por Sergio Bañales en Montevideo
Ya como estudiante adulto de Turismo, aprendí a investigar y a hurgar en temas de la historia Universal para comprender cosas del presente y proyectarme al futuro. Supe que toda profesión tiene su lado científico y por años me dediqué a observar y a analizar diversos tipos de “atracciones turísticas” y la vida me premió con muchos viajes por todo el mundo, lo que me permitió desarrollar mis conocimientos en la materia.
Un trabajo de tesis que realicé sobre la historia y el suceso de Walt Disney, realmente marcó mi carrera hacia el turismo pues descubrí que de lo que se trataba en síntesis era de "cautivar" y "sorprender", por lo que concluí que para lograr esta reacción en el público este señor ejercitó y alimentó su "capacidad de asombro".
Luego puso en práctica la técnica de fascinar y maravillar dando un golpe sorpresivo a la realidad adulta que hasta ese entonces (años 50), no permitía divagues abstractos ni ficciones súper mecánicas. El desarrollo de su arte, era posible gracias a una gran capacidad de guión y animación y estaba lejos de la cómoda y fácil “virtualidad” de hoy que deslumbra, pero que atrofia la mente de los chicos y adolescentes.
Sin tratar de realizar una apología de los parques temáticos ni de las realizaciones cinematográficas del señor Disney, es realmente fantástico lo que pudo lograr este animatólogo (expresión propia), quien yendo aun mas allá de las premoniciones y conjeturas también se encargó de preparar al mundo para fantasear con su muerte, ya que durante años se gestó la leyenda de que Disney algunos instantes antes de morir, había sido criogenizado, cuando bien se sabe que esto es absolutamente falso y que sus cenizas reposan en California.
El Turismo en Uruguay duerme su mejor siesta en materia de atracciones turisticas y realmente carece de muchas opciones que demanden “creatividad”. Se han copiado virtualmente muchas de las iniciativas que se están llevando a cabo pero nada nuevo se ha concebido. Viene el verano y pululan los oportunistas principalmente en el Este con emprendimientos de divertimentos zafrales y que mucho mal le hacen a esa población de trabajadores flotantes quienes el resto del año deben buscar y hacer “changas” para sobrevivir.
Me permito citar a nivel personal la creación de un proyecto muy innovador llamado “Gigantones”, que lleva mas de 15 años en estudios y análisis (carezco de habilidad para atraer inversores) y que fue concebido para paliar la estacionalización y pensado principalmente para convertir zonas turísticamente inactivas en activas. Pero ahí está, listo para ejecutar pero sin concreciones, ya que una vez más nos encontramos con la misma barrera…lo económico.
Por ende concluyo en mi opinión, expresando que un altísimo porcentaje de las atracciones turisticas que se han ejecutado (no quiere decir que hayan tenido éxito) en Uruguay, son de propietarios que nunca estuvieron ligados al turismo, pero que poseen el preciado metal para invertir en lo que se les ocurra y luego en poco tiempo, pasan al olvido.
Me gustaría que el Gobierno, las Intendencias y el Ministerio de Turismo apoyaran y se dedicaran a difundir entre tantos inversores interesados en el Uruguay, proyectos nacionales e innovadores que apunten al tan mentado “Uruguay Productivo” y elaborados por idóneos y profesionales de la actividad.
En estos días ha adquirido gran relevancia un proyecto de Parque Temático con Hoteles en la zona Termal, lo cual sinceramente festejo porque dicha región lo amerita, pero debemos recordar que no todo se compra, ni se adquiere en un corto lapso, el conocimiento, la trayectoria, las experiencias y vivencias llevan su tiempo y naturalmente el mercado en el que se actúa, demanda una gran cuota de comprensión y noción que generalmente la tienen los profesionales locales.
Estimo que estas mismas autoridades principalmente deberán mirar hacia el beneficio ambiental, social y cultural que le pueda dejar al Uruguay turístico una atracción complementaria con la actual oferta y disponible para toda estación.
A mi juicio el camino hacia las metas reales en cuanto a la oferta de atracciones turisticas, es realizando una planificación, basada en proyecciones y políticas acordes a las necesidades de ámbitos ya activos, pero aun más, impulsando aquellas regiones que necesitan de un envión para crecer.
No es pertinente tratar de acumular actividades que se superpongan o recarguen la oferta, hay que apoyar la creatividad, la innovación y alimentar la “capacidad de asombro”.
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