Errores a evitar cuando se trabaja y piensa en la accesibilidad universal
Jueves, 14 Agosto 2025

Errores a evitar cuando se trabaja y piensa en la accesibilidad universal

En columnas y artículos anteriores hemos comentado varios aspectos a tener en cuenta cuando se quiere implementar la accesibilidad en los destinos turísticos.

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por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

También vimos la importancia y la necesidad de mejorar la inclusión de las ciudades y de esos destinos ya sea por necesidad, por iniciativa propia, por obligación, por conveniencia o por todos esos aspectos al mismo tiempo.

En muchas oportunidades, una serie de errores u omisiones involuntarias pueden llevar al fracaso en poco tiempo de los avances parciales y temporales que se hayan podido lograr.

Me gustaría en esta columna listar y desarrollar varios de ellos, que en muchos de los casos podrían parecer más que obvios, pero de tan obvios muchas veces se termina cayendo en ellos, lo cual no hace más que dejar en evidencia las carencias que se tienen, más que los avances logrados.

Pasemos a mencionar:

1.    No preguntarles a los propios usuarios sobre sus necesidades. Esta situación lleva a que muchas soluciones que se ponen en práctica con muy buena intención, terminan no siendo de utilidad.

2.    Desconocer las normativas y legislaciones vigentes. Muchas veces se hacen intervenciones que no respetan y no cumplen con las normativas vigentes, que por ejemplo en nuestro país, Uruguay, por suerte son abundantes. El no cumplirlas o su desconocimiento llevan a la omisión, lo cual no puede ser una excusa que justifique los errores cometidos.

3.    No apoyarse en técnicos que sepan sobre la temática. Lo que sumado al punto anterior hace que una buena idea, se implemente mal por desconocimiento de normativas y particularidades que cada solución o implementación debe cumplir, pero por sobre todas las cosas por no apoyarse en las personas adecuadas, en el momento adecuado y para la solución adecuada.

4.    No partir de un diagnóstico previo de situación. Ese aspecto es fundamental, y consiste en responder preguntas básicas como saber desde dónde se parte, en qué situación se está y hacia dónde se quiere ir.   Esto permite marcar un norte hacia donde ir y un camino con acciones posibles y concretas a ejecutar.

5.    No tomar en cuenta la realidad del lugar a intervenir.    Es real que es bueno y de hecho se hace, el mirar soluciones que se implementan en otros lados para tener una referencia e incluso imitarlas y adoptarlas. Pero también es cierto que no todos los lugares son iguales, por diversos motivos como los recursos disponibles, la cultura, el historial previo de acciones implementadas y mucho más. Entonces enfocarse en la realidad de cada lugar resulta fundamental para poder hacer las mejores intervenciones posibles.

6.    Seguir pensando que se hace un favor o que las acciones se hagan por lástima. Debería de quedar más que claro que la accesibilidad se debe trabajar por convicción, por necesidad y por obligación, porque estamos retrasados en su implementación y tenemos una deuda ética y moral con muchas personas que sistemáticamente han venido siendo invisibilizadas o dejadas fuera de una vida independiente y autónoma en nuestras sociedades.

7.    No contar con personal capacitado o ayudar a capacitar al que ya se tiene. Querer hacer intervenciones sobre temáticas que se desconocen o sobre las que no se tiene conocimiento previo es la mejor manera de empezar a perder el partido. Por eso es fundamental capacitar y actualizar los conocimientos del personal que deberá colaborar en la implementación y desarrollo de las ideas e intervenciones a realizar.

8.    Pensar solo en los turistas y olvidarse de los propios residentes. Esto lleva a implementar la idea en forma inversa a lo necesario. Si se piensa primero en los residentes del destino o de la ciudad de referencia, esa solución servirá también para los turistas que la visiten.

9.    No asignar recursos para las implementaciones que se quieren hacer.  Hacer acciones lleva un necesario uso de recursos, que si no se toman en cuenta y se disponibilizan en tiempo y cantidad necesarios, hacen inviable cualquier acción.

10.    Ver esa implementación de las ideas como un gasto y no como una inversión. Tenemos que cambiar la mirada sobre las acciones que se hacen y ver realmente los costos de implementación de la accesibilidad como una inversión que nos beneficia a todos.

11.    Olvidarse de la sostenibilidad en el tiempo de las acciones a implementar. Si se piensa solo en la inversión para implementar las ideas o las acciones, pero se olvida que necesitan ser mantenidas en el tiempo, sucederá que por ejemplo una buena rampa; en un período de tiempo sufrirá necesariamente desgastes por su uso.     Si no se previó su cambio o mantenimiento, terminará convirtiéndose en una trampa o barrera más. Se debe pensar y destinar un 20 o un 30% más de la inversión inicial por año, para poder mantenerlas adecuadamente.

