por Ramón de Isequilla, desde Madrid, @ramonpunta
Todos opinan, inundando los medios de comunicación con pomposas sentencias y predicciones, dignas de un bar de carretera carentes de todo conocimiento previo pero si coherentes con la generación de niñatos que inunda la opinión publicada.
La medida política y no turística de pasar en veinticuatro horas de “cuarentena y no hay verano” a “abran puertas y ventanas que volvió la alegría” provocó suba del IBEX 35 (índice de cotización de empresas líderes en la Bolsa de Comercio), record de consultas en webs de reservas hoteleras, salida alocada al ruedo de los principales operadores mayoristas turísticos europeos a ofrecer no se sabe que, reprogramación de vuelos en las aerolíneas, todo ello que debería alegrarnos por volver a la normalidad, nos preocupa porque no es serio, fue un anuncio inconsulto, apresurado, oportunista, donde no fueron consultados los referentes de la actividad, ignorando las reglas de juego naturales que rigen la actividad turística.
La reacción internacional no se hizo esperar, el gobierno francés, aconsejó a sus ciudadanos no visitar España, pues un país que cambia tanto y se contradice, no es confiable.
Esperemos estar equivocados, que sea el primer paso a la recuperación, y no una cortina de humo al drama social y económico que nos acecha a la vuelta de la esquina, que nos provoque en pocos días otra desilusión.
Tenemos la tranquilidad que la actitud del empresariado va a ser como siempre, seria y cautelosa, orientada a recuperar el verano con prudencia, planificación y profesionalismo, no dudando que pese a todo se prepararán profesionalmente para afrontar la demanda de un cliente que quiere volver a España.
También nos tranquiliza, que como vuelve la Liga, los “opinólogos turísticos” retornarán a su habitual tarea de entrenadores de futbol, dejándonos en paz a los actores del turismo.
Portal de América