Un embajador de carne (pero sin hueso)
Miércoles, 12 Octubre 2011

Un embajador de carne (pero sin hueso)

El plato internacional de Uruguay que se distingue entre los de la región es el clásico chivito. Asados, pastas y guisados son comunes en las dos márgenes del Río de la Plata y aún más allá, pero el chivito es local y ha trascendido continentes de la mano de laboriosos emigrantes. El chivito es un plato nativo de Uruguay, su origen no corre la suerte del tango, el dulce de leche o la menos famosa torta frita, cuyo certificado de nacimiento se disputa entre los dos países platenses.

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por Ricardo Montenegro, de su viaje a Europa, especial para el PDA

Hasta cuando se ofrece por ahí hay que agregarle “uruguayo”, para que se sepa que no se va a comer un cabrito.

Aunque explicarlo no es fácil, en España o Francia se pueden ver locales de uruguayos que emigraron y probaron suerte con esta opción, desconocida por esos lares.

Afrancesado o españolizado por la búsqueda de un pan más adecuado que la moderna “tortuga”, en Europa el chivito vuelve a sus fuentes y se afirma.

En Madrid, a pocos metros de la Plaza Mayor, el restaurante Colonia del Sacramento también ofrece el chivito entre sus platos, además de carnes asadas.

En su vidriera se observa un merchandising criollo, con mates, boleadoras, cuchillos y otros items que recuerdan estas tierras.  

En Toulouse, Francia, para Leonardo de Prado, montevideano que emigrara hace pocos años, la idea del chivito la llevaba por su experiencia gastronómica en Uruguay.  Pero instalar un restaurante en Toulouse no es fácil ni barato, lo que llevó un tiempo ubicarse en un pequeño local en el Nº 63 de la transitada Rue Pargaminieres en el barrio antiguo de la ciudad y comenzar su aventura.

En estos algo más de seis años, el pequeño local de “El Chivito de Leo” ahora abarca al otro similar de al lado y puede ofrecer en un ambiente ecléctico, con aires americanos del sur y decoración que evoca estos pagos, un espacio que los propios franceses y de otras nacionalidades disfrutan.

Ni que hablar de los uruguayos que pasan por allí, o estudian en la ciudad, reconocida por su aire universitario y cosmopolita.

El éxito le ha permitido trascender Toulouse y abrir este verano otro local en la cercana Montpellier (54 de la Rue de L'Aiguillerie); a este ritmo, una franquicia no está lejana, aunque afirmarse es la prioridad del empresario, que también tiene un grupo en Facebook: El Chivito Toulouse.

La fórmula es la misma decíamos, el pan es el que cambia pero en cierta forma vuelve a los orígenes del plato, ya que la ahora clásica tortuga –muchas veces envasada- se acerca más a los locales de las multinacionales de comida rápida, que a lo que conocimos como chivito uruguayo.

Ecléctica la ambientación, con reminiscencias de la “Amerique Latine”, también lo es la oferta, con mojitos, caipirinha, sangrías, tacos, empanadas y el infaltable dulce de leche.

Si es de estas tierras o ha viajado por ellas y sus pasos lo llevan por esos lugares, ubíquelos si extraña el aroma del chivito; en Madrid, París, Toulouse y seguramente otras ciudades, empresarios/emigrantes han llevado sus sabores desde este lado del Río de la Plata, como otrora lo hicieran en sentido contrario quienes trajeron los suyos desde Europa.

Portal de América

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