12.    Implementar la solución y no asignar a nadie responsable de ella. Este punto, vinculado directamente al punto precedente implica que muchas veces sucede que se hace una buena implementación de una idea, la que realmente soluciona una necesidad o elimina una barrera del entorno, pero no se asigna a nadie como responsable de su mantenimiento, lo cual lleva a que es una idea que queda en el limbo y en la que nadie será responsable por su cuidado y manutención.

13.    No estar atentos a los avances que se puedan producir. Hoy es un hecho de que tenemos avances todos los días, sobre todo desde el punto de vista tecnológico, que llevan a que nuevas herramientas surjan y que puedan facilitar la accesibilidad resolviendo necesidades que antes se resolvían de otra manera, e incluso que terminan haciendo obsoletos o inadecuados avances previos que se habían logrado. Hay que pensar en que las acciones que se implementen puedan ser escalables a los nuevos avances o al menos que puedan ser flexibles en su adaptación, para asegurarles una mayor utilidad y durabilidad en el tiempo.

14.    Enfocarse solo en las infraestructuras y no también en la información. Solucionar los aspectos de la infraestructura de la ciudad es básico y esencial pero el acceso a la información adecuada, en los formatos y en los lugares adecuados también lo es, porque ayudan a poder utilizar y ubicar mejor todas las acciones implementadas.  

15.    No tomar en cuenta la diversidad de acciones y necesidades necesarias.  Aunque parezca un cliché, la accesibilidad no implica solo la colocación de rampas.   Si bien la discapacidad motriz es la de mayor incidencia, hay diferentes tipos de discapacidades y de necesidades, que deben ser tomadas en cuenta a la hora de brindar e implementar soluciones.   No olvidarse de ese detalle resulta en un error que se puede y debe evitar.

16.    No querer ser todo para todos, so pena de terminar siendo nada para nadie. Partiendo de la base de que lo ideal es poder hacer todo correctamente y desde el vamos, cuando se dispone de pocos recursos o cuando no se puede hacer una intervención integral, es mejor focalizar en aspectos puntuales y diseñarlos e implementarlos correctamente, que querer hacer todo y dejar todo a medias tintas.   Ya sabemos que existen diferentes discapacidades que requieren de diferentes necesidades.   Por eso si hay pocos recursos, es mejor invertirlos bien.    Debe de quedar muy claro también, que esta situación igual termina dejando mucha gente afuera o sin acceder, lo que seguirá siendo una situación injusta y de inequidad social que deberá atenderse lo antes posible.

17.    No informar lo que se hace o peor aún, informarlo mal.  Si no se informa lo que se hace, es lo mismo que no tenerlo.    Uno de los principales problemas que tienen las personas con discapacidad es el acceso a la información y sobre todo que esta sea veraz. Cuando se informe, debe informarse correctamente y no decir por ejemplo que se cuenta con accesibilidad universal, cuando lo que se tiene se enfoca solo en la accesibilidad motriz.  Es mejor decir que se cuenta con accesibilidad motriz y no visual o auditiva, lo cual no generará falsas expectativas.  Otro aspecto vinculado y ya mencionado precedentemente es el de informar en los formatos y por los canales adecuados, para que la información llegue a quien tiene que llegar.

18.    No tomar las decisiones cuando hay que tomarlas. Llega un momento en que se ha decidido lo que hay que hacer, que se ha averiguado, consultado a las partes interesadas y consensuado lo que se va a hacer. Pero hay un momento en el que hay que decidir la acción, independientemente del lugar y rol que se toque ocupar. Hay decisiones que corresponden al estado o a la administración pública y hay otras que corresponden al sector privado. Incluso hay acciones que nos competen a todos. Hay que decidir y arrancar, si no se queda en la inacción y las buenas intenciones.

19.    Y por último no testear o evaluar esas implementaciones. Hacer un testeo de la validez y utilidad de las implementaciones realizadas es fundamental.   Y más aún hacer ese testeo por parte de los verdaderos usuarios para los que se ideó, porque son quienes nos pueden dar la información certera sobre lo bueno y sobre lo malo de dichas implementaciones.

Hasta acá algunas ideas que quería compartir sobre errores u omisiones involuntarias que en muchos casos se pueden cometer a la hora de querer implementar la accesibilidad en los destinos turísticos.

Estos errores llevan a que todavía no podamos hablar de sociedades justas,  igualitarias e inclusivas, situación que lamentablemente acontece aún en la gran mayoría de las sociedades que tenemos al día de hoy.

Como siempre digo; sin dudas podría haber otros más e igualmente válidos.       Se agradecen desde ya las devoluciones y aportes que puedan realizarse a esta ponencia, para que entre todas y todos podamos tener cada día un Turismo y sobre todo Sociedades más justas e inclusivas.

“Seamos parte del cambio que queremos generar”.

Portal de América

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