¿Hay una cultura del dólar?
Lunes, 11 Junio 2012
La verdad cada vez me cuesta más entender a mi país, como ustedes entenderán en la expresión “mi país” incluyo a los argentinos y a mi. Quizás debería decir ¿quién nos entiende a “todos” nosotros?. Ahora se presenta la necesidad de producir una revolución cultural para terminar con “la cultura del dólar”. La pregunta obvia es ¿Hay una cultura del dólar?.
por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
La Real Academia nos define a la palabra “cultura” con estas acepciones:
“Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
“Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, “científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”
La cultura entonces es un “conjunto de conocimientos” por eso se suele hablar de “cultura general”, aunque la expresión es redundante, ya que la cultura es general por definición, no existe una “cultura particular” no se es culto en un solo tema, se puede ser sabio en música, en derecho, en física, pero el sabio puede ser una persona inculta.
La “cultura particular” es una muestra de fundamentalismo.
En verdad la “cultura” es un sistema de ideas que nos permite saber que son las cosas y el mundo.
Pues bien, se puede ser sabio en “dólar”, se puede saber su historia, su evolución, saber porque es la moneda universal, porque los valores de los comoditis se fijan en dólares, en fin eso y muchas cosas más, esa persona podrá saber mucho sobre el “dólar”, podrá saber cómo usarlo, pero no por ello será culto ni podrá invocar como referencia “la cultura del dólar”.
Hablar de la cultura del dólar por la vocación de los argentinos por atesorarlos como reserva de valor, es demostrar una ignorancia alarmante, especialmente en lo que llamaría dirigencias formales de la sociedad.
Con esto quiero diferenciar lo que se llama legitimidad de origen y de ejercicio ya que esta última tiene que ver con el requisito de “idoneidad” fijado en la Constitución nacional.
Esta sería la dimensión aristocrática de nuestra sociedad.
Notemos la paradoja de los regímenes democráticos como el argentino, que establece el voto obligatorio y universal y simultáneamente exige una cualidad, la “idoneidad”.
Y avancemos mas, la carencia de idoneidad, sustenta la figura del juicio político, cuya esencia es precisamente la de garantizar el cumplimiento de la garantía constitucional de la “idoneidad”, ame de otras que no viene al caso analizar en este momento.
Veamos el caso de la educación. Los maestros eran una clase relevante, merecían el respeto de la sociedad y en especial de sus alumnos. Es decir generaban una “elite”, una aristocracia, porque a los ojos de la sociedad era una “clase” idónea”.
En términos de Ortega, la sociedad era obediente y dócil, es decir respetuosa de la docencia. El maestro era un ejemplo.
Hoy el “maestro” es cuestionado hasta por sus alumnos…dejó de ser un ejemplo y eso es malo para la sociedad, para la gente, para las familias y más grave aun para los alumnos.
La falta de una cultura nos lleva a que se admita que hay una “cultura del dólar” que debe ser desterrada…!!!
Lo más graves es que se crea que una ley puede cambiar una “cultura”.
Pues bien se ha presentado un proyecto para pesificar lo que sería nuestro sistema monetario, estableciendo la obligatoriedad de efectuar todas las transacciones, desde la más simple a la más compleja en moneda nacional, que hoy es el “peso”.
La finalidad es que no se tome el dólar como valor de referencia.
Es muy estúpido.
Se podrá establecer esa valoración por ley, pero la gente seguirá pensando el valor en dólares y a los sumo se convertirá a pesos, en el momento del pago, pero es obvio que si no hay un mercado libre de cambios, disminuirá la cantidad de negocios, concretamente en las operaciones inmobiliarias.
En verdad hablar de la “cultura del dólar” es un sofisma, un modo de engañar a la sociedad, para disimular o negar la gravitación del proceso inflacionario que afecta e impacta negativamente en nuestro sistema económico.
La gente piensa en “dólares” porque considera que es el mejor modo de protegerse de la “inflación” de dónde, “la cuestión” no es el dólar sino la inflación.
Lo que se llama la “cultura del Dólar” es en realidad una sabiduría popular, que en una de sus acepciones significa “Conducta prudente en la vida o en los negocios”.
La eventual conversión en “ley” de ese proyecto no alterará ese sexto sentido de la gente que es su “conducta prudente en la vida o en los negocios”.
Hablar de la “cultura del dólar” es una nuestra de “incultura”, de mediocridad, que en mi opinión es una prueba de “falta de idoneidad”.
¿Porqué no nos ocupamos de la inflación y quizás nos llevemos una muy grata sorpresa…?.
Portal de América






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