Vivimos revolcaos en un merengue...
Martes, 22 Noviembre 2011

Vivimos revolcaos en un merengue...

Que vivimos en una época de frivolidades, hipocresías, incoherencias y egoísmos, no es novedoso y hasta parece no ser tema de un portal que tiene como fin promover el turismo, actividad que de solo pensarla nos ubica en un mundo de solaz, sonrisas y recarga de energías para el momento inmediato posterior. El cóctel ineficiente que se desprende de una sociedad así, o llevada a asomarse a esa nueva realidad probable, está ahí, con la receta a la vista de todos. No hay ni misterios ni secretos.

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por Ricardo Montenegro, desde Colonia del Sacramento



Lo corporativo, en nuestro rubro de referencia pertenece a la esfera empresarial, de los negocios transnacionales.

En la política es la ubicación de iguales –desde una Junta Departamental de escaso peso, llamada aún “la Corporación”- con idénticos poderes y voz y va desde ese bajo escalón del Estado a la Cámara de Senadores.

Algunos que se quedaron en los sesenta, asociarán lo corporativo con una monstruosa máquina creada para someter a los más desvalidos e ingenuos.

A esa máquina había que enfrentar hasta el fin de los días, única garantía de un país mejor, más igualitario, respetuoso del otro, de sus necesidades y derechos.

Uruguay tiene derecho a vivir en paz.

Los uruguayos tienen derecho a transitar libremente.

También lo tienen de expresar sus derechos.

El país necesita coherencia, cordura, tranquilidad y además, demostrarlas, para ser ese territorio a descubrir, como lo han hecho millones y claro está, para disfrutarlo.

Hay una corporación que no comprende esto, que va a la zaga de las ideas y los métodos y su interés corporativo se transforma en una arrogante muestra de egoísmo.

El sector sindical en pos de reclamos que no vamos a juzgar, pero que detrás de ellos se advierte una lucha del poder político de respaldo a cada línea, no ha encontrado para reemplazar o sumar a su sempiterno speech (que perdonen el vocablo capitalista) la novedad de un corte al Puente San Martín.

Tomando a la gente como si tuvieran la mentalidad naif o por tonta vamos! que en definitiva es así, dicen que el corte no es corte, es sólo el lugar escogido para la concentración del reclamo.

Justo se hace lo que durante años sufrimos y proclamamos como ilegal a nuestros vecinos.
Ahora hay que actuar, obligados, como no quiere Uruguay, aunque así parecen quererlo los sindicalistas en su desafío al gobierno.

En el mismo departamento de la tonta guerra que soñó Vázquez, por el que no pasaba nadie y tiró abajo al turismo, ahí van estos buenos uruguayos a reclamar al gobierno.

Así no defienden a nadie, a nada y no proyectan otra cosa lo que el profeta popular Discépolo escribiera para la eternidad –nosotros creíamos que para Argentina- porque nos quieren llevar a vivir “revolcaos en un merengue...”.

Portal de América

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