por Eliseo Sequeira, desde Montevideo, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Señalaba que "En un mundo hiperconectado e hiperinformado, si hubiese ocurrido una adaptación racional y libre del comportamiento ciudadano a la nueva realidad que impone este virus (evitar aglomeraciones, uso de tapabocas, distanciamiento cuanto sea posible, higiene extrema), ya estaría casi controlada la pandemia. Pero no."
El análisis fue realizado comparando los datos de infección de ese día con los del 15 de julio, señalados en "Reinicio de los viajes en medio de la pandemia de Covid-19", que incluía la  situación de América y algunos países de Europa.

Evolución de Uruguay

El 15 de julio Uruguay había llegado a 29 ca/pmh (casos activos por millón de habitantes). Un mes antes, 4 ca/pmh, se había iniciado una reapertura progresiva de actividades y se tenían otras programadas, hacia una "nueva normalidad", donde lo principal era mantener las medidas para evitar la propagación del virus.

A partir del 15 de julio , la mala noticia fue la aparición de un fuerte brote en el sistema de salud, el mismo que una semana antes un grupo (menor por cierto) de sus integrantes hizo todo lo que no debía hacer. Los casos nuevos diario de infectados pasaron de una cifra a dos cifras, y apenas diez días después (25 de julio) había 54 ca/pmh, casi el doble. La buena noticia fue la rápida acción de aislamiento de los brotes, lo que redujo la expansión de la enfermedad y casi logró contenerla, estando en un nivel actual de 62 ca/pmh.

¿Qué pasa en el resto?

Mantendremos el sistema de centrarnos en los países considerados en las notas del 15 de julio, su actualización al 25 de julio y una nueva actualización, esta vez al 4 de agosto.

En casi todos los países siguen habiendo marchas y contramarchas. Lo importante es el resultado. Y como ya lo hemos expresado, en todos los casos la evolución responde a la combinación de políticas y comportamiento ciudadano. Todos son responsables.

En Sudamérica, Brasil (2º), Perú (7º) y Chile (8º) siguen estando entre los 10 países con más infectados del mundo. Pero sólo Chile mantuvo, aunque ligera, una reducción de los casos activos, pasando de 1680 a 960 y a 930 ca/pmh. Los otros dos tuvieron un retroceso a los valores del 15 de julio. Brasil pasó de 3650 a 3370 y a 3517 ca/pmh y Perú de 3500 a 2990 y a 3490 ca/pmh.

Paraguay, el que tenía menos casos activos después de Uruguay, sigue mejorando lentamente, pasando de 258 a 222 y a 199 ca/pmh. Ecuador en estos 10 últimos días redujo significativamente sus casos activos, pues pasó de 2150 a 2260 y a 1241 ca/pmh.

Lamentablemente, los otros tres países considerados han visto aumentar más de un 20%  sus casos activos. Colombia pasó de 1860 a 2190 y a 2810 ca/pmh, Argentina 1300 a 1860 y a 2404 ca/pmh, y Bolivia de 3000 a 3710 y a 4630 ca/pmh.

Los países europeos también han tenido una evolución dispar. El más complicado sigue siendo España, que había pasado de 2900 a 3060 ca/pmh, manteniendo este último valor en la medición de este 4 de agosto. Francia había mejorado su situación pasando de 1400 a 1060 ca/pmh, pero la epidemia se reactivó pasando a 1207 ca/pmh. Italia mantuvo su mejoría, pues pasó de 800 a 251 y a 206 ca/pmh. Y Alemania, que se llevaba las palmas,  pasó de 240 a 80 y a 100 ca/pmh.

Del resto de los países americanos considerados en el informe del 15 de julio, Panamá siguió empeorando muy levemente, pasando de 5500 a 5570 y a 5755 ca/pmh. Los otros casos, que habían mejorado, volvieron a subir sus conteos. EE.UU. pasó de 6500 a 6360 y a 6838 ca/pmh. México de 960 a 720 y a 776 ca/pmh. Y Canadá pasó de 870 a 150 y a 170 ca/pmh.

Entonces...

Reiteramos la idea de que por más que en este momento Uruguay siga pareciendo un oasis en cuanto a la pandemia, el entorno, tanto regional como de los principales destinos y posibles países emisores, sigue siendo preocupante y por el momento no se avizora una pronta apertura de fronteras.

En tres mediciones a intervalos de 10 días, de 16 países considerados (exceptuamos Uruguay), sólo tres (Chile, Italia y Paraguay) mantuvieron una mejora progresiva. Nueve tuvieron altibajos, y cuatro (Argentina, Bolivia, Colombia y Panamá) empeoraron progresivamente.

Reiteramos que para Uruguay la cuestión será poder mantener controlada la pandemia, y por ende su imagen internacional de "destino Covid-19 seguro". Para ello será esencial respetar los protocolos existentes a ultranza, evitando actitudes irresponsables que faciliten los contagios, y que socialmente se empiece a castigar en serio las actitudes en contrario, porque de ello depende el futuro de todos, especialmente los trabajadores y pequeños empresarios que sólo pueden mantenerse con su trabajo diario.

Al final, la solución vendrá cuando se logre una vacuna efectiva contra el COVID-19, aunque si aparece un tratamiento eficaz de los casos más graves, podría resultar en un alivio importante.

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