por Eugenio Yunis, desde Santiago de Chile
La industria del turismo sudamericana y las autoridades públicas que la rigen, también pueden emprender algunas acciones conjuntas para reducir los impactos negativos que la están afectando, y sobre todo para los nuevos tiempos que vendrán una vez superada la emergencia sanitaria.
Un ejemplo de cooperación internacional lo están dando (una vez más) los países del Asia, a través de la siempre activa PATA (Pacific Asia Travel Association), ejemplo que los países de América del Sur podrían también adoptar e incluso ampliar, aprovechando este tiempo de crisis para concretar de una vez por todas, y seriamente, la tan ansiada y nunca lograda integración turística de la región.
PATA ha puesto en marcha un Centro de Recursos para la Crisis, que recopila e intercambia información sobre las medidas que distintos países del mundo han puesto en marcha para enfrentar la crisis del coronavirus en este sector de actividad. Ello incluye definiciones de política pública de turismo, información estadística de impacto, indicadores, medidas de mitigación, apoyo a las empresas, etc.
En paralelo, el Centro está generando y acumulando conocimiento sobre posibles medidas de recuperación del turismo post-crisis, con el objetivo de equipar a las administraciones públicas del turismo de los países miembros y a sus empresarios turísticos con ideas, ejemplos exitosos y argumentos para que puedan, una vez pasada la emergencia, levantar cabeza rápidamente y comenzar a recuperar flujos turísticos domésticos e internacionales. Un grupo de expertos en gestión de crisis y en gestión estratégica del turismo asesora a PATA en esta materia.
Además de replicar este mecanismo de cooperación, gobiernos y empresas turísticas de Sudamérica podrían también aprovechar este tiempo de muy bajo movimiento turístico para, entre otras tareas, promover y concretar esquemas de colaboración bi- o tri-nacionales, en materias de sustentabilidad, calidad transferencia e intercambio de conocimientos y de recursos humanos, y acuerdos comerciales.
En este último ámbito, el desafío es conformar circuitos turísticos con atractivos de varios países y para distintos segmentos de mercado, con diversos intereses (naturaleza, cultura, aventura, playas, reuniones, etc.). Tales circuitos deberían quedar perfectamente definidos en cuanto a duración, medios de transporte, facilitación fronteriza, identificación y compromiso de proveedores de los diversos servicios en cada país, incluyendo a las pymes, formas de promoción y comercialización, entre otros aspectos, con el fin de lanzarlos al mercado apenas controlada la emergencia sanitaria.
Factores importantes a considerar en dichas estrategias comerciales son el contenido de los mensajes y el timing para cada acción promocional y comercial, tanto de lo que haga cada país individualmente como de las eventuales acciones que varios países emprendan conjuntamente tras la recuperación. Mensajes demasiado optimistas, con información falaz o errónea, y campañas prematuras de promoción en determinados mercados pueden ser una inútil pérdida de dinero. Por el contrario, acciones tardías de recuperación y de promoción pueden hacer aparecer a la región como todavía insegura para viajar. Por ello, se debe recurrir también a expertos comunicacionales que sepan calibrar tales mensajes.
La seguridad, siempre importante en turismo, será de ahora en adelante otro elemento clave que la oferta deberá asegurar ante una demanda que será cada vez más suspicaz y exigente. En paralelo, la sostenibilidad de la oferta debe ser reforzada, para atraer a un público cada vez más sensible a variables ecológicas y sociales.
Dada la incertidumbre que ha caracterizado cada fase de esta pandemia y de sus impactos, es necesario establecer una vigilancia y un monitoreo permanente, así como una actitud dinámica para saber responder oportuna y acertadamente a la evolución de la demanda turística en cada mercado, hoy muy deprimida pero que en algunos meses (eso esperamos) debiera comenzar a rebrotar.
Trabajando conjuntamente a nivel regional sudamericano será mucho más fácil y más eficiente abordar estos desafíos.
Portal de América