por Paula Castejón, desde España, especial para el PDA
A partir de ahí, deja que sean los propios clientes y el público en general los que sigan contando la historia y engrandeciéndola. Recuerda: la historia no es de quien la cuenta sino de quien la escucha.
Vamos a ver el caso:
El hotel se llama The Hans Brinker Hotel y está en Amsterdam, Holanda.
Se trata de un hotel muy, muy sencillo. Servicios mínimos. Muy bien ubicado, a 10 minutos andando de Prinsengracht.
En España hablaríamos de un hostal bastante “pringoso”, pero de esos que hay cientos repartidos por toda las zonas antiguas de las ciudades. Uno más.
La propiedad del hotel decide cómo va a ser su propia historia: el peor hotel del mundo.
En su página web la comunicación cumple con los objetivos de la dirección. Plasma la mala, desagradable idea que es alojarse en Hans Brinker y por qué no deberías elegirlo. Se complementa con un vídeo
explicativo del hotel que no tiene desperdicio.
“Si buscas alojamiento bueno y barato en Amsterdam (o incluso alojamiento mediocre y barato) una breve búsqueda en Internet te proporcionará muchas posibilidades en la zona. Si están a tope, podrías considerar un banco en el parque o una habitación en el Hans Brinker Hotel”.
La semilla está plantada. Ahora queda en manos de sus clientes y del público continuar con la historia:
· Comienzan a subirse videos a You Tube de las personas que visitan al hotel
· También suben fotos y más fotos en Google, en Flickr
· Se convierte entre los jóvenes en una hazaña, una aventura, ir a Amsterdam y alojarse en el Hans Brinker
· Por supuesto, encontramos su valoración en Tripadvisor…. (y sorpresa: no está tan mal puntuado como podíamos esperar)
· Los blogs de turismo, de curiosidades,…y hoy, en este de marketing hotelero, se hacen eco de la historia
El hotelero crea una historia, que refuerza su posicionamiento: el peor hotel del mundo. En este caso utiliza la psicología inversa para convertirse en paso obligado de viajeros jóvenes con presupuesto bajo. El hotelero alimenta la historia, y más adelante el público se encarga de convertirlo en una leyenda, casi como un mito, una cita obligada.
¿Cómo es la historia de tu hotel?
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