por Ramón de Isequilla, desde Madrid, @ramonpunta
El sector nunca bajó los brazos, mostró su capacidad de innovación, reciclándose y “recalculando” su ruta en el GPS, pero sobre todo haciendo gala de su valentía y generosidad, demostrada por los hoteleros al ceder sus establecimientos gratuitamente para paliar las deficiencias gubernamentales, (soportando alguno de ellos las calumnias de los miserables), y por IFEMA en su épica transformación en el hospital más grande de España, salvando innumerables vidas.
El gobierno nacional, en contraposición con la eficiencia de las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos, no estuvo a la altura, por la falta de medidas adecuadas, por sus demoras, marchas y contramarchas, y como si fuera poco por las declaraciones fuera de lugar de gran parte de sus ministros.
Quizás nunca sabremos las verdaderas razones del cambio en la cúpula de la secretaría de turismo, y el paso de la exsecretaria a la OMT, pero el perfil del nuevo secretario y el designado para conducir Turespaña (increíblemente acéfala durante demasiado tiempo) han dado una cuota de optimismo al sector, que esperemos no sea defraudada, haciendo votos para que las razones, cualesquiera que hayan sido, tengan origen en temas del turismo y no estén contaminadas por la política pura y dura.
La situación y el momento no admiten ninguna dilación, se acabó el tiempo de elucubrar planes mágicos, hay que actuar y ya. Los designados tienen suficiente experiencia para no necesitar ningún período de aprendizaje. Esta semana ya tiene que haber claras señales al sector que en momentos se siente huérfano, estaremos esperando las mismas en primera fila.
Portal de América