Querida familia
Martes, 19 Octubre 2021 15:09

Querida familia

Querida familia, “pensar el turismo” tiene sus recompensas, y si hablamos de turismo, tenemos que hablar de España y si hablamos de España no podemos olvidarnos del Imperio Español y su influencia no sólo en el turismo, también en la historia de la Iglesia.

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por Ramón de Isequilla, desde Madrid, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @ramonpunta

En nuestra visita a la Abadía de Roncesvalles días atrás, el religioso que nos contaba la historia y nos explicaba sobre el museo, al enterarse que éramos gente del turismo, nos mostró una imagen de los Reyes Magos y nos dijo: estos son los “primeros turistas” del Nuevo Testamento; ello me trajo a la memoria la idea que, la primer “sobreventa hotelera” fue cuando José y María no consiguieron posada en Belén de Judá debiendo pasar la noche en un establo, y la historia que siempre hacía un viejo amigo del comité de expertos de la OMT, sobre que los que pedían la muerte de Jesús en lugar de la de Barrabás, eran los miembros de la comisión directiva de la asociación de hoteles de Jerusalén, que veían con temor el rumbo que tomaba la religión y el peligro de perder clientes que visitaban el Templo de Jerusalén, dichos estos chascarrillos pasemos al tema que motivó esta carta.
 
Conocéis mi interés por hurgar en nuestros antepasados y de mi pasión por la historia de España entre el siglo XV y el XVII, específicamente entre 1492 con la reconquista de Granada y 1648 con la Paz de Westfalia.

Dentro de  esa pasión, heredé del querido tío Boy la manía de recortar diarios (hoy copy-paste en la web) y leer de tres a cuatro libros al mismo tiempo, con temas relacionados entre si, subrayando párrafos y haciendo glosas en sus márgenes, que incluyen algunas veces hasta insultos al autor, glosas que disminuirán o aumentarán el valor de mi biblioteca (hoy reducida a 600 volúmenes, luego de una donación masiva de más de 3.000 que realicé al partir de Punta del Este) cuando la vendan luego de mi partida.      

Esta semana, luego de los ataques a la conquista española, que han puesto en primera plana de los medios de comunicación los dislates de AMLO, Biden y Bergoglio, volví a leer y a post-glosar la “Brevísima” y la “Historia de las Indias” de Bartolomé de las Casas, juntamente con “El Viejo Mundo y el Nuevo” de John H. Elliott y “La Leyenda Negra” de Joseph Pérez, dejando en la lista de espera a una veintena de obras sobre el tema como la de Juderías.

Volver a bucear en esa etapa de la historia me motivó algunas reflexiones, respecto a como nuestra familia fue parte activa en esos acontecimientos, para su gloria u oprobio y que sin duda llevamos en nuestro ADN.

Respecto al ADN, el año pasado me sometí a un análisis en EE.UU. que dio el siguiente resultado: Ibérico 84,0%, Inglés 9,2%, Mesoamericano y Andino 2,8 %, Irlandés-Escocés y Gales 2,1%, Medio Oriente 1,9%, el cual venía acompañado con un mapa que casualmente marcaba los distintos territorios donde migró nuestra familia desde el siglo XIV en adelante.

Según consta en las investigaciones que realicé, nuestros ancestros más antiguos registrados en libros parroquiales de Moguer, datan de  la primera década del siglo XIV y se tratan de Don Pedro Jiménez Roldan y Doña Aldonza López de Narváez y por la otra parte de la familia, se remontan a 1570 en Sondica en el valle de Azúa tratándose de Don Tomás Real de Azúa y Doña María Cruz Uribe, cruzándose ambas ramas en el Rio de la Plata en 1804 con el casamiento de Don Ezequiel Real de Azúa y Cires con Doña Mercedes Lavalle González Bordallo (hermana del general Lavalle), los abuelos de nuestros abuelos.

El ADN de muchas generaciones de españoles nacidos en la península primero y en américa después, recibió el aporte de Iberos, de originarios de las Islas Británicas, de Medio Oriente y de los Andes Septentrionales y Centrales.

Nuestros antepasados más directos de los cuales tenemos conocimiento y algún tipo de información, sufrieron las consecuencias de la Peste Negra en el siglo XIV , de la Viruela en el siglo XVI , y de la Gripe Española en el Siglo XX, asimismo participaron en forma directa o sufrieron las consecuencias de  la Guerra Civil Castellana entre Pedro I  y Enrique de Trastamara, en el siglo XIV, de la Reconquista de Granada donde Don Francisco Roldan Jiménez que luchó junto a Fernando de Aragón a fines  del siglo XV y del descubrimiento y conquista de América, siendo parte de la tripulación del segundo viaje de Colón y primer Alcalde de  La Isabela  en el siglo XVI.

Este personaje, tatarabuelo del tatarabuelo de nuestro tatarabuelo, primero de las 12 generaciones de la familia en América, fue pionero en varias cuestiones, algunas muy criticadas, siendo el blanco de los ataques de Fray Bartolomé de las Casas, del cual no ahorra ni críticas ni improperios. Primer encomendero en América, Alcalde Mayor de la primer ciudad fundada por europeos en América, primer revolucionario, sublevándose a los hermanos Colón y enviándolos encadenados de vuelta a España, para algunos el primero en poner en práctica el llamado “sueño americano” al prometer a los sublevados una vida esplendorosa, al decir de Juan Eslava Galán “primer revolucionario del Cono Sur, primer golpista, primer impulsor del sueño americano, primer defensor del Estado del bienestar, primer gánster, primer propagador del amor libre y primer quién sabe cuántas cosas más” (pag 366 de su Enciclopedia Eslava), basándose en las páginas 570 y ss de “Historia de las Indias” del Fraile de las Casas.

Luego su hijo, Juan Roldán Dávila fue Conquistador del Perú y en virtud de tal hazaña Felipe II diseñó y le otorgó a él y a todos sus descendientes (nosotros) un escudo en homenaje a su valor y al servicio prestado a la corona.

En los siglos XVI y XVII los acontecimientos sobrevinientes de Guerra contra el Turco, la batalla de Lepanto y las guerras de los 80 años y de los 30 años, influyeron en las vidas de nuestros ancestros y finalizando el siglo XVIII, Gabriel Real de Azúa Garrastazú, primero de la familia en llegar al Rio de la Plata en su fragata La Liebre, como Alférez Real del Ayuntamiento, derrotando a principios del XIX a los ingleses, en la lucha por la defensa de Buenos Aires, financiando la gesta de su propio peculio.

Ya en el siglo XX, Carlos Real de Azúa Tocavent se convirtió en uno de los notables de la familia, sin olvidar al malogrado Ignacio Ezcurra Caprile, que fue asesinado en la guerra de Vietnam, siendo el periodista que el día anterior a su asesinato, había informado al mundo, que la guerra estaba perdida por parte de EE.UU., pocos meses antes había entrevistado a Martin Luther King y a Robert Kennedy, ambos también asesinados en el luctuoso 1968.  

Todos estos antecedentes, nos imponen una responsabilidad muy grande en el accionar que tengamos para con nuestros descendientes, la responsabilidad de estar a la altura de los que nos precedieron, buenos o malos ya no importa, lo que debemos tener en cuenta es de donde venimos y hacia donde queremos llegar, en lo que a mi respecta, humildemente seguiré “pensando el turismo”.

Portal de América

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