La Educación en tiempos de IA y nuevas Tecnologías
Lunes, 02 Junio 2025

Niños con sus ceibalitas. Niños con sus ceibalitas.

La educación ha sido desde siempre un desvelo de la humanidad, porque por naturaleza y si se mira alrededor, el humano es el único ser que necesita ser educado.    En la naturaleza, el resto de los animales, aprenden por experiencia y error, a pesar de que hay ejemplos de animales más grandes que ayudan y entrenan a los más chicos para darles herramientas de supervivencia.

MINTUR 1250x115 - verano 2025
Arapey 1250x115
Hotel 5to Centernario - 1250x115
FIEXPO 2025 - 1250X115

por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

En este caso me gustaría abordar los sustentos educativos, que se vienen analizando desde hace siglos y que en más o menos coincidencias, los grandes aportes y reflexiones pasan por darle a la educación una concepción de herramienta para instruir, cuidar, disciplinar y como medio liberador o para poder ejercer la libertad de las personas.

Estos preceptos que podrían ser bastante aplicables hoy y que siguen rigiendo los fundamentos de la educación actual, vienen de larga data, ya Immanuel Kant por los años 1800 los planteaba. Y si vamos más atrás, podemos ver a grandes rasgos, pensadores de antaño como Sócrates y Platón que le asignaban a la educación el rol de promover el conocimiento y la virtud no solo como un proceso de mera transmisión y adquisición de información.

La educación siempre se ha concebido como un instrumento o herramienta social para la formación de los integrantes de la sociedad y en ese aspecto es que se le viene reflexionando e incluso cuestionando desde siempre. Por ejemplo, tenemos los trabajos de Paulo Freire que le asigna una función estandarizadora o robotizadora de las personas para sostener los estatus de dominación de las grandes elites que gobiernan.

Como se puede ver es un tema amplio y complejo que dependiendo el lugar desde donde uno se pare para hacer un análisis, podrá hacer aportes, que en lo personal creo que todos suman.

El cuestionarse y reflexionar sobre la realidad, son de las características diferenciadoras frente a otras especies y son el fundamento base de los procesos en la evolución humana.

En esa realidad, el rol de los docentes ha sido fundamental, con distintas perspectivas sobre su incidencia y mediación para la formación de los educandos; hemos evolucionado desde roles donde el docente era un mero transmisor de información hasta procesos donde el docente se ve como un intermediante, un acompañante o incluso un facilitador de los procesos educativos de cada individuo.

Incluso han evolucionado las formas de poder llevar adelante esos procesos, pasando de una presencialidad excluyente, a situaciones actuales donde la digitalización permite acceder a la educación asincrónica y prácticamente sin la intermediación de un docente.     

Para ser justos tendríamos que profundizar más en procesos formales, no formales e informales de la educación, que no abordaré en esta ocasión, pero que no por ello dejan de ser fundamentales a la hora de concebir, pensar, diagramar y facilitar un entorno educativo para todos, como abordar los métodos individuales de aprendizajes en base a la propia iniciativa de quien quiere aprender.    Más aún si queremos abordar la incidencia y las oportunidades que ofrecen los avances de las TICs en la educación.

Hasta acá creo que todos podríamos coincidir más o menos en la reflexión desarrollada, y lo que no debería perderse del foco es que, para aprender, una condición excluyente es que la personas tiene que poder encontrar el placer, la justificación y la significación de que ese aprendizaje les es y será útil. 

El concepto anterior, que puede parecer obvio y trillado, es fundamental. Nadie aprende en condiciones donde no encuentra el sentido de lo que se aprende, y es más, esa situación lleva a un fracaso prácticamente seguro por falta de motivación.

¿Qué es lo que ha cambiado hoy?

Actualmente y ante los avances de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), tenemos un montón de opciones, oportunidades y desafíos a resolver que ameritan una reflexión profunda sobre dónde estamos parados hoy en día a la hora de educar.

