por Eliseo Sequeira, desde Montevideo, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Durante este tiempo, las idas y venidas en las reglamentaciones han sido la constante. Lo que nadie dice específicamente, es que los viajes y la vida no volverá a ser como antes de la aparición del Covid-19, no pretendamos llamarle "nueva normalidad" a la nueva realidad de exigencias sanitarias, a todo nivel.
Ciertamente, nosotros nos dedicamos a noticias de turismo y aviación comercial. Repasemos las exigencias sanitarias en las distintas actividades, y cómo ellas se relacionan con el resto de las comunidades. Vayamos de lo grande a lo pequeño.
Las fronteras están semi abiertas, y en la mayoría se exigen PCR antes del embarque, en muchos PCR a los 5-7 días de estadía, y las condiciones de cuarentena (si/no) son diferentes para los vacunados y no vacunados. También hay restricciones en cuanto a los puntos de entrada a los países, que en general se limitan a aeropuertos, y en menor medida a puertos, siendo los más restringidos los pasos terrestres (tal vez salvo el espacio Schengen).
En las líneas aéreas y otros medios de transporte internacionales, además de los protocolos de uso de mascarilla y a veces límites en aforos, no sólo se exige que los pasajeros estén vacunados, también los tripulantes. Actualmente, en todo el mundo, cada vez son más las empresas de todo tipo, no sólo aéreas y turísticas, en las que no estar vacunado contra el Covid-19 es causal de despido.
Pero las exigencias de vacunación no quedan a nivel macro. También en casi todos los países los protocolos se han ido ajustando al punto que comercios como bares y restaurantes ven variar sus aforos por protocolos que distinguen entre vacunados y no vacunados .... y la mayoría de los comercios se inclinan por los primeros, por lo que el certificado de vacunación se ha vuelto tan o más importante que el documento de identidad. Y ese hecho es válido para locales y visitantes (palabra que incluye a los turistas y los que viajan por otros motivos), si no, recuerden la imagen del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, comiendo parado en la vereda por no estar vacunado...
El acceso a las vacunas ha representado el cuello de botella de la salida de la pandemia, además de idas y venidas políticas y humanitarias.
Aún queda un núcleo de ciudadanos del mundo que a pesar de haber tenido oportunidad no se han vacunado, por muy diversos motivos. Por respeto no inicié esta frase con "lamentablemente", porque ello hubiese significado calificar las actitudes de esas personas pensando que la mía es la única opción ("verdad") posible. Y aquí dejo planteado un tema que puede dar a discusión pero que difícilmente se pueda llegar a una conclusión, y es qué tanto de ese rechazo se debe a percepciones científicamente válidas, y qué tanto a la hipercomunicación, muchas veces contradictoria, realizada sobre la enfermedad, las vacunas, y las medidas de control establecidas por las autoridades de diferente nivel que muchas veces parecían más destinadas a controlar a las poblaciones que a la enfermedad.
Afortunadamente vivimos en una región que, salvo contadas excepciones, los medios de prensa y las poblaciones pueden expresarse más o menos libremente. Desafortunadamente, esa libertad de expresión ha llevado a muchos a radicalizar sus posturas, aún en temas sanitarios, y han llevado a que en las discusiones se priorice el "yo" (que puede ser un individuo o un grupo de interés) al "nosotros", lo que perjudica a la vida en sociedad. Los extremos son malos, la cuestión es que por alguna razón los pueblos se dan un orden jurídico, para que haya un "nosotros" y que las mezquindades de los "yo" no afecten las libertades de las mayorías.
La apertura de fronteras, en todo el mundo, nunca fue irrestricta, siempre hubo países que ponían ciertas limitaciones que se traducían principalmente en la exigencia de visas. La reapertura no sólo mantendrá dichas limitaciones, sino que las aumentará con los requisitos sanitarios, que a no dudarlo serán cambiantes en plazos cortos. Si asumimos que lo "normal" son los cambios, entonces sí podremos hablar de "nueva normalidad", pero la realidad muy difícilmente vuelva a la era pre-Covid-19 ... el mundo cambió, tal vez no vuelva a ser como antes, y eso es lo único verdadero.
Portal de América