Colonia presentó Plan de Gestión requerido por UNESCO
Viernes, 09 Marzo 2012
El Intendente de Colonia Walter Zimmer, junto al Ministro deCultura Ricardo Erlich
Uruguay endereza su rumbo y toma conciencia que su único sitio Patrimonio Cultural, el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento, debe tratarse como una joya a preservar. En el caso del casco histórico coloniense, la preservación no es sólo del mantenimiento de las antiguas estructuras, sino además protegerlo de la infeliz combinación de avariciosa costumbre de compradores que pretenden que un rancho portugués sea una mansión y de técnicos que hacen cualquier cosa para que su nombre figure en el sitio.
por Ricardo Montenegro, desde Colonia del Sacramento
Desde el febrero, UNESCO tiene para su estudio el Plan de Gestión que las autoridades de la Comisión Nacional del Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación y la Intendencia de Colonia, elaboraron luego de casi un año de trabajo, luego de seis de desconcierto, período en el que hubo casi atentados –tal vez el “casi” sobre- contra la pureza del sitio.
De este trabajo participamos vecinos e instituciones locales, haciendo cada uno su aporte para lograr el objetivo común de mantener la condición otorgada por UNESCO y a la vez, lucir mejor este lugar orgullo de todos.
El trabajo que está en París fue presentado por el Intendente Doctor Walter Zimmer, el Ministro de Educación y Cultura, Ingeniero Ricardo Erlich, la Presidente de la Comisión Nacional de Patrimonio, Ingeniera María Simón, el Director de Patrimonio, Doctor Alberto Quintela y el Director de la Oficina Municipal de Patrimonio, Arquitecto Walter Debenedetti.
Hasta hace un año, demoliciones, ampliaciones en altura, construcciones fuera de todo contexto histórico, fueron las acciones que sufrió el Barrio Histórico de Colonia, que tan sabiamente habían colaborado a redescubrir desde fines de la década del 60, hombres de la talla de Francisco Capurro, Miguel A. Odriozola, Fernando Assunçao, Antonio Cravotto, Artigas Miranda, José Terra Carve, entre otros.
Ese trabajo serio permitió que en diciembre de 1995, UNESCO la integrara a la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Pero de ahora en más el sitio, ya protegido por medidas cautelares tomadas por la Intendencia y la Junta Departamental, pasará por un meticuloso plan de manejo, con responsabilidades visibles de técnicos y funcionarios, que evitarán desvíos del camino trazado.
En el nuevo concepto, al área urbana comprendida en la zona de amortiguamiento o protección se le reconocerá como “Ciudad Histórica” y se incluyen la bahía y las islas, junto al patrimonio subacuático, como elementos que constituyen el entorno insoslayable del bien.
Una vez superada la etapa de la revisión del plan por UNESCO y su aprobación, la gestión del sitio se realizará de modo técnico inequívoco, no habrá lugar a amiguismo, inventos ni caprichos y será supervisado por un Comité que integrarán en cada ejercicio, nada menos que el Presidente de la República, ministros relacionados con el tema y el intendente de Colonia.
Podrá parecer excesivo, pero se trató de responder mostrando el mayor compromiso.
Por debajo, otra estructura, la Comisión de Sitio, que trabajará en conjunto sobre aspectos vinculados al barrio, con integrantes de organismos públicos y privados, además de vecinos; el Consejo Ejecutivo Honorario continuará con sus obligaciones, ajustadas a la nueva realidad.
Siendo el Barrio Histórico de Colonia el principal punto de atracción para los turistas y casi que el único para aquellos extra región que llegan por miles al año para pasar un día en la ciudad, su cuidado y preservación son una obligación que, como el testimonio de una carrera de postas, debe pasarse con la mayor responsabilidad.
Al presentar el trabajo en el salón de actos del Palacio Municipal de Colonia, el intendente Doctor Walter Zimmer resumió el compromiso asumido en 2011 en una frase: “trabajo terminado y misión cumplida”; con este nuevo paradigma de respeto, trabajo, transparencia y control de gestión, esta pequeña joya urbanística, de sólo 18 hectáreas de calles y paredes de piedras y añosos ladrillos, podrá preservarse como las futuras generaciones merecerán recibirla.
Y los turistas conocerla y querer regresar, como ocurre a menudo.
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