Es indudable que los avances son una verdadera oportunidad en lo que respecta a educar, personalizar e incluso accesibilizar e incluir a todas las personas para que puedan asistir a procesos educativos, que sin dudas son de valor para ellas y sobre todo para los futuros habitantes de un mundo que se presenta complejo y cambiante.   

Para los docentes   

Con las TICs de hoy, se pueden diseñar procesos educativos personales en base a las necesidades y posibilidades de desarrollo de cada estudiante.   Es posible generar contenidos que se adapten a cada alumno o incluso darles la oportunidad de que puedan diseñarlos por cuenta propia con el debido asesoramiento y acompañamiento del docente.      

Es posible diseñar procesos educativos en base a situaciones desafiantes y aplicación de contenidos en basa a propuestas más lúdicas y con el apoyo de procesos de gamificación para que los contenidos tradicionales sean más atractivos y capten la atención del alumnado.

Se puede hacer también que sen los propios estudiantes que tomen parte activa en sus propios procesos educativos, en base al uso y la interacción con procesos de inteligencia artificial, pero si se les prepara antes y adecuadamente para hacerlo.

Creo firmemente que las TICs de hoy son una herramienta más, muy útiles, que aportan y facilitan al educador y que no lo remplazan; al menos por ahora, cosa que creo que seguirá siendo así.

Pero también plantea varios desafíos, como la necesidad de que los docentes estén capacitados para comprender, utilizar e interactuar con esas nuevas herramientas; y en ese aspecto hay al día de la fecha un nudo que debe poderse resolver, no solo por la capacidad de los docentes, sino por la cantidad exponencial y permanente de esos avances, que llevan a la necesidad de estar permanentemente actualizándose en su uso, situación que se critica, pero que no se facilita, porque actualizarse y formarse lleva tiempo y dinero, y si la docencia no se remunera bien es hipócrita exigir una formación que no se facilita o promueve debidamente.

También hay un cuestionamiento a los tradicionales métodos de enseñanza enciclopedistas en el que se han formado la mayoría de los docentes, por ser una metodología que ya no aplicaría más, pero que plantea el desafío de cómo hacer para que los estudiantes puedan aprender los conceptos del hoy, sin recurrir a las bases que brinda una educación de tipo enciclopédico. Para comprender a los pensadores clásicos, para comprender los procesos históricos que explican el hoy y para entender las bases de las ciencias que tanto deben utilizarse hoy, es necesario leer y mucho, no alcanza con resúmenes de 140 palabras.

Por otro lado, me gustaría resaltar que me ha pasado en la práctica como docente, tener que lidiar de forma solitaria con grupos de 25 o más alumnos; en 40 minutos de clase; con un programa determinado en cuanto a sus contenidos y con un porcentaje de la clase presentando adecuaciones curriculares que exigían de un acompañamiento particular.    Cualquiera podría darse cuenta que en esos casos hay algo que no funciona bien.

Para los alumnos

Otro desafío crucial pasa por la motivación y los intereses de los alumnos actuales, que viven en una realidad que les facilita al instante lo que necesitan, pero que carecen, en muchos casos y por diferentes motivos, de los fundamentos básicos para reflexionar, cuestionar e incluso buscar la información correcta que necesitan.     

A esto debe agregarse que esa inmediatez, los lleve a querer tener satisfacciones permanentes, rápidas y fáciles, que la realidad y la vida cotidiana no facilitan.

Poder frustrarse, equivocarse y dedicar tiempo a buscar, reflexionar y generar nuevos conocimientos, es un proceso fundamental del aprendizaje, que, si no se da, complica el panorama.

Motivar, al día de hoy, sigue siendo fundamental para llevar adelante buenos procesos educativos, y resulta de vital importancia el cuestionarse si justifica el rol como docente frente a un grupo de estudiantes, para decirles lo que ellos pueden encontrar en Google en dos segundos.

Sin dudas la respuesta anterior sería que no solo es transmitir, sino orientar que cada proceso pueda ser llevado adelante de la mejor manera, pero en este aspecto deberíamos cuestionarnos también si los horarios dispuestos y la cantidad de alumnos en una clase son los adecuados.

