por Sergio Bañales, Montevideo
Casi llorando mi hijo me decía que papa Noel no iba a venir este año porque se había asustado y que estaba escondido en el ropero de arriba…. “chau papa, te quiero mucho” terminaba balbuceando.
La grabación marcaba la hora del mensaje a las 14 horas o sea que habían sido las 8 de la mañana en Uruguay y en este momento al llegar al hotel ya eran las 13 de mi país, o sea las 19 en los Emiratos Árabes.
Me sorprendió a la vez que me angustio su mensaje y surtió gran impotencia por no poder comunicarme con el enseguida ya que a esta hora estaría en la Guardería.
Llamé a mi señora al trabajo y me contó que insistentemente Lorenzo había querido hablar conmigo porque esa mañana accidentalmente volcó el arbolito de Navidad y se destruyeron la mayoría de los chirimbolos; “consecuentemente lo rezongué diciéndole que ahora Papa Noel no vendría debido al ruido que se produjo cuando cayo el arbolito y que se había asustado e ido arriba a esconderse”.
“Al instante se puso a llorar y no había forma de consuelo” me contaba la madre, quien trató luego de calmarlo para explicarle que realmente Papá Noel regresaría. Pero él solo quería hablar con el padre para que viniera enseguida y persuadiera al hombre de barba para que bajara y así en Navidad le pusiera sus regalitos en el arbolito aunque a éste le faltaran algunos adornos.
La ternura de su mensaje logró impactarme de tal forma que hasta pensé por unos segundos en dejar todo el trabajo que me quedaba por hacer en los Emiratos y regresar a Uruguay en el primer avión disponible para abrazarlo y compartir ese momento de inocencia. Por suerte quedaban sólo 3 días para verlo y así fuera en trineo iba a estar allí esa noche especial.
Arribando a Montevideo el 23 de diciembre, Lorenzo estaba esperándome con su madre en el aeropuerto y con una amplia sonrisa contándome que mañana venía Papa Noel y que él iba a cuidar el arbolito siempre para que nada se cayera y fuera a asustar al personaje navideño.
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS a esos “locos bajitos” que nos recuerdan sobre la “capacidad de asombro” que tenemos por naturaleza los seres humanos y que no debemos perder nunca.
FELICIDADES, TERRESTRES!!!
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