¿Arde España?
Martes, 19 Julio 2022 16:26

¿Arde España?

Los que pertenecen a nuestra generación, tienen presente el título de la película de 1966 bajo el guión de Francis Ford Coppola ¿Arde Paris?, que sirvió como muletilla para describir muchas circunstancias en las últimas seis décadas.  

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por Ramón de Isequilla, desde Madrid, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @ramonpunta

Si seguimos a los medios generalistas adictos al poder en los últimos días, podríamos preguntarnos ¿Arde España?, consecuencia inevitable del relato que escuchamos sobre temperaturas extremas, muertes por golpe de calor, incendios devastadores, todos hechos reales y dramáticos que nos conmueven. Pero si rascamos un poquito en esa triste realidad, comenzamos a descubrir algunas cosas que en lugar de calentarnos pueden helarnos la sangre por lo siniestro de las mismas.

Los españoles están cabreados, muy cabreados; soportaron la pandemia, con confinamientos ilegales, condenados por el Tribunal Supremo, que destruyeron su economía, con la excepción de la rebelión tabernaria de Madrid; están sufriendo una inflación récord sólo superada por los paraísos bolivarianos de Venezuela y Argentina, musas inspiradoras del gobierno; soportan diariamente un gobierno que insiste en decidir sobre sus vidas, cortando toda posibilidad de libertad, sobre en qué trabajar, qué estudiar, qué comer y qué pensar.

El deterioro de las instituciones alarma a Bruselas, está desapareciendo la división de los poderes, por segunda vez están matando a Montesquieu, al decir de Alfonso Guerra, el ejecutivo usa al Parlamento como una marioneta, sin propuestas de leyes, pero aprobando la mayor cantidad de Reales Decretos de la historia, con una calidad legislativa que ruboriza.

De no ser por lo dramático de sus resultados al leer los disparates que aprueban, faltas de ortografía incluidas, estaríamos a las carcajadas, el “espíritu caribeño” es el nuevo espíritu de las leyes españolas.

Estos días se cumplieron los veinticinco años de la liberación de Ortega Lara y del asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de la banda asesina ETA y, el gobierno del Partido Socialista Obrero Español lo festejó aprobando la llamada ley de memoria democrática,  redactada por los etarras y votada por sus personeros políticos, en la cual entre otras cosas permite juzgar por crímenes del franquismo, (que según la ley, terminó ocho años después de la muerte de Franco) a Felipe González, principal referente del PSOE, tres veces elegido con mayoría absoluta y uno de los artífices de la “transición” fenómeno democrático que maravilló al mundo.

La técnica de “gobernanza” del gobierno español es muy sencilla y efectiva, un escándalo, un disparate, una nueva ignominia cada semana, tapa la anterior y en quince días, con la complicidad del monopolio mediático, todo el mundo se olvidó de las anteriores y sólo se habla de la última.

Esta técnica de gobernanza se complementa con las vergonzosas prebendas a condenados e indultados por sedición que intentan destruir España y a los asesinos etarras que comparten la conducción del gobierno y todo esto salpimentado con el “culpódromo”, la culpa siempre la tiene otro, responsabilidades ni una.

La culpa de todo o es de Franco, del Covid 19, de Filomena, del volcán, de Putin y ahora del “cambio climático” y el gobierno se va de rositas montado en el Falcon.

Los incendios forestales que traen perdidas de vidas y de medios de subsistencia a los pobladores de la “España vaciada”, hecho que se repite año a año al llegar el verano, fueron adjudicados por el presidente del gobierno con una foto (digna de una tapa de un long play de los 90) al “cambio climático”, enemigo difuso que genera pingues ganancias a quioscos y chiringuitos ad hoc, pero la realidad es otra.

Los incendios forestales, regulados como delitos, desde el Código de Hammurabi, las leyes romanas y visigodas, llegando a nuestro territorio con Alfonso X el Sabio, pueden obedecer a varias causas, entre otras las siguientes:
1) los pirómanos, enfermedad que se manifiesta más a menudo que lo que imaginamos.
2) los irresponsables, imbéciles que pululan en los bosques, haciendo románticos fueguitos que olvidan apagar, o tirando colillas de cigarrillos encendidas o dejando vidrios tirados, testigos de sus borracheras, que el sol los convierte en lupas incendiarias.
3) las fuerzas de la naturaleza, vientos secos y fuertes, que producen autoignición en maderas secas, como tuve la oportunidad de ser testigo en la Provincia de San Juan en Argentina donde el “viento Zonda” encendió en instantes una estructura de andamios de madera en un edificio en construcción, y también los rayos que se producen en las tormentas de verano.
4) La quema voluntaria de pastos y malezas realizadas por productores agropecuarios sin tomar las precauciones necesarias y sin informar previamente a las autoridades para que dispongan de medidas preventivas.
5) Incendios intencionales, para provocar un posterior cambio en la categorización del suelo en zonas, que producto del incendio, pierden sus características esenciales que las definían de determinada manera.
6) Venganzas entre vecinos.
7) Las consecuencias de la “ideología del cambio climático”.

Respecto a esta causa de los incendios, vemos claramente como ante la caída del comunismo por su fracaso de setenta años de crímenes y esclavitud, sus nostálgicos descubrieron que los obreros ya no creían en la “lucha de clases” y encontraron en su remplazo la “lucha de sexos”, “lo políticamente correcto en cuanto a lo sostenible y sustentable” (en el 2030 seremos pobres, comeremos pasto, pero seremos felices) y el “cambio climático”.

Las deidades paganas se han puesto de moda, “la madre naturaleza”, “la Pachamama”, “los solsticios” dos mil años de civilización con sus luces y sus sombras, como todo lo humano, no sirven para nada; hay que volver a la vida primitiva.

En los últimos doscientos años el progreso de la civilización, denostado por expertos en “ecología”, nos ha llevado a disfrutar de una calidad de vida inimaginable por nuestros ancestros, y eso quieren llevarse puesto, sólo una élite de gobernantes neocomunistas y empresarios obscenamente millonarios disfrutarán, el resto estaremos esclavizados y empobrecidos, igual que en la URSS del siglo XX.

Los “prestigiosos ecologistas”, difundidos hasta el cansancio por los monopolios mediáticos, no pueden exhibir ningún título ni conocimiento que acredite su supuesta sapiencia, como Al Gore, Premio Nobel de la Paz, que según él, hace diez años se debería haber acabado el mundo, haciendo gala de un neomaltusianismo.

Dentro los incomprobables dictados de los neocomunistas enrolados en las teorías del cambio climático, encontramos que en los últimos años el gobierno permitió una serie de disparatadas disposiciones como endiosar al lobo, que hay que protegerlo para que nadie lo moleste mientras se come a las ovejas y no es una fábula bucólica, es una disposición vigente en España, sobre la cual pregúntenle a los Asturianos y la imposibilidad de limpiar el monte incluso impidiendo que las cabras entren al monte, siendo susceptibles  de fuertes multas.

Esos montes sucios, abandonados por las administraciones, son la principal causa de incendios forestales de las últimas semanas, y si “Arde España” no es por el “cambio climático”, es por los pirómanos enquistados en el gobierno.

Portal de América

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