por Sammy Arlin, desde Montevideo
Nosotros, en Uruguay, tenemos nuestra propia danza de los millones. No es café, no es arte, son turistas. Los compases de este baile se vienen dando desde hace algunos años, con más énfasis en los últimos, cuando por ejemplo, se declararon, estadísticas y conteos mediante, tres millones en 2015. Un poco menos que Cuba con sus 3.150.000 turistas extranjeros a pesar de su gran territorio y turismo todo el año, y casi la mitad que Brasil, con un territorio 50 veces mayor al nuestro, una variedad de opciones abrumadora, y un torrente de llegada de turistas todos los días del año.
La danza de los millones continúa en Uruguay, y con el paso de los días cobra fuerzas. Ya en 2016, durante el primer semestre, el país recibió dos millones de turistas, siempre según datos del Ministerio de Turismo. Si nos comparamos con España, que durante este mismo período recibió 42 millones, estamos a 1 a 20, es decir, por cada 20 turistas extranjeros que ingresaron a España, uno ingresó a Uruguay.
Sin dudas, se trata de un récord casi increíble, tomando en cuenta la magnitud de cada uno de los países en referencia. El país ibérico tiene 52 aeropuertos y 370 mil kilómetros de carreteras, es decir, 740 veces la cantidad de kilómetros entre Montevideo y Rivera, de lo cual se deduce que si fuésemos por el día a Rivera desde Montevideo tendríamos que ir y volver todos los días durante dos años sin parar para cubrir los kilómetros de carreteras que hay en España. Esto sin tomar en cuenta los más de 16.000 kilómetros de autopistas, lo cual nos demandaría un mes más de ir y venir de Rivera a diario. No olvidemos los 15.900 kilómetros de vías férreas y, en otro orden, los 8.000 hoteles y la ventaja de tener turismo sostenido todo el año.
Entonces, cuando vemos que los buques que arriban a Uruguay no vienen llenos, es más, bastante vacíos salvo fechas de fin de semana largo o acontecimiento puntual. Y que cuando vamos al aeropuerto de Carrasco hay cientos de familiares recibiendo a sus parientes de regreso de viaje pero cuanto mucho una docena de receptivos con carteles, nos preguntamos por dónde ingresan tantos turistas extranjeros.
Quizás el aluvión venga por la “frontera seca”, allí, es verdad, no vamos con tanta frecuencia. Estuvimos sólo una vez este año en la que nos limita con Brasil y no había nadie, pero bien, puede ser coincidencia. Además, dos millones de turistas en seis meses, a un promedio bajo de 3 noches de estadía, significaría 6 millones de pernoctes, a un millón por mes en promedio, lo cual, si pensamos en que el mayor porcentaje de turistas se concentra en el litoral norte, suroeste, sur y sureste del país, se notaría algo más.
No dudamos de las cifras manejadas por el ente oficial, pero en un país de tres millones de habitantes, un millón de extranjeros circulando (pongámosle medio millón en meses flojos y millón y medio en los de alta para compensar) se notarían más, a la vez de significar un serio problema para el alojamiento, la gastronomía, los traslados, caos en las terminales terrestres, aéreas y fluviales, y los taxistas no se preocuparían por los competidores, ya que tendrían más trabajo que horas para circular.
Por todo esto, insistimos en que deberíamos ser más cautos o más precisos con las cifras. Por ejemplo, y sólo por citar uno reciente, la ciudad de Rio de Janeiro, que tiene 52 mil habitaciones de hotel, declaró que durante las Olimpíadas 2016 recibió 1.170.000 visitantes, de los cuales 410.000 fueron turistas extranjeros. Así, separado, clarito.
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