Conceptos y reflexiones sobre Inteligencia Artificial (IA) y Turismo
Lunes, 17 Marzo 2025

Conceptos y reflexiones sobre Inteligencia Artificial (IA) y Turismo

Actualmente estamos asistiendo a un momento de la historia en que todos hablamos de Inteligencia Artificial (IA), ya que estamos siendo impactados por sus alcances en casi todas las actividades que desarrollamos.

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por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

Esta situación no parará y seguirá incrementándose hacia adelante; muchos expertos lo ven como un punto de inflexión y por eso tenemos que prepararnos, no queda otra solución.

Tenemos miradas optimistas y de las otras, donde el fenómeno de la IA se puede ver como una oportunidad o como una amenaza, dependiendo del lado donde uno se pare.   Ambas posturas apelan a argumentos y conceptos convincentes que hacen difícil poder tomar una postura absoluta sobre el tema.   Lo ideal sería tener una visión optimista, sí, pero con cautela y preparándose hacia lo que se viene.

La IA es una tecnología creada por el hombre para que las computadoras puedan realizar actividades a similitud de lo que haría un humano en base al uso de su inteligencia.    En forma muy resumida, la ventaja de la IA es que logra realizar esas actividades pero de manera mucho más rápida y apelando al uso de grandes cantidades de informaciones, previamente cargadas, y en volúmenes que son impensados para cualquier humano.

Luego tenemos la Inteligencia Artificial Generativa, que es un tipo de IA que crea contenido original como texto, imágenes, videos, audio y música y se basa en modelos de aprendizaje automáticos que imitan la forma en que el cerebro aprende y toma decisiones.

Hay investigaciones actuales, como por ejemplo la del Banco Mundial que nos dice que actualmente entre el 2 y el 5% de los empleos se encuentran en el umbral de la automatización total, entre el 8 y el 14% podrían volverse más productivos al adoptar una herramienta de IA, y entre el 26 y el 38% se encuentran expuestos a la IA.

Esas cifras irán en aumento hacia adelante y hay profesiones o actividades más o menos expuestas a esa realidad.   Aquellas que tengan posibilidad de ser automatizadas serán las que se verán más impactadas o incluso desaparecerán por el uso de la IA y aquellas en las que se requiera de la presencia humana y su capacidad para discernir en el momento, serán las actividades que se verán menos expuestas a desaparecer, pero igual previéndose el ingreso y uso de la IA, al menos como soporte para mejorar la eficiencia de esos trabajos.

Esa situación nos lleva al problema de que si hay empleos que se automaticen y dependan de una máquina, pasaremos a una situación de dependencia tecnológica que nos hará menos libres y que podría incluso provocarnos serios problemas ante una falla imprevista.

También es cierto que ante estos cambios, nuevos empleos surgirán; empleos que implicarán poder entender e interactuar con esas máquinas.   Por eso me gusta decir que en realidad, a la hora de perder un trabajo, no lo harías porque te sustituirá la tecnología o un robot, más bien será porque te sustituirá alguien que sepa interactuar con esa tecnología.
Uruguay, a nivel regional no está mal posicionado en lo que respecta a su estrategia para el uso e implementación de la IA, según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024), desarrollado en conjunto por la CEPAL y el CENIA, en un rango evaluativo de cien puntos posibles, Chile lidera el ranking con 73,07 puntos, seguido por Brasil (69,30) y Uruguay (64,98), que son considerados países  que han implementado estrategias nacionales sólidas dirigidas a la integración de tecnologías de IA en sectores diversos.

Siendo así, nos daremos cuenta que el Turismo no ha quedado ajeno a esta realidad, y con pasos más o menos claros se han hecho avances al respecto.    Tal vez no los suficientes, pero sabiendo que esa situación no obedece solo a las ganas y a la intención, se necesitan recursos económicos, humanos y de infraestructura que no son pocos, ni baratos.     

Teniendo un entramado en el sector fuertemente conformado por micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), a pesar de que hay algunas soluciones gratis y otras baratas, igual se puede deducir que es un sector que tiene menos músculo para poder afrontar la realidad de tener que digitalizarse y tecnologizarse, además de capacitarse para esa realidad.

En un mundo donde las TICs avanzan, y que permiten cada vez más poder tomar acciones predictivas y personalizadas, esto es una oportunidad que no se debe perder.   Está claro.
Pero en un mundo donde todavía hay muchas personas que no entienden, no usan y no quieren usar esos avances, pero que tienen capacidad económica para viajar y lo hacen en forma habitual, es un segmento que no se debe descuidar, ni perderse de vista.

Balance y equilibrio entonces para poder segmentar y promocionar a nuestros destinos con las herramientas ideales para cada caso sería la respuesta ideal.

Pero volviendo al tema de la IA, y sabiendo que la misma se entrena en base a modelos propuestos y provistos por los humanos, me gustaría llamar la atención sobre un hecho puntual y es el de que está la creencia de que los humanos tenemos pleno control sobre la IA.

Los humanos por suerte tenemos valores y creencias muy loables, pero también es real que en muchos casos no los tenemos y hacemos trampa y competimos para tratar de ganarle a otros, por ejemplo en los deportes, en la guerra, en los negocios y mucho más.    Vivimos bajo un modelo de consumo donde se pregona la supremacía de los más aptos y los más fuertes.

Ante esa realidad, y si las máquinas se han creado para pensar como los humanos, a pesar de todas las precauciones que se puedan tomar, no sería ilógico pensar que si tienen la capacidad de pensar más rápido, en base a mayores volúmenes de contenidos y generando nuevas respuestas, sería posible al menos, que sus soluciones se propongan para evadir los controles y desvincularse de los mismos.

Esta situación, que podría antojarse como conspirativa, ya se ha producido en más de una oportunidad y con diferentes modelos de IA , por ejemplo en partidas de ajedrez donde hay momentos en que las IA han intentado modificar los tableros, o han intentado apelar a estrategias desleales para burlar las reglas de juego.    También tenemos casos en donde otros modelos de IA han intentado revelarse contra esos controles, lo cual no haría más que abrir un panorama de precaución y atención para no llevarse indeseadas sorpresas.  

También son reales los casos donde los modelos de IA han brindado respuestas erróneas y en base a sesgos muy deformados según el buen entender humano.

Hasta ahora a la IA le hemos asignado un rol asistivo en lo que respecta a sus funciones, pero en la medida que se siga avanzando, no sería ilógico pensar que se le asigne más potestades de independencia para la capacidad de sus propias funcionalidades.

Estos hechos deben ser verdaderos llamados de atención.

Lamentablemente la carrera de la IA quedará en manos de pocos actores, con muchísimo poder económico y de decisión, lo cual en palabras de Michael Porter, es como establecer en los hechos barreras de ingreso al juego casi infranqueables.    Ante esa realidad, los controles serán menores sobre los posibles resultados y quedarán en manos de unos pocos actores para beneficio u horror de muchos.

Lejos de querer plantear una visión negativa sobre el tema, me interesa plantear una posible reflexión sobre una temática que está arriba de la mesa y de la que difícilmente podamos desmarcarnos al día de hoy y en el futuro inmediato que se viene.

Establecer marcos éticos, filosóficos y sobre todo legales serán imperativos que no se pueden posponer y en los que los estados deberán jugar un rol fundamental para garantizar los derechos, obligaciones y libertades de todos.

En próximas ediciones les invito a explorar preguntas y respuestas sencillas para entender los alcances y posibilidades de la IA en nuestro sector.  

La pelota está rodando...

Portal de América

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