¡Sería un pecado!
Martes, 31 Enero 2012

¡Sería un pecado!
Estamos en las postrimerías de la temporada y ya se han hecho todo tipo de comentarios sobre posibles y futuros resultados. Estimo pertinente hacer la referencia en esta nota a un tema que debido al entusiasmo y optimismo por el que transitamos aquellos que trabajamos en la actividad, no se ha manejado como prioridad. Los importantes flujos de turistas que se acrecientan año a año en nuestros principales destinos y en especial “balnearios” que tan buenos beneficios económicos están dejando, demandan un gran esfuerzo y mucho dinero para suministrar sustentabilidad. Nos referimos principalmente a todas aquellas aéreas publicas, aprovechadas y utilizadas por los turistas que año a año amplían su espectro de visitas, ya sea a parques, playas, espacios de recreación y a su infraestructura interna y perimetral.
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Los estudios de impacto de la llamada “capacidad de carga turística” por la que ya pasaron varios destinos conocidos y que hoy en día trabajan para revertir esta lamentable situación, ya es puesto en practica como medida preventiva por muchos municipios en diversas partes del mundo que reciben gente de manera masiva. 

Una de las variantes a controlar en todos los países donde existen temporadas muy marcadas en climas, es el recibimiento de los “turistas trashumantes” que proceden de temperaturas opuestas, quienes suelen cargar a los destinos buscando su confort y su satisfacción aumentando considerablemente el flujo estándar de lugares potenciales con capacidad de oferta turística.

La creciente afluencia de gente convertida en concentración masiva en cualquier destino trae consecuencias tanto ambientales como sociales que muchas veces pueden ser irreversibles. Hoy sucede en las playas esteñas que el llegar temprano tiene su compensación en cuanto a la ubicación y quienes se benefician son los habitantes de los edificios en primera fila frente a la playa que envían a los funcionarios a crear espacios con las respectivas sillas y sombrillas.

Foto 1
En las fotos que presentamos, tomadas por el fotógrafo y piloto Gerard Launer de la Revista Deutschland, se aprecian las importantes aglomeraciones que sufren las costas de los mares del del sur (1) y del norte (2) en Alemania, donde en uno de los casos se aprecia claramente un paisaje casi lunar con “cráteres estivales” que delimitan el lugar que cada visitante posee para gozar de alguna intimidad.

Foto 2
Estos lugares ya llegaron al limite de su capacidad y por ende perdieron el encanto de ser visitados o de tentar a cualquier viajero/ turista a integrarlo a su itinerario. Se pierde la diversidad de absorción cultural, se encarece y se pierde el interés por residir por parte de los locales y de los inversionistas a considerar. Principalmente se pierde calidad de vida y la alta posibilidad de que desaparezca casi totalmente el paisaje natural con muy malas consecuencias de deterioro del medio ambiente, ya que por ejemplo peligra la capacidad de absorción de residuos y los recursos vitales (energía y agua).

La gran pregunta debemos hacérnosla a la máxima brevedad ¿Cual es el horizonte que nos proponemos y el mas adecuado que soporte una “capacidad de carga turística” pensando en nuestro querido y hermoso patrimonio natural del que disfrutamos día a día?

Una vez que realicemos este ejercicio de conciencia, debemos buscar la formula adecuada (existen varias) para realizar los cálculos que corresponden y establecer los parámetros de carga.
“Sería un pecado” dejarle a las próximas generaciones de gobierno y a futuros empresarios esta responsabilidad, debemos proyectar lo planteado de inmediato por el bien de quienes continúen
viviendo en el Uruguay. Es de orden hagámoslo ya!!!.


Portal de América

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