Vishnú toma la forma terrible de Siva, porque Brahma cayó en sopor, y destruye las formas existentes, pero Brahma despertará y bajo la fisonomía de Vishnú, ahora el dios benigno, recrea el cosmos y veremos el albor de la época Kitra.
He recordado una nota de Ortega en la que explicaba que cuando la masa nacional degenera, todo es inútil, es como si el fatalismo se impusiera hasta que se sufran las consecuencias de la propia desviación, son en los “purana indios” las épocas Kitra y Kali que he descripto de memoria.
Argentina está viviendo la época “Kali”, es la Argentina ordinaria, en lenguaje castellano.
Conclusión los “K” no son los responsables, somos “todos y todas”, quizás es una de las fatalidades de la existencia.
Como dice el viejo dicho “siempre que llovió, paró...”.
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