No olvidar el efecto socializador de la educación presencial, que lleva a que los niños y jóvenes puedan interactuar con otros pares, lo que les brinda la oportunidad de poner en juego otras habilidades y herramientas sociales fundamentales y necesarias para la vida. En tiempo de redes sociales e hiperconectividad este dato no debería ser menor, ya que esos intercambios e interacciones entre pares se están dando por otras vías y canales que deben ser debidamente analizados.

Esas formas de comunicarse hoy están llevando a que esté comprometida la calidad de la escritura y de comprensión de lo que se lee; lo cual a su vez está incidiendo en que a los actuales alumnos se les está complicando poder redactar y poner en palabras las ideas que quieren transmitir.    Es común ver hoy textos tipo Twitter para desarrollar una respuesta en un examen o prueba de revisión de conocimientos. Este es un problema enorme que atenta contra la fluidez de las ideas y la capacidad de poder crear nuevos contenidos.

¿Cómo fundamentar a los alumnos que deben hacer un esfuerzo para poder desarrollar mejores contenidos, si las inteligencias generativas de hoy pueden hacerlo por ellos con contenidos relativamente aceptables y en pocos segundos?      

Es necesario explicarles que deben poder cuestionar, reflexionar y justificar esas respuestas para realmente decir que las han entendido y que pueden transformar esos contenidos, en otros nuevos y a partir del relacionamiento con los que ya poseen de antes.

Otro dato no menor, es que las nuevas tecnologías suplantarán aquellas actividades repetitivas y automatizables, por lo cual la educación de hoy también se la concibe como preparadora de futuras personas que puedan lidiar con esos procesos. Las habilidades y capacidades que se les exigen hoy pasan por un gran componente técnico y por eso están de moda hoy los enfoques educativos por competencias. Hay que preguntarse qué, si las personas serán mano de obra que interrelacionarán con máquinas, si solo deben limitarse a asistir a esos procesos sin cuestionárselos o si por el contrario no será necesario prepararlas para que puedan adquirir habilidades y herramientas que les permitan comprender, interactuar e incluso modificar en los casos que sean necesarios esos procesos.     

Para eso se necesitará de otro tipo de educación y preparación más técnica.

Para los entornos educativos

Otro aspecto fundamental pasa por la necesaria preparación y planificación de los entornos educativos a nivel de los centros de enseñanza, ya que los cambios actuales exigen una nueva adecuación de las infraestructuras existentes, una readecuación de los programas de aprendizaje y sobre todo dinero; dinero para poder hacer los cambios y adaptaciones necesarias.

Si se asiste hoy a una clase promedio, en la gran mayoría de los centros educativos, podremos apreciar que la disposición de las aulas de hoy sigue siendo prácticamente igual que hace 100 años atrás (un pizarrón, un docente al frente e hileras de bancos y sillas hacia el fondo).

Esta sigue siendo la disposición tradicional, incluso en algunos centros se apela a rondas u otras estructuras, pero el funcionamiento del aula sigue siendo el tradicional.

Para el cierre

Para cerrar este artículo me gustaría dejar planteadas algunas interrogantes que deben interpelarnos si realmente queremos lograr hoy una resignificación de la Educación y poder incorporar los adelantos tecnológicos que ya están acá.

¿Será la forma tradicional de enseñar la que facilite los procesos educativos que cada alumno necesita al día de hoy?

Si no lo es.

¿Cuál sería la forma indicada?

¿Estamos midiendo bien los resultados educativos que se obtienen en base a los indicadores de medición actuales?

¿Cuáles deberían ser esos indicadores?

¿Estamos preparando bien a los futuros profesionales del Turismo y de todas las ramas del saber?

Sin dudas son preguntas abiertas, a las que habrá que responder si realmente queremos preparar bien a los futuros profesionales y ciudadanos de nuestro mundo.     Un mundo que como ya se planteó es complejo, cambiante e incierto, por lo cual la capacidad de resiliencia será una habilidad que no podrá faltar.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.